La Alianza busca más aliados
A una semana de su triunfo en los comicios legislativos, la Alianza encara ahora, con inocultable optimismo, una nueva etapa, con vistas a las elecciones presidenciales de 1999.
Con este objetivo, la cúpula aliancista delineó las primeras estrategias, que consistirán en abrir sus puertas hacia nuevas expresiones partidarias y consolidar la coalición en el interior, sin dejar de lado el primer examen: la estrategia parlamentaria.
Raúl Alfonsín, Carlos "Chacho" Alvarez, Graciela Fernández Meijide, Fernando de la Rúa y Rodolfo Terragno acelerarán las conversaciones con sectores políticos provinciales y no descartan incorporar a sus filas a dirigentes del justicialismo que disienten con Menem.
La Alianza, en procura de nuevos adherentes
Estrategias: iniciativas comunes y particulares ya se tejen para llegar a la presidencia; las ambiciones de los cinco máximos referentes de la coalición.
¿Podrá la Alianza mantenerse incólume hasta 1999 pese a las inocultables ambiciones políticas personales de sus cinco máximos conductores? Este es el gran desafío que hoy enfrenta la cúpula aliancista, que ya despliega estrategias comunes -y también particulares-, para alcanzar el máximo escalón del poder: la presidencia.
A una semana de su triunfo electoral, un indisimulado optimismo signa cada paso de los máximos referentes de la coalición. Raúl Alfonsín, Graciela Fernández Meijide, Fernando de la Rúa, Carlos "Chacho" Alvarez y Rodolfo Terragno, los perfiles presidenciales indiscutibles de la Alianza, prefieren no hablar de candidaturas, por el momento. Se abocan, en cambio, a la tarea común de fortalecer la Alianza y abrir sus fronteras a nuevos adherentes.
Un tema tácito
Sin embargo, el tema de las candidaturas está tácito. En el Frepaso, la decisión es clara: Fernández Meijide y Alvarez no disputarán por la candidatura presidencial. Quien sea el postulante deberá medirse en elecciones internas con su rival del radicalismo, si previamente no se llegó a un consenso por la fórmula.
Sin embargo, en las filas frepasistas algunas voces ya proponen que quien resulte perdedor en la elección se postule para un cargo de trascendencia en algún distrito, por ejemplo la jefatura de Gobierno de la Capital o la gobernación bonaerense. "Sería inútil que un dirigente de peso se diluyera en la vicepresidencia", aducen.
Mientras tanto, Fernández Meijide, la gran protagonista de las elecciones, se apresta para viajar en 15 días más a los Estados Unidos. Allí mantendrá importantes contactos con delegados gubernamentales, periodistas y autoridades universitarias. ¿Una gira para tantear el terreno? Tal vez.
Alvarez, en tanto, está abocado a la búsqueda de la "pata peronista" de la Alianza. "La oposición sabe lo difícil que es competir con un PJ dueño del 40% de los votos", argumenta y, con cierta avidez, observa la crisis interna del PJ. Sin embargo, no dará un solo paso sin antes consultarlo con la UCR: no quiere repetir la experiencia de su ruptura con José Octavio Bordón, cuando el año último éste quiso atraer a Gustavo Beliz hacia el Frepaso.
La UCR y sus perfiles
La UCR, en tanto, se apresta a definir la sucesión de Rodolfo Terragno, jefe del comité nacional. Esto le ocasiona un dilema a Terragno, ya que, de titular del radicalismo, pasará a ser un diputado más y abandonaría su sitio de privilegio en la cúpula aliancista. En pocas palabras, su espacio para luchar por su candidatura presidencial quedó absolutamente limitado.
Esto explica el porqué de su insistencia en debatir hoy las candidaturas. "No debe surgir del acuerdo de cúpulas, sino del voto de la gente", remarca.
Raúl Alfonsín y Fernando de la Rúa no están de acuerdo y, como sus aliados frepasistas, pretenden postergar la definición hasta mediados de 1998.
Alfonsín, que se erigió como uno de los arquitectos de la Alianza y que aún sueña con ocupar nuevamente el sillón de Rivadavia, está abocado hoy a la elaboración del programa de la Alianza, con vistas a 1999. Con este objetivo, coordina personalmente a 18 especialistas -nueve por cada fuerza- que conforman el Instituto Programático de la Alianza.
