La respuesta de los fiscales a Cristina: “El Poder Judicial no quiere tomar el poder”

"Absolutamente rídiculo"; "no se lo puede tomar en serio"; "una cosa absurda"; "no merece ni respuesta". El presidente de la Asociación Argentina de Fiscales, Luis Cevasco, utilizó esas palabras para calificar la carta pública de Cristina Kirchner en la que acusó de golpistas a los funcionarios judiciales que organizaron la marcha del silencio por Alberto Nisman .

"El poder judicial no quiere tomar el poder, no está en sus miras y no representa a un sector político", aseguró Cevasco en diálogo con Radio La Red. En el texto que difundió a través de las redes sociales, la Presidenta desacreditó la movilización del 18F y consideró que no fue un homenaje al fiscal de la causa AMIA, que apareció muerto con un disparo en la cabeza horas antes de exponer en el Congreso sobre su denuncia contra la primera mandataria, sino que marcó "la aparición pública y ya inocultable del Partido Judicial".

"La carta de Cristina no merece ni respuesta. Es propio de una persona que por estar imputada en un caso su reacción es agredir al investigador", apuntó el titular de la Asociación Argentina de Fiscales.

Cevasco reconoció que la multitudinaria marcha del silencio "da un apoyo" a los jueces y fiscales, pero remarcó que la manifestación "tuvo un solo objetivo que fue homenajear a Nisman".

"Es ridículo pensar que puede haber un partido judicial. El poder judicial lo que está haciendo es llevar adelante investigaciones, esto no es un partido político. Desprestigiarlo cuando cumple su deber es una cosa absurda", señaló.

Por su parte, el secretario general de la Presidencia, Aníbal Fernández , sostuvo hoy que los fiscales que convocaron a la marcha "se han metido en lo que no se tienen que meter" al considerar que "la misión más delicada que tiene el Poder Judicial es mantenerse dentro de la órbita de su jurisdicción".

En la misma línea que la carta de la jefa del Estado, el funcionario dijo que los fiscales actuaron "en forma partidaria", lo que podría abrir la puerta a "especulaciones políticas en lugar de la búsqueda de la verdad, que es lo que debe hacer un magistrado".