
Un gran salto al vacío... y a volar como un pájaro
Bautismo en paracaídas, en tándem con un instructor, apto para todo público, pero reservado para intrépidos, en Chascomús y Lobos
1 minuto de lectura'
La puerta del avión se correde un tirón y un abismo se abre bajo los pies. El salto al vacío es a 3000 metros de altura, y comienza con una caída libre de 35 segundos a 250 kilómetros por hora, donde desfila la vida entera. Al llegar a 1500 metros se realiza la apertura del paracaídas. Enseguida, el descenso suave y armonioso regresa el corazón al cuerpo, para surfear el cielo y cumplir el sueño de volar, probablemente tan antiguo como la humanidad.
Alejandro Higuero descubrió su pasión por los saltos en paracaídas en 1981, cuando se ofreció como voluntario para saltar en el servicio militar que cumplía en el Regimiento Aerotransportado 14, de Córdoba. Más de 20 años después, con 54 años y 9 mil saltos consumados, es uno de los instructores más experimentados de la Escuela de Paracaidismo de Lobos, donde desde 2002 realizan vuelos de bautismo en tándem y dictan cursos de paracaidismo.
"Los vuelos de bautismo se realizan en aviones Cessna 205 de 6 plazas y los únicos requisitos para pegar el salto son ser mayor de 16 años, no pesar más de 95 kilos y gozar de buena salud mínima y general. La persona que viene a realizar su primera experiencia viaja en categoría de pasajero, como si fuera sentado en una silla de un juego en un parque de diversiones y no tiene que hacer nada. Para los instructores, en cambio, tirarnos en paracaídas es como salir a caminar por la calle Florida", explica Higuero.
Las primeros registros sobre el origen del paracaidismo se remontan a 1060 de la mano de Oliver de Malmesbury, un monje inglés que saltó desde una torre con un rudimentario paracaídas de su propia invención y se fracturó las dos piernas. También existen crónicas de principios del siglo XIII donde se relata como los acróbatas chinos se lanzaban desde elevadas torres con sombrillas de papel durante la celebración de la coronación del emperador Fo-Kien. Hacia 1495, Leonardo da Vinci presentó el primer diseño del paracaídas de forma tronco-piramidal y recién en 1617, el italiano Fausto Venancio Niceno saltó en Venecia desde una torre con un paracaídas de su invención y llegó ileso para contarlo.
"La caída libre es una de las sensaciones más impresionantes que un ser humano puede experimentar, combinando factores tecnológicos y ambientales, para desarrollar una explosión de estímulos en todos los sentidos", afirma por su parte Federico Argo, paracaidista de Skydive Buenos Aires, otra escuela de esta especialidad que desde hace 20 años funciona en el Aeroclub de Chascomús.
Al igual que en la Escuela de Paracaidismo de Lobos, Skydive realiza los saltos de bautismo a 3 mil metros de altura, a los que se suceden entre 5 y 7 minutos de descenso con el velamen abierto. "Entre que llegan, saltan y les entregamos el DVD la experiencia completa dura unas dos horas El equipo cuenta con un segundo paracaídas de seguridad y el aterrizaje es muy suave y de pie", explica.
En cuanto al perfil de los intrépidos que se aventuran a realizar este tipo de bautismos, un dato llama la atención. Casi el 70 por ciento de los que saltan son mujeres. Y si bien el rango de edad que más se acerca a la actividad abarca desde los 17 a los 35 años, Argo asegura que no existe límite de edad para realizar la caída Libre. También se utilizan mucho como obsequio para cumpleaños, aniversarios y hasta pedidos de casamiento en el aire.
Si bien la decisión de pegar el salto es absolutamente personal y responde a diferentes motivaciones, no es lo mismo ser valiente con los pies en la tierra que a 3 mil metros de altura. Por eso, en algunos casos excepcionales, puede llegar el arrepentimiento segundos antes de saltar.
"Si bien es muy raro que suceda, en caso de que el participante se arrepienta una vez en vuelo, sencillamente se retorna con el avión. No hay ningún problema, también es parte de nuestro trabajo", concluye Argo.
Además de accesorios como el altímetro, el casco y las antiparras, el equipo del paracaidista se compone de una mochila que cuenta con dos contenedores. En uno viaja el paracaídas principal y en otro el paracaídas secundario. Y además, todos los paracaídas tienen un abridor automático, que si la persona llegara a desmayarse o golpearse, abrirá el paracaídas de reserva. En cualquier caso, la actividad está regulada por la Fuerza Aérea Argentina, y los todos los instructores cuentan con licencias oficiales.
Datos útiles
Escuela de paracaidismo Lobos; El salto de bautismo cuesta 1950 pesos. Los fines de semanas y feriados a partir de las 9, por orden de llegada. El costo de fotos y video es de 960 pesos. Informues: 15 3058 9842 o por mail: paracaidismolobos@hotmail.com; paracaidismo@live.com.ar.
Skydive Buenos Aires(Aeroclub de Chascomús). El salto de bautismo cuesta 1600 pesos . Audiovisual: Handycam (1800 pesos); con camarógrafo 2500 pesos. En ambas modalidades de grabación entregan un DVD editado y fotos. Informes: 15 3171-9421; info@skydiveba.com.ar
1
2El crimen de la katana: El adolescente que mató a su familia y hoy es marido, padre y corredor de bolsa
- 3
Costantini pone un pie en la Patagonia con un megaproyecto de más de US$250 millones
4La jubilada y el monotributista ligados a la AFA adquirieron la mansión con helipuerto en un precio irrisorio



