Cinco claves para incorporar alimentos en los bebés sin usar papillas
Cada vez más madres se suman al método BLW (Baby Led Weaning) y dejan atrás los purés y alimentos procesados.
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En los últimos años, muchas prácticas incorporadas desde hace décadas respecto al parto y la crianza están siendo puestas en jaque. Hablamos tanto de la extrema medicalización e intervención de los partos, como de la buena prensa que ha sabido tener la leche de fórmula, pasando por la lactancia acotada y las formas de crianza más rígidas en cuanto a métodos para que duerman solos.
En ese contexto, las papillas también tienen cada vez más detractores. ¿Por qué? Primero, porque hasta el año, las necesidades nutricionales están cubiertas por la leche (sea materna o de fórmula). Por lo que es importante que sepamos que lo que estamos proporcionándole a los bebés a sus 6 meses es un vínculo con la comida. Y ese vínculo será mucho más rico, lúdico y desligado de la olbigación cuanto más autónomo sea.
La papilla nos obliga a procesar los alimentos, darles a los chicos con una cuchara el alimento en la boca, y los estamos privando de poder jugar, decidir, mancharse, en definitiva, iniciar una relación ligada al deseo con la comida. Por eso, esta corriente les proporciona trozos y texturas para que puedan experimentar y alimentarse.
Lo que ocurre, es que muchos pediatras (la mayoria) sigue indicando papillasás por lo que buscar más información se vuelve una tarea individual. Por eso, charlamos con Karina Eilenberg (pediatra y especialista en crianza) y Sabrina Gatti Wosner (médica de familia), a cargo de los conocidos talleres de alimentación llamados Olilu y autoras del reciente libro “Yo amo comer”, que nos dieron cinco claves para poder iniciar un camino en la alimentación ligado al disfrute y no a la obligación impuesta por los padres:
•Disfrutá. La maternidad (sobretodo cuando es novedosa y primeriza) puede llenarnos y hasta avasallarnos de responsabilidades, miedos y “deberes ser”. En el camino, olvidamos el lugar privilegiado que tenemos de acompañar a nuestros hijos en su crecimiento. Iniciar la alimentación no es ni más ni menos que invitar al nuevo integrante a un ritual placentero, que compartimos en casa varias veces al día. Démosle la bienvenida y, sobre todo, tomémoslo como una oportunidad de compartir.
•Confiá. Acá es fundamental permitir que el bebe coma con autonomía. Poco se habla del potencial de los pequeños en esta nueva etapa y la realidad es que la alimentación es un hito madurativo, como cualquier otro: algo que los bebes sanos desarrollan en tanto y en cuanto tengan la oportunidad. No es necesario que realices un posgrado para aprenderlo, ni debés seguir una serie de instrucciones. Es parte de la fisiología humana, un Instinto básico de supervivencia. El tiempo y las formas se irán construyendo, y la idea es que pueda manejarla el protagonista. Los adultos deberíamos permitirnos observarlo y dejarnos guiar por sus ritmos.
•Sin listas ni paquetes. Es importante que en casa se coma comida real, con ingredientes naturales. La industria, los entornos, y los profesionales de la salud han llenado a este momento de listas, ordenes y rutinas rígidas, trayendo mas confusión acerca de lo que se debe y lo que no se debe. La alimentación, además de comida, es cultura. Son gustos, preferencias. No hay orden prestablecido, ni guias de qué va primero y qué después. Eso lo dictará cada familia, mostrando aquello que se come en casa. Evitemos los procesados, y sumemos alimentos provenientes de la naturaleza (frutas, verduras, cereales integrales, legumbres, semillas, etc)
•Paciencia. Todo llega. Un día crecerán y harán sobremesa con nosotros. Seguro que sí, pero a su debido tiempo. Aprovechemos la oportunidad para revisar las expectativas en torno a la alimentación infantil. Los bebes PUEDEN comer solidos a partir de los seis meses, NO DEBEN hacerlo como una obligación. Como nadie debe alimentarse obligadamente.
•Coherencia. Aunque en muchas oportunidades preferiríamos que fuera de otra manera, somos el ejemplo a seguir de nuestros hijos. Por lo menos de nuestros bebes. Crecen adquiriendo nuestros hábitos, luego por entornos ampliados.. Pretender que coman abismalmente distinto a la familia es una costumbre con fecha de vencimiento. Aprovechemos para revisar nuestra forma de alimentarnos, mejorar hábitos, incorporan nuevos saludables y ellos se verán automáticamente inmersos en nuestros rituales.
