
Gobernadores avalan a Menem
Salvo Duhalde y Kirchner, el resto de los mandatarios lo apoyó para que sea candidato a presidir el PJ hasta el 2003
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El presidente Carlos Menem logró ayer el respaldo de 12 de los 14 gobernadores justicialistas para adelantar las elecciones internas destinadas a renovar las autoridades del PJ, con las que pretende asegurarse la jefatura del partido hasta el 2003.
Menem consiguió que once mandatarios provinciales y el vicegobernador de Salta Walter Wayar (reemplazó a Juan Carlos Romero), con quienes se reunió ayer en la residencia presidencial de Olivos, avalaran la decisión del congreso partidario de convocar en los próximos 90 días a los comicios internos por la jefatura del peronismo.
El gobernador de La Pampa, Rubén Marín, que ofició anoche de vocero de la reunión, declaró: "Hemos ratificado todo lo acordado en Parque Norte y confirmado nuestro apoyo a Menem" para que sea candidato a presidir el PJ por otro período.
Una vez más, Marín informó que la fórmula presidencial del PJ se elegirá el 11 de abril del año próximo.
Desde que hace ocho días desistió de su proyecto reeleccionista, el Presidente pensó que la mejor manera de derrotar a su "enemigo político", el gobernador bonaerense, Eduardo Duhalde, era competir cuanto antes por la jefatura del peronismo.
Esto había sido decidido en el cuestionado congreso nacional del PJ, que dio un apoyo insuficiente a Menem, y terminó por empujarlo a dar un paso al costado en la carrera hacia 1999.
Los 415 congresales del PJ (sobre un total de 788, según el menemismo), liderados por el ministro del Interior, Carlos Corach, y el senador Eduardo Bauzá, habían votado que dentro de 90 días, como máximo, se elegirá a las nuevas autoridades del partido, cuyos mandatos vencen en el 2000.
El control del partido
El objetivo es que Menem se quede con la presidencia del PJ, cargo que tiene asegurado hasta el 2000, y perfore en las urnas el poder interno de Duhalde, antes de que éste compita por la candidatura presidencial.
Pero el gobernador, en principio, tiene decidido no enfrentar a Menem por la jefatura del justicialismo y reservarse para la elección interna abierta en la que el PJ definirá a su candidato presidencial.
Si Duhalde confirma su determinación de no buscar la presidencia del peronismo, Menem vería frustrada su intención de vencerlo en las urnas, ya que la elección interna partidaria se convertiría solamente en la proclamación del jefe del Estado por otro período de cuatro años al frente del PJ. En caso de que Menem siga al frente del justicialismo, su mandato se extenderá a lo largo de toda la gestión del gobierno que lo sucederá, en diciembre de 1999. Con ese cargo, especulan en el menemismo, el mandatario podría ser el jefe de la oposición en caso de que triunfe la Alianza o un dirigente con mucha influencia en una eventual administración justicialista.
En medio de las empanadas, el asado y "vino Menem" que compartieron anoche los mandatarios provinciales, en el chalet presidencial, resignaron el criterio de "dedicarse a gobernar"que algunos habían expuesto.
Ni Duhalde ni su par de Santa Cruz, Néstor Kirchner, dos críticos del menemismo, fueron invitados a la residencia presidencial de Olivos, tal como sucedió en las últimas cumbres de mandatarios peronistas.
En esa oportunidad, Menem y 12 de los 14 gobernadores del PJ habían acordado encarar una mediación ante Duhalde para evitar una ruptura interna. Ese intento fracasó.
Con Roque Fernández
Antes de ir a la residencia presidencial de Olivos, los gobernadores del PJ se reunieron con el ministro de Economía, Roque Fernández, en la sede del Consejo Federal de Inversiones (CFI).
A diferencia de lo que sucedió unas horas después con Menem, en el encuentro con Roque Fernández estuvieron presentes Kirchner y un representante de Duhalde, su ministro de Economía, Jorge Serguini. El resultado de esta reunión, que duró varias horas, fue que el titular del Palacio de Hacienda se comprometió con los gobernadores justicialistas, y el delegado de Duhalde, a descartar, en forma definitiva, el proyecto de coparticipación provincial, que era resistido por los mandatarios del PJ.
La iniciativa determinaba que las provincias iban a ceder la coparticipación de los incrementos impositivos que produjera la reforma tributaria, para cubrir los 2000 millones de pesos que pierde el fisco por la rebaja de los aportes patronales.
A cambio de sepultar el controvertido proyecto, Roque Fernández les pidió a los gobernadores peronistas que intenten convencer a los legisladores nacionales de que aprueben en el Congreso la reforma tributaria con la generalización del IVA, lo que es rechazado por los mandatarios justicialistas.
"No dijeron que sí, pero tampoco que no. Se comprometieron a estudiar el tema", coincidieron fuentes del Casa de Gobierno y de Economía, consultadas anoche por La Nación .
Luego del encuentro con Roque Fernández, los gobernadores del PJ fueron a Olivos, cerca de las 20. Corach, el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan; el jefe de Gabinete, Jorge Rodríguez, y el senador Bauzá los esperaban con una propuesta: conseguir el respaldo para que Menem renueve el liderazgo en el PJ lo antes posible.
"No es conveniente anticipar las elecciones internas para renovar autoridades del partido. Así se perjudicarán las gestiones provinciales y las del Presidente. Tiene que haber un clima tranquilo, hasta el 11 de abril de 1999", dijo el gobernador Ramón Puerta (Misiones), antes de ingresar en Olivos. Al parecer, durante el encuentro cambió de opinión.
No a la intendencia
"Estoy proscripto." Entre risas y con una ironía, el presidente Carlos Menem desestimó ayer la propuesta del diputado nacional Daniel Scioli (PJ-Capital), quien tenía la intención de que el jefe del Estado se postulara en el 2000, como candidato a jefe de gobierno porteño.
Menem utilizó el mismo concepto de que se valió el menemismo para impulsar la segunda reelección consecutiva del primer mandatario, que esta vedada por la Constitución.
Luego de que el Presidente desactivó, hace una semana, su más preciado proyecto político (por el ajustado apoyo del PJ y la presión que ejerció el ahora anulado plebiscito bonaerense), el menemismo comenzó a buscar una salida política para cuando el Presidente abandone la Casa Rosada, en 1999.
Menem no se tomó en serio la alternativa que ofreció el legislador del PJ porteño: es riojano, el justicialismo no gana una elección en la Capital Federal desde 1993, y es el distrito por tradición adverso al justicialismo.
Apeló a su condición de riojano para echar por tierra la propuesta de pelear la sucesión de Fernando de la Rúa, una idea del motonauta, que La Nación anticipó en su edición de anteayer, para queMenem ocupe un cargo con poder político después de 1999.
"Tengo que reírme", dijo Menem, de muy buen humor, al responder durante el acto de inauguración de la plaza de Lectores (a pocos metros de la Biblioteca Nacional), sobre el ofrecimiento que tenía pensado hacerle Scioli.



