Tik Tok: odio, racismo, antisemitismo y descontrol
En los tiempos que corren, un niño se inicia en Tik Tok a los 6 años. El formato de videos cortos de TikTok se ha relacionado con una disminución de la capacidad de atención cuando la aplicación se usa durante más de 90 minutos al día. Si bien usar una aplicación que puede dañar el cerebro no es una buena idea para nadie, el problema es particularmente preocupante en TikTok debido a su demografía, dado que más del 60 por ciento de los usuarios de la plataforma tienen menos de 24 años, una edad en el que el cerebro humano aún no está completamente desarrollado.
Así, esta red social nos convoca a un desglose de los mensajes negativos que trae consigo porque lamentablemente existe una corriente interminable de antisemitismo, mensajes de odio, racismo y xenofobia. En este punto se evidencia la falta de control y la posibilidad de generar daño a partir de instrumentos potencialmente dañinos en esta plataforma, como el reto viral de “El Holocausto” que más allá de haber aparecido como un inocente desafío, es un juego planteado ligeramente y fuera de contexto de lo que implicó un hecho tan dramático en la historia de la humanidad. Es inexorable vincularlo con una enorme e innumerable cantidad de publicaciones pronazi y simbología antisemita.
En esa línea cabe mencionar que, grupos terroristas como ISIS utilizan Tik Tok para promover su propaganda extremista y con el mismo mensaje de odio.
En general, en redes sociales se suelen encontrar casos de discriminación, acoso, abuso y ciberacoso, pero en TikTok el problema es más grave. Los usuarios más jóvenes tienden a generar contenido sexualmente provocativo y despectivo y en algunos casos son proclives a utilizar este recurso para afectar a terceros, enemigos o ex parejas subiendo y/o modificando contenido de sus antiguas relaciones. Uno de los eventos más importantes se dio en 2020 cuando se conoció que los moderadores de Tik Tok debían suprimir las publicaciones de quienes eran “demasiado feos, pobres o discapacitados.”
TikTok se ha vinculado a docenas de historias sobre tendencias virales peligrosas, incluidos los desafíos Tide Pod, el desafío Outlet o el desafío Benadryl. Muchos de ellos son divertidos e inofensivos y, a menudo, recaudan dinero para una buena causa, pero esta red ha llevado la idea de los retos a unos niveles peligrosos y desproporcionados. El “desafío de la moneda” en el que se deja caer una moneda entre un enchufe y un cargador, ha provocado incendios en las casas, mientras que el “reto del rompecráneos” que implica hacer tropezar intencionalmente a las personas, ha ocasionado lesiones graves. Todo esto hace que la plataforma sea completamente inapropiada para los niños y, sin embargo, muchos siguen usando la aplicación sin supervisión de un adulto.
La mayoría de los usuarios parecen haber aceptado que todas las aplicaciones modernas los rastrean de alguna manera. En su política de privacidad, TikTok dice que recopila la “información que proporcionas en el contexto de redactar, enviar o recibir mensajes”. Es decir, que la aplicación puede ver activamente lo que una persona está escribiendo en los mensajes a sus amigos, incluso si nunca presiona el botón de enviar.
Las aplicaciones no son el problema, sino el modo en que les damos uso y los contenidos que permitimos hacer virales. Lamentablemente hoy a nivel global se ha dado una evolución en la eficientización de las técnicas de ciberdelito, por lo que es importante estar alertas, no otorgar credibilidad a todo lo que vemos y desconfiar para lo que vendrá a futuro en el mundo digital.
Especialista en ciberseguridad, riesgo tecnológico y negocios, CEO de BTR Consulting