Un lecho de rosas
Nueva York, Estados Unidos .- Una mujer camina protegida por su paraguas durante una tormenta en Manhattan. No se percibe la lluvia en la imagen, pero creemos en la descripción que el fotógrafo envía. La composición no es artificial aunque parezca, aunque prevalezca, casualmente, lo artificial. La cuadrícula de hormigón organiza y uniforma la superficie, y un cerco de vidrio traza dos espacios de circulación: nada vivo, salvo el músculo tenso del tobillo de la mujer que inicia su paso. Y si en las tormentas tropicales son las palmeras de cabezas revueltas y tronco flexible el ícono de la furia del viento, aquí, en Nueva York, por toda naturaleza azotada hay una flor inflable, recostada, vencida. Su color contrastante, sus hojas como brazos, la inflorescencia rosa, de fábrica, aún erguida, sin embargo, aportan el dramatismo de esos bellos brotes que se pierden, demasiado temprano, tras la adversidad.