ESMA: duros relatos de detenidos ante la justicia de Italia

ROMA.- Fue escalofriante la audiencia que tuvo lugar ayer en el aula búnker de la cárcel de Rebibbia, sede de la II Corte Penal de Roma. Allí se revivió el horror de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), a través de los testimonios de dos ex detenidas en este centro clandestino, en el marco del juicio oral y público contra cinco militares argentinos acusados del secuestro, la tortura y el homicidio de tres ciudadanos ítalo-argentinos (Angela María Aieta de Gullo y Giovanni y Susana Pegoraro).

Este proceso avanza, y se cree que los imputados -Antonio Vañek, Jorge Raúl Vildoza (prófugo desde 1987), Jorge Eduardo Acosta, Alfredo Astiz y Héctor Antonio Febres- ya en marzo o abril próximo podrían ser condenados, en ausencia, por el tribunal romano.

Ayer, de hecho, según los abogados de la parte civil, el juicio dio un gran paso adelante porque quedó "irrefutablemente" probado que Angela Aieta de Gullo, la madre del dirigente peronista Dante Gullo, estuvo en "condiciones inhumanas" en la ESMA, de donde desapareció en un vuelo de la muerte en 1976, a los 56 años.

"Yo estaba acostada, atada, encapuchada y con grilletes, y a mi lado estaba la mamá de Dante Gullo. No podíamos hablar, no nos dejaban, pero sabíamos quiénes éramos y si una iba a salir antes de la ESMA iba a pelear por la otra, para que saliera. Nos sosteníamos moralmente. Tenía mucha fuerza esta mujer, con quien pasé los últimos días antes de que la llevaran a un traslado. Yo creía que la llevaban a otra prisión, pero después supe que no era así...", relató Hebe Lorenzo, sobreviviente de la ESMA.

Hebe Lorenzo fue secuestrada en agosto del 76 en Belgrano por ser delegada sindical de la Sociedad Argentina de Actores y de la Juventud Peronista.

"Me llevaron enseguida a la sala de torturas y fue terrible porque yo no me dejaba desvestir, pero finalmente me desnudaron y ataron a la cama. Sufrí golpes, picana, humillaciones de todo tipo durante varios días, con interrupciones porque tenían que parar porque tuve varios paros cardíacos", agregó Hebe Lorenzo, que tiene 59 años, es actriz y vive en Francia desde 1977.

El testimonio de Marta Alvarez, secuestrada en junio de 1976 cuando era delegada del diario La Razón y pertenecía a Montoneros, fue igual de dramático.

"Yo la vi a María Aieta en la ESMA... Yo entonces estaba embarazada, y estaba en el baño, llorando, y en un momento ella se sacó la capucha y la reconocí porque la había visto en un acto, y porque era una persona mayor, mientras ahí éramos todos jovencitos", declaró, en un testimonio en el cual también hubo detalles tremendos.

Alvarez tuvo la suerte de que al ser de las primeras prisioneras en dar a luz en la ESMA no perdió a su hijo, Federico, que a los tres meses fue entregado a su madre, contó a LA NACION.

Relato impactante

Los relatos no sólo dejaron boquiabiertos a los jueces populares. También fueron un golpe muy duro para Dante y Leopoldo Gullo, hijos de Angela Aieta, que estuvieron ayer en la audiencia y, a su turno, también declararon.

"Quedamos impactados con los testimonios de Hebe y Marta porque desconocíamos muchos detalles del secuestro de mi madre... Pero es importante conocer la historia para que se sanen las heridas, los jóvenes conozcan un pasado oscuro y se refuercen los derechos humanos", dijeron más tarde a LA NACION.

"Espero que este proceso sirva para que yo, después de 30 años, pueda hacer un duelo de lo que pasó, y para que la Argentina también haga un duelo de lo que pasó", dijo Hebe Lorenzo. Y confesó: "Aunque hoy estoy muy mal, para mí fue liberador declarar, y mañana voy a estar mejor".

Por Por Elisabetta Piqué <br/> Corresponsal en Italia

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