G20 | Rodeado de sus ministros, Javier Milei mantuvo una reunión de alto nivel con Xi Jinping al margen de la cumbre
El Presidente y buena parte de su gabinete mantuvieron un encuentro con el líder de China y su delegación; pese a su claro alineamiento geopolítico con los Estados Unidos, el jefe del Estado se siente habilitado a exhibir pragmatismo en el plano comercial y financiero
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RÍO DE JANEIRO.– Fue un encuentro de alto nivel, tanto en el plano comercial, como en el político y el financiero. Javier Milei convocó a buena parte de su gabinete a Río de Janeiro para mantener una reunión bilateral con Xi jinping y una delegación de funcionarios chinos en los márgenes del G20. El Gobierno comunicó que la reunión buscó promover “la cooperación constructiva” en lo que consolida un giro pragmático del Presidente en relación con el gigante asiático.
El encuentro entre delegaciones, de 30 minutos, también fortaleció el lazo político bilateral. Xi invitó a Milei a China y el Presidente lo retribuyó al ofrecerle también una visita al país. “Estas misiones se realizarán en plazos y términos a acordar entre ambas cancillerías”, rezó el comunicado oficial.
Así, en menos de cinco días, Milei pasó de formar parte de la exclusiva gala celebratoria del triunfo de Donald Trump, en Palm Beach, a encontrarse mano a mano con Xi Jinping, el otro polo de la principal guerra comercial del mundo. Pese a su claro alineamiento geopolítico con los Estados Unidos, el Presidente se siente habilitado a profundizar sus lazos con el gigante oriental. “En la vida, una cosa son los amigos y otra son los clientes. No tiene por qué generar ningún problema nuestra reunión con China”, comentó un integrante de la comitiva argentina.
Durante el encuentro, China expresó su interés en incrementar el comercio con la Argentina, mientras que los funcionarios del Gobierno señalaron que pretenden aumentar sus exportaciones. Los países acordaron trabajar “en el desarrollo de proyectos conjuntos que beneficien a ambas economías”.
La Argentina cuidó cada palabra del comunicado oficial y en la delegación argentina todos prefirieron mantener en reserva los detalles del encuentro. Pero luego de la reunión se hizo especial hincapié en la colaboración “financiera” que se acordó durante la bilateral. Según pudo saber LA NACION, no se descarta que China amplíe el swap de monedas o que ofrezca otro mecanismo de financiamiento al país.
Delegaciones
Si bien participaron múltiples funcionarios, Milei y Xi fueron los que guiaron el encuentro. El jefe del Estado no participó de la tercera sesión de la Cumbre de jefes de Estado en el Museo de Arte Moderno (MAM). Optó, en cambio, por priorizar su visita al hotel Sheraton de Leblon para encontrarse con Xi Jinping y abordar una cargada agenda de intereses comunes.
Para este punto alto en la agenda presidencial, a Brasil viajaron especialmente varios ministros para sumarse a la comitiva que ya integraba Milei con su hermana, Karina, y el canciller Gerardo Werthein. En el encuentro estuvieron Luis Caputo (Economía), el titular del Banco Central, Santiago Bausili; Federico Sturzenegger (Desregulación y Transformación del Estado) y Luis Petri (Defensa).
Del gabinete económico de Caputo estuvieron el viceministro de Economía, José Luis Daza; el secretario de Coordinación de Producción, Juan Pazo; el secretario de Finanzas, Pablo Quirno y el viceministro de Energía, Daniel González. También estuvieron los vicejefes de Gabinete, Lisandro Catalán (Interior), y José Rolandi (Ejecutivo); y el vocero presidencial, Manuel Adorni.
Pese a la cantidad de funcionarios que participaron del encuentro, solo los jefes de Estado tuvieron un intercambio de palabras. La presencia del staff oficial, explicaron fuentes de la comitiva, fue para hacer una presentación en “espejo” de Xi Jinping, que se sentó a la mesa acompañado de una hilera de colaboradores.
El volumen de la reunión dejó entrever que las conversaciones no abordaron solo la cuestión económica, si bien la intención de abrir mercados es el principal interés de la Argentina en su giro pragmático para acercarse a China. La decisión china de renovar el swap de monedas (vigente hasta 2026), las compras de soja argentina y el posible nuevo acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) son las razones que lo llevaron a Milei a protagonizar este acercamiento con el gigante asiático.
China, por su parte, pretende reanudar las negociaciones para avanzar con la construcción de dos represas en Santa Cruz que están paralizadas desde hace casi un año. Las empresas encargadas de la obra (Gezhouba, Eling e Hidrocuyo) argumentan que la parálisis obedece a la falta de financiamiento, que depende del acuerdo entre el Gobierno y China.
Según pudo saber LA NACION, Milei también le mencionó a los asiáticos los beneficios del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI) para las empresas chinas. “En todas las bilaterales presentamos el RIGI”, dijo un funcionario en Río de Janeiro.
Giro pragmático
Milei mantuvo su reunión bilateral con Xi Jinping mientras el sherpa argentino, Federico Pinedo, ocupaba la silla argentina en la tercera y última sesión de la Cumbre, enfocada en el desarrollo sustentable y la transición energética.
El Presidente fue mutando su discurso a lo largo de los últimos meses: si en la campaña prometió no hacer negocios con “comunistas”-en alusión a China- en sus últimas apariciones públicas tildó al país como “un socio comercial muy interesante”. “No exigen nada, lo único que piden es que no los molesten”, dijo Milei semanas atrás.
Tras una primera jornada cargada de intrigas en el G20 por el ambivalente posicionamiento del gobierno argentino de cara a la documento final de la Cumbre, que finalmente Javier Milei suscrbió, el Presidente tuvo una breve reunión con el primer ministro indio, Narendra Modi, y luego se cruzó unos minutos con la titular del Fondo Monetario Internacional (FMI), Kristalina Georgieva.
India
En Washington hoy hay un ojo en la relación de Milei con China. Allí ven con preocupación que las cadenas de valor en muchos países de América Latina son muy dependientes del gigante oriental y que hay inversiones chinas en infraestructura estratégica que pueden implicar vulnerabilidades en términos de seguridad nacional para los países de la región. La distinción, a los ojos de los Estados Unidos, es entre el plano comercial y lo potencial influencia militar.
En el G20, Milei orientó sus reuniones bilaterales con los países que no están en el eje occidental. Después de China, llegó el turno del encuentro con su par de India en una conversación en la que los intereses son eminentemente comerciales dado que para el Gobierno es imposible soslayar a Asia como cliente de los productos argentinos. “Tenemos mucho para hacer con ellos. Modi hizo reformas interesantes en su país”, dijo a LA NACION un miembro de la delegación argentina.
Modi es uno de los representantes del “sur global” que, reunidos en el grupo de los BRICS, junto a Vladimir Putin, pretende instalar un nuevo orden mundial. Recientemente, el embajador de la India en la Argentina, Dinesh Bhatia, ratificó el interés de su país en la compra de gas natural licuado (GNL). Para la Argentina, la oportunidad está en aumentar la exportación de productos agropecuarios hacia la India.
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