De la Rúa, por su parte, observa tranquilo el panorama. Confía en que una buena gestión como jefe de Gobierno de la Ciudad será su trampolín hacia 1999. Mientras, realiza visitas al interior, para no agotar su presencia sólo en su bastión.
En Londres no ven fácil otro triunfo opositor
Impacto: los británicos creen positivo para la democracia el triunfo opositor; buen concepto sobre Meijide.
LONDRES (De nuestra corresponsal).- Los británicos, que habían reconocido el carácter "presidenciable" de Graciela Fernández Meijide mucho antes de que la idea fuera considerada por sus allegados, vieron confirmadas sus predicciones en las últimas elecciones.
La figura de la electa diputada bonaerense sigue captando aquí admiradores, que la consideran como la "candidata natural" a la Rosada, mientras que el triunfo de la oposición fue entendido aquí en forma unánime como algo positivo para la democracia argentina. Dicho esto, sin embargo, son muy pocos los que creen que la victoria aliancista se repetirá en 1999.
El matutino de negocios Financial Times fue el primero en ver a Meijide en el sillón de Rivadavia, asegurándolo así en todos los artículos publicados sobre la Argentina desde que puso pie en Londres para dialogar con parlamentarios británicos a principios de este año. "La victoria de la Alianza en la provincia de Buenos Aires tiene una enorme significancia en la carrera por las presidenciales de 1999 -destacaba FT el lunes último-. Es de esperar que Fernández Meijide se convierta en la principal contendiente de la oposición en ese intento. La derrota de la señora de Duhalde debilita los intentos de su esposo, Eduardo Duhalde, para transformarse en el próximo candidato justicialista."
Falta de solidez Pero ser "contendiente" no garantiza ganarse el favor de las urnas y, en ese sentido, quien ha marcado el mayor grado de escepticismo es el semanario The Economist.
"Carlos Menem no es enemigo de la democracia -advertía en la edición del viernes anterior a las elecciones-. Elegido en 1989, en 1994 firmó un pacto, con el respaldo de su principal oponente, que le permitió postularse otra vez. Fue reelegido, como era de esperar, en 1995. No ha tomado ningún paso para que se le permita lo mismo una tercera vez. Tampoco su partido, en teoría el peronista, ha actuado como el atrincherado Partido Revolucionario Institucional, de México, el cual, no importa cuáles sean sus intenciones de cambio, obtuvo para sí cada uno de los asientos disponibles en un Estado que fue a las urnas esta semana."
Esta vez, el análisis no cambió de rumbo. "El presidente Menem ha sido castrado por los votos -indica The Economist, con el título "Un buen día para la democracia argentina"-. Pero no hay que asumir que a la oposición le irá tan bien en la elección presidencial de 1999."
Dos son sus principales argumentos: la experiencia política del presidente Menem y la poco homogénea estructura de la Alianza.
"El señor Menem no va a aflojar. Es duro y astuto y no abandonará -sostiene-. Ha sabido manejarse con un Congreso revoltoso con anterioridad. El también puede formar alianzas y hay más de 30 congresales que están fuera del campo de la Alianza."
"La Alianza en sí misma no es sólida. Nació sólo en agosto para esta elección -recuerda-. Es, además, incompleta: los radicales, poderosos en muchas provincias, no desean compartir su boleta ganadora con los recién llegados del Frepaso.
"Esta semana la Alianza fue toda alegría, dulzura y amor fraternal. Esto puede no durar", sentencia The Economist.
Un Menem rejuvenecido Para este influyente medio, con distribución en más de 40 países, el principal peligro de la oposición se encuentra en el área económica, aun cuando haya adherido al modelo adoptado por el Gobierno.
"La Argentina es particularmente sensible a los shocks externos, como los de los mercados internacionales esta semana, por su inusual sistema de convertibilidad monetaria", advierte.
"Algunos analistas ya han reducido sus pronósticos de crecimiento. Pero si el señor Menem puede conducir a la Argentina por estas dificultades y escapar de otras, puede que presida 18 meses de sólido crecimiento económico, con el desempleo cayendo rápidamente, aunque no sea al 7% heróicamente proyectado. Y la Alianza no puede correr el riesgo de ser vista obstruyendo todo esto." ;





