Reseñas: Con la espada de mi boca, de Inés Garland

Muchos de los diecisiete relatos que integran Con la espada de mi boca, de la argentina Inés Garland, sondean distintos aspectos del mundo adolescente como el de la iniciación sexual, un embarazo no querido, la autoestima o una presunta violación ("La mujer de la esquina de la estación", "Evitar la ocasión, 1978", "Los ojos que la miran", "El rapto de las sabinas", entre otros).

En estas historias, la manera de narrar va modelando los argumentos a resguardo del exceso de información y ofrece suficientes zonas elusivas para escapar de lo obvio y lo elemental.

La complejidad de las relaciones amorosas –con sus expectativas desmedidas, fugaces perfecciones, desencuentros y frustraciones– también ocupa el centro de varios cuentos, en especial "La zorra ilusa". En algunos la intensidad de la pasión erótica compartida por los amantes es comparada con un "placer caníbal", un querer "devorar al otro". Uno de ellos, "Los hamsters", utiliza una estructura dialogada en la que intervienen un hombre y una mujer para hablar, con mucho humor, de la costumbre de ciertas madres animales de devorar a sus crías y de los ejercicios de un taller de sexo sagrado "para acceder a estados de conciencia más elevados". Además, se menciona a las lamias, unas criaturas mitológicas "mitad mujer y mitad víbora" y, en relación con ellas, el miedo inconsciente de los hombres a ser devorados después del coito.

Garland maneja con acierto las diferentes perspectivas de sus personajes. Puede valerse de un extenso monólogo en "Pedazo de mí" para conseguir la necesaria carga emocional o recurrir a una sobria voz omnisciente en "El rumbo" para definir en unas pocas páginas el trágico episodio que marca una vida. "La camisa de Lalo" –otra muestra de eficacia sintética– logra, a través del uso de una prenda ajena, sugerir un raro encantamiento sin adentrarse en el previsible territorio de lo fantástico.

Los relatos de Con la espada de mi boca proponen en conjunto una escritura sólida que se mantiene siempre atenta a las sutilezas contradictorias de las conductas humanas para encapsularlas en un par de momentos reveladores.