Golpeados tras la elección, los gobernadores dicen estar preparados para el diálogo al que convocó Milei
Afirman que irán cuando sean convocados, pero quieren acordar también soluciones para los temas provinciales; lo que necesita el Gobierno para tener mayorías en el Congreso
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CÓRDOBA.- “Queremos invitarlos a discutir los nuevos acuerdos”, dijo Javier Milei a poco de conocerse su contundente triunfo en las legislativas. Hoy lo ratificó y enfatizó que “no tiene problemas” con los gobernadores. Pese a que, salvo en once provincias, los mandatarios tuvieron un domingo para el olvido, el Presidente cambió su tono.
En la Casa Rosada interpretan que, salvo los kirchneristas, el resto está abierto al diálogo. Aunque hay matices. Tres que tenían alianzas electorales –Rogelio Frigerio (Entre Ríos), Leandro Zdero (Chaco) y Alfredo Cornejo (Mendoza)– intercambiaron mensajes con funcionarios nacionales. Por el momento, los contactos no fueron más allá de eso.
Por supuesto, cayó bien entre los gobernadores el discurso de tono conciliador del Presidente, que tenía todos los elementos para “sacar pecho” en función de los números conseguidos en la elección. Cuando sean convocados, irán.
En particular en el último semestre el vínculo entre la Rosada y las provincias fue muy traumático. Desde las dos partes se están midiendo respecto de cómo reencauzar la relación. Descontaban que, pasadas las legislativas, se venía una búsqueda de consensos porque el propio Presidente ya lo había anunciado.

La expectativa es que, efectivamente, el ministro Luis Caputo sea parte de las conversaciones para cerrar temas que involucran recursos y en los que no hubo avances. Esos reclamos los mantienen hace meses y están, en la mayoría de los casos, en punto muerto.
A partir del nuevo mapa del Congreso que arrojó la elección de ayer, el Gobierno debería lograr acuerdos con unos cinco gobernadores para tener mayoría en ambas cámaras, un objetivo que en la Casa Rosada consideran posible. El objetivo apunta especialmente a los mandatarios que en algún momento colaboraron con el oficialismo y después, con la disputa electoral desatada, ejercieron una oposición nítida.
“Vemos como muy positiva la convocatoria del Presidente a todos los sectores antikirchneristas para llevar adelante las reformas que necesita la Argentina. Durante toda la campaña planteamos la necesidad de diálogo y la construcción de consensos. Es una gran oportunidad para discutir y lograr los acuerdos que permitan la reforma laboral; tributaria; la previsional; Código Penal; entre muchas otras que el país necesita”, indicaron fuentes cercanas al santafesino Maximiliano Pullaro, quien todavía no tuvo contactos con la Rosada.
Tampoco hubo mensajes de Martín Llaryora, otro de los impulsores de Provincias Unidas, que ayer tuvo una performance más pobre a la esperada en el país. En su círculo sostuvieron que “siempre” hubo disposición al diálogo y que cualquier convocatoria, “para que sea real y productiva tiene que tener una previa de análisis de los temas, un trabajo previo de equipos técnicos y políticos”. El electo diputado Juan Schiaretti anoche avanzó en esa línea cuando señaló que la victoria le da una “oportunidad” al Presidente para mejorar “no un cheque en blanco”.
Cuatro de los gobernadores consultados por LA NACION interpretaron que la insistencia de Estados Unidos sobre la “gobernabilidad” terminó favoreciéndolos, porque para avanzar en las reformas prometidas -y no solo en sostener vetos- el oficialismo necesita de alianzas.
Entre los aliados que perdió el oficialismo nacional en los últimos meses se cuentan el tucumano Osvaldo Jaldo y el catamarqueño Raúl Jalil, quienes ayer ganaron en sus distritos. De esos “empoderados”, el tucumano destacó su triunfo y marcó diferencias con la gestión nacional.
Jalil apunta a una reforma constitucional en su provincia, por lo que tendrá que buscar consensos con los libertarios provinciales. “Si nos llaman, claro que iremos” dijo a este diario. Tiene algunos temas pendientes a tratar y confía en que se podrán resolver.
A ese mismo grupo pertenecía el salteño Gustavo Sáenz, quien en los últimos tiempos reclamó con dureza a la Nación por las “promesas incumplidas”. Después de la elección, mantiene la postura de que es “un hombre de diálogo” pero aclara que su primer deber es que su provincia reciba las obras que acordó.
De cara al futuro, Sáenz sostuvo que “la provincia necesita una mirada federal real, que nos devuelva el protagonismo que merecemos”. Enfatizó que su gestión redoblará los esfuerzos para impulsar obras de infraestructura, generar empleo y fortalecer el desarrollo regional. “Sabemos que hay zonas postergadas y brechas por cerrar, pero tenemos la decisión y la fuerza para hacerlo”, aseguró.
Desde el entorno del neuquino Rolando Figueroa ratificaron que mantienen una buena relación institucional con Nación y, hacia adelante, plantearon que no habrá cambios en la conducta que vienen siguiendo “apoyar todo lo que proponga la Rosada que le haga bien a la provincia y rechazar aquello que la impacte negativamente. La posición es defender a Neuquén”.
En el mismo tono se expresaron los misioneros del Frente Renovador que comanda Hugo Passalacqua, quien ayer no pudo sostener su dominio territorial.
Además de mirar las reformas en las que quiere avanzar Milei con el nuevo Congreso, los gobernadores también apuntan a la discusión del presupuesto 2026. El chubutense Ignacio Torres -cuya fuerza quedó tercera ayer- ya dijo que convocará a los legisladores actuales y a los electos para trabajar sobre ese tema. “Vamos a pedir la colaboración de todos para defender lo nuestro”, afirmó.
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