DEJANDO ATRÁS ALGUNOS MITOS

Karina y Sabrina nos contaron además, los mitos que consideran necesarios derribar. Según ellas, la alimentación infantil en si, y más durante los primeros años, está plagada de falsas creencias. Una de las principales tiene que ver con el interés: pareciera socialmente que si los adultos no perseguimos a los bebes y luego a los niños, no comerían absolutamente nada. Como si la naturaleza les hubiera quitado todo tipo de deseo en torno a nutrirse, crecer y tener energía. Eso es una falacia: no necesitan que insistamos, ni que disfracemos, ni que procesemos los alimentos para que coman. Solo necesitan comida: real, natural, y gestionarla autónomamente. Familiarizarse con ella, enchastrarse, jugar (si, jugar, porque asi se aprende en la infancia) conocerla. Saber de dónde sale, cómo se hizo. Pueden y tienen derecho a comenzar su alimentación de esta forma. Nuestra responsabilidad como adultos es ofrecer los alimentos, no obligarlos a que los traguen. La responsabilidad de los bebes es elegirla (o no).
¿HAY RIESGO DE QUE SE ATRAGANTEN CON TROZOS?

Para entender por qué no, es necesario conocer el origen de las papillas
La recomnedación inicial de papillas nada tiene que ver con proteger a los bebes de potenciales accidentes y atragantamientos, sino con una recomendación que quedó desactualizada. Décadas atrás, la lactancia materna cayó en popularidad y se empezó a alimentar a los niños con leche de vaca. Aparecieron entonces carencias nutricionales, deificits severos de vitaminas y minerales en bebes muy pequeñitos, ya que la leche de vaca no es el alimento especifico para los bebes humanos.
Los nutrientes deficitarios podían suplirse dando alimentos a esos bebes, pero para ofrecérselos a bebes muy pequeños (alrededor de los 3 meses) debían estar triturados y gestionados por otros. Hoy por hoy, se sabe que debemos postergar el inicio de solidos hasta luego de los 6 meses. Se sabe que lo mejor para los bebes es la lactancia exclusiva. Y lo que también se sabe es que son capaces de manejar solidos y trozos.
El ahogo es un accidente, que puede suceder en cualquier momento de la vida, y no tiene que ver con la textura del alimento, puede ocurrir con trozos, con papillas, con objetos pequeños o juguetes. Sí tiene que ver con la posición y con la intervención de otra persona. Es importante que coman en posición erguida (todos, no solo los bebes) y que manipulen autónomamente los alimentos. Cuando un bebe pone un pedazo de comida en su boca tiene el control de la situación, y hará lo que pueda con ese alimento segun su maduración, si puede masticarlo lo hara, si puede llevarlo al fondo de su boca lo tragará, y si no puede hacer nada, seguramente se le caerá de la boca, siempre que esté sentado. Por eso es tan importante la posición para comer. Si un bebe come sentado, y gestionando solo su propio alimento es improbable que suceda un ahogo.
LAS ARCADAS
La preocupación tiene que ver muchas veces con las arcadas que suelen tener los bebes con la comida y se confunden esto con que se están ahogando. La arcada es un reflejo fisiológico, y tiene su punto de gatillo en el velo del paladar (mucho más adelante que en los adultos que lo tenemos en el fondo de la garganta), y sucede tanto con papillas como con trozos, también cuando comienzan a explorar su mano y muchas veces con la teta. Este reflejo protege a la via aérea de un posible bloqueo, y sucede cuando el alimento está aun lejos de una posible obstrucción. El bebe abre la boca y empuja el alimento para adelante, a veces pueden vomitar incluso, y siguen comiendo muy tranquilamente.
Este reflejo no solo los protege de un ahogo, sino que es fundamental en su aprendizaje. A medida que practican y hacen arcadas, van aprendiendo qué cantidad ponerse en la boca y en qué lugar, por lo que los ayuda a comer de forma segura.
¿Qué te parecieron estos consejos? Más notas: ¿Tu bebé está por empezar a comer? ¡No te pierdas esta novedad editorial! y Embarazo: todo lo que necesitás llevar al sanatorio
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