Después de 7 años de ausencia, la Fragata Libertad llega mañana a Italia

ROMA.- Después de siete años de ausencia, mañana, a las 10 en punto de la mañana (las 5 de la mañana en la Argentina), la Fragata Libertad volverá a amarrar en un puerto italiano, el de Civitavecchia. “Se trata de un reflejo del relanzamiento de las relaciones bilaterales entre la Argentina e Italia”, dijo a LA NACION el embajador argentino en Italia, Tomás Ferrari, sin ocultar su expectativa ante el evento.

La última vez que el famoso buque escuela argentino estuvo en Italia fue hace siete años, cuando recaló en el puerto de Génova. Debido al conflicto por los títulos argentinos caídos en default en el 2001 -los aquí llamados “tango-bonds”-, la Fragata Libertad nunca más había estado en Italia por un motivo muy simple: el temor a un embargo de los aguerridos bonistas locales que reclamaban el pago de su deuda. Ocurrió lo tan temido, sin embargo, en otro continente, cuando el buque escuela argentino recaló en el puerto de Thema, Ghana, África occidental, en octubre de 2012. Entonces la Fragata fue retenida por una acción de embargo reclamada ante la justicia de ese país por el fondo NML. El incidente -un verdadero escándalo y rompecabezas judicial-, le hizo cobrar a la nave una lamentable notoriedad mundial.

Mucha agua pasó debajo del puente desde entonces. “La Argentina del presidente Mauricio Macri arregló el contencioso con los bonistas y la relación con Italia, que había estado congelada, este año volvió a relanzarse. El primer ministro italiano, Matteo Renzi, fue el primer jefe de Gobierno europeo que viajó al país en febrero, Macri estuvo en Italia, las cosas se están moviendo nuevamente y la visita de la Fragata Libertad es una muestra más de este proceso de relanzamiento de las relaciones y del nuevo espíritu, positivo, que las rodea”, destacó Ferrari.

Junto al agregado de Defensa de la embajada argentina en Italia y el almirante Filippo Maria Foffi, comandante en jefe del Equipo Naval Italiano, el embajador argentino recibirá mañana con todos los honores al famoso buque escuela argentino -procedente desde el puerto de Toulon, Francia-, en un muelle del puerto de Civitavecchia. Se trata de uno de los puertos más importantes del centro de Italia, sobre el mar Tirreno, a unos 70 kilómetros de esta capital.

El comandante de la nave, el capitán de navío Ignacio Martín Errecaborde, junto a su par italiano, Foffi, el embajador Ferrari, una delegación de la comuna de Civitavecchia y 30 cadetes que participan del viaje de instrucción, como es tradición, después de la ceremonia de arribo, al mediodía, dejarán una ofrenda floral ante el monumento a los Caídos de la ciudad portuaria.

Errecaborde invitó a personalidades de la comunidad italiana y de la argentina en Italia a una recepción, el viernes por la noche, en la Fragata. Esta podrá ser visitada por el público italiano a partir de mañana, de 15 a 18 horas, todos los días, hasta su partida, el 30 de agosto. El buque escuela argentino, que fue botado en el astillero naval de Río Santiago, provincia de Buenos Aires, en mayo de 1956, es una verdadera atracción para el público en general.

El embajador Ferrari mañana por la noche agasajará al comandante y a su segundo, así como a la contraparte italiana, con una comida en la embajada argentina de esta capital.

Como no podía ser de otra manera, los más de 100 cadetes de dos promociones que participan del viaje de instrucción de la Fragata el domingo irán a la Plaza de San Pedro para ver al Papa y presenciar la tradicional oración mariana del Angelus, al mediodía, un momento seguramente emotivo.

Con sus tres palos, 3765 toneladas y 103,70 metros de eslora, la Fragata Libertad volverá a zarpar el 30 de agosto desde el puerto de Civitavecchia con rumbo al puerto de El Pireo, Grecia. En un viaje de instrucción que se da en el año del Bicentenario de la Independencia, de un total de 196 días y 14 puertos -que comenzó el 23 de abril pasado en Buenos Aires-, desde el puerto de El Pireo la Fragata Libertad comenzará su regreso a casa: navegará hasta el puerto de Cádiz, España y desde allí emprenderá el cruce del océano, hasta Río de Janeiro, Brasil. Tras hacer una escala en Montevideo, Uruguay, tiene previsto llegar a Buenos Aires el 5 de noviembre, con más de 20.689 millas y cientos de historias sobre sus espaldas.