La Cámpora llegó esta vez a tiempo y no se quedó afuera de la Plaza de Mayo

En medio de un clima que por momentos hizo recordar los últimos años de la gestión de Cristina Kirchner, el Gobierno festejó el Día de la Democracia con un acto en Plaza de Mayo, que tuvo como principal atracción a las bandas de música en vivo y los discursos de cierre a cargo de José “Pepe” Mujica, Luiz Inacio “Lula” da Silva, Cristina Kirchner y el presidente Alberto Fernández.

Desde temprano, las columnas de las organizaciones políticas y los movimientos sociales ligados al oficialismo, comenzaron a llegar al centro porteño con la intención de encontrar la mejor posición en la plaza para sus militantes. No faltó tampoco la presencia de los intendentes del conurbano, entre ellos el matancero Fernando Espinoza, cuyos militantes colgaron una pancarta con su nombre que cruzaba de lado a lado la pirámide de Mayo.

Sin embargo, a diferencia de lo que podía suponerse en un principio, las banderas de La Cámpora no ocuparon la primera fila del acto. Frente al escenario se ubicaron el Movimiento Evita y Somos Barrios de Pie, las organizaciones sociales que forman parte de la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y que tienen como principales referentes a Emilio Pérsico, Fernando “Chino” Navarro y Daniel Menéndez, quienes a su vez se desempeñan como funcionarios del Gobierno.

La organización comandada por Máximo Kirchner, en cambio, se concentró en las inmediaciones del Obelisco. Desde allí movilizaron por Diagonal Norte. Fue recién una vez entrada la tarde que lograron ingresar a la plaza histórica, ubicándose frente a la Catedral. Esta vez, a diferencia de lo que ocurrió en el acto de Alberto Fernández, la agrupación kirchnerista llegó a tiempo y fue protagónica.

Bajo la consigna “Democracia para siempre”, en los carteles que podían observase durante la celebración primaban las banderas celestes y blancas y referencias a las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, además de pancartas con los rostros de Néstor Kirchner y otras figuras, como Juan Manuel de Rosas o incluso el Indio Solari.

“¿Saben que tenemos un cierre, no?”, exclamó uno de los presentadores al comenzar el show de bandas, pasadas las 16.30. “¿A quién quieren escuchar ustedes?”, replicó su compañera de escenario. Es que, además de las palabras de Cristina Kirchner, el público esperaba con impaciencia lo que podía llegar a decir Da Silva.

A partir de las 17, las bandas de rock comenzaron a subirse al escenario. Fue en ese momento cuando los animadores del acto le solicitaron a las organizaciones que enrollen las banderas para facilitar la visión de quienes se encontraban más alejados. Los militantes accedieron al pedido y el gesto fue aplaudido, lo que dio lugar a la salida al escenario de Los Súper Ratones, a quienes les siguieron Massacre y la exvocalista de Utopians, Barbi Recanati. Minutos más tarde, alrededor de las 18, comenzó la tanda de música folclórica, que contó con Peteco Carabajal y la dupla Teresa Parodi y Víctor Heredia, entre otros artistas invitados.

Mientras la plaza terminaba de colmarse a la espera de los discursos políticos, desde los parlantes se anunció la entrega de los premios “Azucena Villaflor” a los referentes de las organizaciones de Derechos Humanos Estela de Carlotto, Taty Almeida y Adolfo Pérez Esquivel. La condecoración llevaba el nombre de una las fundadoras de la asociación Madres de Plaza de Mayo que fue desaparecida durante la última dictadura. “Esto reafirma que la democracia y los derechos humanos son valores indivisibles”, señaló Pérez Esquivel luego de recibir la estatuilla de manos del Presidente, mientras afuera todo era música y expectativas.

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