Adrián Menem pretende hacer perdurar su apellido en la política
Eduardo Menem y su esposa, Susana Valente, impusieron a sus tres hijos varones una condición: obtener un título universitario. Adrián, el mayor, cumplió y se recibió de abogado a los 22 años. Pero siempre supo que su destino sería la política.
Desde muy chico, nació el 14 de junio de 1971, alternó los partidos de fútbol con las reuniones políticas de su padre, senador y hermano del presidente Carlos Menem.
El 10 del mes próximo llegará al Congreso para ocupar una banca como diputado. "Mi carrera no se termina con ese cargo", dice Adrián Menem. Será uno de los legisladores más jóvenes de la Cámara baja.
No tiene pudor en confesar que aspira a ser gobernador de su provincia natal, La Rioja, y convertirse en presidente, como su tío Carlos.
Vivió en tierras riojanas hasta los 16 años y abandonó la casa paterna para estudiar abogacía en Córdoba, carrera que terminó en Buenos Aires, en la Universidad de Belgrano.
Siempre acompañó a su padre en las campañas políticas y recuerda cada una. A sus hermanos, Martín -hoy tiene 24 años y es abogado- y Fernando -21 años, estudia administración de empresas-, no les atraía pasar horas saludando gente.
La mujer de la casa desplegó todas sus fuerzas para preservar a la familia de la invasión de políticos. Pero no objetó que el mayor de sus hijos quisiera emular a su marido.
" El papi y la mami sólo nos dijeron que primero había que estudiar", cuenta el joven dirigente que es una rara mezcla entre su padre, el atildado senador peronista, y su tío, el carismático Presidente.
Militó en la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y se afilió al justicialismo apenas cumplió 18 años. Su primera incursión en la política de primera línea fue ser convencional constituyente para reformar la Constitución provincial.
Después, el gobernador riojano, Angel Maza, le ofreció ser secretario general de la gobernación, cargo que ocupa y que dejará para trasladarse a la Capital con su esposa, Helga Yasci, con quien se casó hace un año.
En La Rioja, algunos comentan que a la esposa del joven Menem no le gusta la tierra natal del Presidente. "Eso es mentira, mi mujer adora el interior, es santafecina", la defiende su marido. Yasci vende ollas por el interior, representa a una firma de la que son dueños sus padres y se mantiene lejos de la política.
El sobrino del más famoso de los Menem apuesta a definir su perfil político con las virtudes que él considera que tienen su tío y su padre. "El Presidente es muy carismático y el líder de la transformación. El senador -destaca que su opinión no es objetiva- es humilde, inteligente y voluntarioso. Quiero aprender lo mejor de los dos", explicó el diputado electo, amante del folklore.
El apellido
Tiene grabadas varias postales del pasado. Elige una: las visitas a su tío a Las Lomitas. Carlos Menem estuvo preso durante la dictadura militar y su hermano, el senador, era el abogado defensor de los funcionarios riojanos detenidos durante el proceso militar.
Adrián Menem recuerda muy bien cuando su tío repetía con vehemencia que iba a ser presidente. Lo admira tanto como a su padre.
Uno de sus deseos políticos era pronunciar un discurso frente a los hermanos Menem. Lo cumplió. El mes último, durante el cierre de su campaña en La Rioja, en el escenario estaban el Presidente y el senador.
Caminar al lado de su padre le sirvió para, hoy, a pocos días de asumir su primer cargo nacional, no sufrir ansiedades. "Me acostumbré desde chico a estar entre políticos", dice.
La política la lleva en la sangre y es el único de los Menem de la nueva generación que intentará hacer perdurar el apellido que dominó los últimos diez años en la Argentina.
La muerte del hijo del Presidente, Carlos Menem Junior, hace cuatro años, lo afectó como a toda la familia presidencial. "Pocos meses antes de la tragedia, estábamos volando en un helicóptero y Carlitos me decía que él amaba eso como yo la política", recuerda. Con su prima Zulemita tiene buena relación, incluso su esposa Helga se acercó a la "primera dama".
El joven dirigente es parecido físicamente a su padre y tiene algunos ademanes y el tono de voz que parecen copiados del Presidente.
El fútbol fue reemplazado, con el tiempo, por el golf, el deporte de cabecera de Carlos Menem. Esta es la excusa para que los hermanos y Adrián Menem compartan varias horas en los links de Olivos o de otros lugares.
Es el momento ideal para que se desencadenen extensas charlas políticas. "Si mi tío se presenta en el 2003 voy a ser el primero en apoyarlo", afirma sin reparos. Su apuesta es llegar a que lo reconozcan por sí mismo y no por sus parientes políticos.
Para sostenerlo, cuenta una anécdota: "Durante mi campaña, los afiches decían sólo "Adrián diputado" y en algunos el apellido Menem sólo estaba escrito en una tipografía muy chica". Adrián Menem aclara que es justicialista y evita responder si el menemismo se diluirá con el alejamiento de su tío del poder.
Cuida su imagen, usa trajes y camisas de marca y un reloj Bulgari. En su tierra natal algunos le dicen "El Principito". El apodo no le cae bien, aunque intenta disimularlo y ensaya una respuesta. "A los que dicen eso les contesto con los votos."
Adrián Menem tiene 28 años y quiere ser presidente, como su tío.
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