Reseña: Perdidas en la noche, de Fabián Martinez Siccardi
Un intérprete entre dos historias
Luciano Capra, el narrador de Perdidas en la noche, novela de Fabián Martínez Siccardi (Río Gallegos, 1964), es un intérprete de idiomas que tiene una hija, Annabelle, fruto de una aventura fugaz con una muchacha norteamericana llamada Katherine, durante un viaje que ella hizo a la Argentina.
Más allá de dos visitas a Blackstone (Virginia), donde residen Katherine y Annabelle, Luciano no ha construido un verdadero vínculo con su hija. Esta situación cambia cuando, en 1994, dos criminales asesinan a Katherine y su hermana. Annabelle, de tres años, sobrevive al ataque encerrada en un armario. Su padre se instala entonces en Blackstone y vive con su hija unas dos décadas.
Después regresa a la Argentina y de su relato se desprende que aquellos primeros años de convivencia han sido difíciles y confusos: “Éramos dos extraños forzados a compartir una casa, a pasar juntos jornadas cada vez más largas, a reinventar una familia por encima de los cadáveres de la anterior”.
En 2013, en un congreso de Missing Children, Capra conoce a Rose Halvorsen, una norteamericana que está en Buenos Aires buscando a su hija Willow, una muchacha de veintitrés años que ha desaparecido. Hace tres semanas que nadie sabe nada de ella, y Luciano decide ayudar a la mujer porque en algún rincón de su mente reconoce que esa acción se equipara a salir en búsqueda de su propia hija. “Rescatar a un hijo –le dice Rose–, hallarlo si está perdido, es el deber del padre y no da ni quita nada a la relación.”
Esta identificación guía las pesquisas para tratar de averiguar el paradero de Willow, poseedora de un gran talento artístico. Una amiga suya aparece muerta, supuestamente por una caída desde más de diez metros. Luego Rose y Luciano hablan con un finlandés que, como Willow, fue voluntario de Muros Cambiantes, una organización internacional que se dedica a pintar muros de barrios humildes en ciudades sudamericanas para, al menos, transformar “espacios grises y sucios en luminosos”. La investigación continúa en un centro cultural del hospital Borda y después explora el mundo de los grafiteros.
Martínez Siccardi alterna el progreso de las indagaciones con capítulos referidos a los años vividos por Capra en Blackstone. Esas páginas, que en un principio asoman como una mera trama secundaria, van ganando importancia emocional (en especial las consecuencias traumáticas que el asesinato de Katherine ha producido en Annabelle) y ofrecen un eficaz contraste de paisajes, idiosincrasias y costumbres entre Buenos Aires y aquella pequeña localidad de Virginia. Además, ayudan a exponer el conflicto de identidad cultural o de pertenencia que sufre el narrador: “Si en Virginia extrañaba a mi país, en Buenos Aires lo extrañaba aun más”.
Éste también realiza un prolijo análisis de los sentimientos hacia su madre, una mujer que pasó sus últimos años internada en una clínica para personas con desequilibrios de conducta. Otro tema que surge a lo largo del libro y aporta observaciones interesantes es el que concierne al lenguaje y a la profesión de intérprete.
“Lo que hago –dice Luciano sobre su oficio– es un acto consciente y premeditado que modifica, adapta y compatibiliza mundos a menudo irreconciliables, que da sentido a lo que no tiene, que adivina el significado de lo que se calla en un idioma para silenciarlo en el otro.” Esta función, que intenta conciliar el inglés con el castellano, se convierte en una metáfora para definirse a sí mismo como un intermediario “entre la locura de mi madre y la cordura del mundo”, entre Blackstone y Buenos Aires, entre las historias de Willow y Annabelle.
Sobre la desaparición de Willow no deben esperarse grandes descubrimientos ni revelaciones. Martínez Siccardi no conduce a su novela por un rumbo de suspenso detectivesco, sino que prefiere concentrarse en los vínculos de sus personajes –sobre todo en los que se establecen entre padres e hijos– y en la posibilidad sanadora de los afectos.
PERDIDAS EN LA NOCHE Por Fabián Martínez Siccardi, Tusquets, 205 páginas, $ 319