La caza del voto útil y tres elecciones provinciales, los desafíos hacia octubre
Aunque Alberto Fernández quedó anteayer a un paso de la presidencia, el resultado de las PASO abrió numerosos interrogantes para resolver en el camino hacia las elecciones generales del 27 de octubre.
Durante las 11 semanas que faltan para esos comicios habrá tres elecciones en el interior, comenzará una caza del voto que en las PASO fue para las fuerzas minoritarias y recrudecerá la disputa por aquellos distritos donde la batalla entre el macrismo y el kirchnerismo no está del todo saldada. Y en el medio se llevarán a cabo los dos debates presidenciales, uno en Santa Fe y otro en la ciudad de Buenos Aires.
También crecerán las especulaciones sobre el peso que tendrá el voto en blanco en los resultados si en octubre se repite el 3% de anteayer y sobre el futuro de la composición del Congreso si Juntos por el Cambio y el Frente de Todos concentran una masa de votos todavía mayor.
En ese sentido, el oficialismo ya dio la primera señal de que convertirá el "voto útil" en uno de los argumentos de la campaña para los próximos dos meses.
"Hay sectores [que no hicieron una buena elección en las primarias] que tienen una afinidad con el Gobierno. Ese voto configura casi 5 puntos", dijo ayer el candidato a vicepresidente, Miguel Ángel Pichetto, durante la conferencia de prensa que brindó junto a Mauricio Macri.
El postulante se refirió, sin nombrarlos, a los votantes de Roberto Lavagna (que obtuvo el 8,2%), Juan José Gómez Centurión (2,6%) y José Luis Espert (2,1%).
Además de sugerir que irán en busca de ese voto, el senador también se refirió a la cantidad de gente que votó, en torno del 75% del padrón. Se prevé que ese porcentaje se amplíe, como ocurrió entre las primarias y las PASO de 2015. "Hay mucha gente que se quedó en la casa", señaló.
En el camino hacia octubre habrá tres elecciones provinciales en que el kirchnerismo y el macrismo volverán a medir fuerzas en busca de nuevos impactos simbólicos.
Mendoza será la primera en elegir al sucesor del radical Alfredo Cornejo, el 29 de septiembre. El resultado de la elección allí no está definido. Si bien la provincia fue uno de los focos de votos de Cambiemos desde 2015, anteayer Alberto Fernández sorprendió y superó a Macri por más de tres puntos. Hubo festejos en el Frente de Todos.
Una semana después habrá primarias en Salta, gobernada por el peronista Juan Manuel Urtubey, compañero de fórmula de Lavagna. En las PASO, la victoria de Fernández fue aplastante en esa provincia (48,8% contra 20% de Macri).
Ese día también votará Chaco en elecciones generales. Allí el kirchnerismo se impuso con el 55,9% sobre el 25,5% de Macri.
Además de Mendoza, hay otros distritos donde quedó expuesto que la disputa por el poder no quedó resuelta y donde reforzará la campaña. Tal es el caso de la municipalidad de General Pueyrredón (Mar del Plata), donde Guillermo Montenegro ganó la primaria de Juntos por el Cambio, aunque la candidata más votada fue Fernanda Raverta, del kirchnerismo.
En la ciudad de Buenos Aires, por caso, Horacio Rodríguez Larreta no lograría una victoria en primera vuelta en caso de repetirse los resultados de las PASO y debería competir, en ballottage, contra Matías Lammens, del Frente de Todos.
Con el resultado de las primarias el voto en blanco se convierte en un factor extra para la especulación electoral del macrismo, que busca forzar un ballottage. Como en las elecciones generales el voto no se computa -a diferencia de las PASO-, el porcentaje que obtienen los candidatos puede acrecentarse debido a que la masa de votos tenida en cuenta es más chica. Anteayer, hubo un 3,1% de votos en blanco.
En tanto, la composición del Congreso será otro eje de discusión durante la campaña. Aunque ni el macrismo ni el kirchnerismo lograrían hacerse con la mitad más uno de las bancas, de repetirse -o ampliarse- la performance del Frente de Todos en las elecciones generales, el kirchnerismo ampliaría la cantidad de legisladores hasta convertirse en la primera minoría en Diputados, que renueva la mitad de la Cámara.
En cambio, en el Senado el escenario es más favorable para el kirchnerismo: podría quedar a un paso del quorum propio.