
Causa Andis: dos acusados de haber manipulado ilegalmente el sistema interno de la agencia se negaron a declarar
Son Luciana Ferrari, que trabajó en una multinacional hasta que explotó la causa, y Federico Santich, accionista de las compañías beneficiadas
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Dos personas acusadas de oficiar como “operadores externos” en la Agencia Nacional de Discapacidad (Andis) y utilizar, sin ser funcionarios ni empleados públicos, un sistema interno de compra de insumos médicos se negaron a declarar este martes durante sus indagatorias, en el marco de la causa que investiga una maniobra dentro del organismo para favorecer a un grupo determinado de empresas.
Se trata de Luciana Ferrari, que en el periodo investigado se desempeñó en la multinacional Roche, y Federico Santich, que es accionista de Profusión S.R.L y de la Droguería Profarma S.A., dos de las cuatro firmas favorecidas por el presunto direccionamiento.
Para el fiscal Franco Picardi, Ferrari respondía, en los hechos, a los intereses de dos personajes centrales de la maniobra: Pablo Atchabahian, el médico urólogo quien fue su jefe cuando ambos trabajaron en la agencia, hoy detenido con preventiva; y Daniel María Garbellini, unos de los directores del organismo hasta que se hicieron públicos los audios adjudicados al titular de Andis, Diego Spagnuolo, y tanto este como aquel fueron desplazados por el Gobierno.
Santich, por su parte, mantenía un vínculo con el otro director en las sombras del organismo, el exvocero de los supermercadistas chinos Miguel Ángel Calvete, que está condenado y detenido por proxenetismo en otro proceso.
En otra de las 15 indagatorias programadas, uno de los funcionarios de la agencia investigados agrietó ayer el muro de silencio que, indagatoria a indagatoria, fueron construyendo quienes desfilaron hasta aquí por el juzgado del juez Sebastián Casanello.
Se trata de Roger Grant, que apuntó hacia arriba en la organización: declaró que era su jefe quien le indicaba todo lo que debía hacer como Coordinador de Gestión de Urgencias, rol desde el que llevaba adelante las compulsas de precios y adjudicaciones.

Su jefe era el exfuncionario Garbellini, quien, en los audios que dieron origen al caso, aparece como un hombre puesto en la agencia por Eduardo “Lule” Menem.
Pruebas
En uno de los intercambios recabados por la Justicia, el médico Atchabahian, que no trabajaba en la agencia, le sugirió a Garbellini brindarle una “ayuda” a Ferrari por su “compromiso” y por “aportar de afuera”.
Tras ello, Garbellini le facilitó a Ferrari usuario y contraseña del sistema interno Siipfis, a través del cual se realizaban las compulsas reducidas, en las que participaban apenas un puñado de empresas.
“Este hecho reviste una gravedad inusitada -señala Picardi en su dictamen-, ya que se le otorgó acceso a información interna y sensible de un organismo estatal y de los destinatarios del Programa Federal Incluir Salud a alguien ajeno a la administración pública”.
En otro mensaje, Ferrari le transmite a Garbellini que pese a estar de vacaciones en su trabajo privado formal, se encontraba disponible para la agencia.
“Buen día Dani! Feliz Navidad! Sólo quería avisarte que cualquier cosa estoy disponible, la foto de WHATSAPP de que estoy de vacaciones es sólo por Roche, para que no me jodan. Pero para ustedes estoy para lo que necesiten“, dice la comunicación.

Ferrari fue desplazada de la multinacional Roche después de que se conoció el dictamen de Picardi.
El fiscal sospecha que Santich también contaba con acceso al sistema interno mediante el cual fueron beneficiadas las empresas de las que es accionista.
Para mañana está citada Guadalupe Muñoz, la pareja de Calvete, quien se habría ocupado de “mover” el dinero en efectivo, realizar transferencias, pagar o recibir cheques.
“Tené amor 5 palos en efectivo”, le pide Calvete a Muñoz, que le pregunta: “a quién ahí [sic] que pagar con eso?”.
“Son para el boludo del pelado que viaja a Israel y no tiene efectivo en pesos”, le contesta Calvete, en alusión a Spagnuolo y a un viaje que no se llegó a concretar.






