
La trama secreta de las pensiones graciables
El escándalo desatado por las pensiones que el ex diputado Atilio Barbotti (Acción Chaqueña) hizo aprobar para su familia incluida la nieta de dos años y medio puso al descubierto que el Congreso entrega 22 millones de pesos por mes en ese concepto. Esa facultad es propia de los senadores y diputados nacionales.
Los subsidios aprobados por el Parlamento Nacional son legales aunque puedan ser cuestionados. Los legisladores los entregan a quienes demuestren tener una real necesidad o simplemente por clientelismo político.
Hay pensiones que recaen anualmente en ancianos sin recursos en enfermos psiquiátricos irrecuperables en huérfanos y en discapacitados. Pero también las disfrutan parientes cercanos a algunos legisladores. Un analista parlamentario reflexionó que las pensiones pueden ser calificadas como "un privilegio".
Los subsidios personalizados son por 10 años y ascienden actualmente a 129.051. Los montos van desde los 100 pesos hasta más de 600 con su correspondiente aguinaldo.
El Congreso gasta millones en pensiones
El Estado gasta un promedio de 22 millones de pesos por mes en el otorgamiento de pensiones graciables una facultad de la que gozan los diputados y senadores nacionales.
Según un informe oficial al que tuvo acceso La Nacion en forma exclusiva existen 129.051 beneficiarios de estas pensiones no contributivas quienes reciben un promedio de 176 pesos por mes.
La particularidad de estos beneficios es que son concedidos por el Congreso discrecionalmente. No existen requisitos que limiten su petición y su otorgamiento queda a criterio de cada legislador.
Se entregan por diez años pudiendo prorrogarse por otros diez y son perfectamente compatibles con cualquier otro beneficio sea graciable o previsional nacional provincial o municipal. Tampoco es necesario acreditar aportes previsionales o años de servicios como para una jubilación ordinaria.
Esto implica que cualquier ciudadano sin importar su edad y su nivel socioeconómico si tiene o no trabajo y si percibe o no otra pensión o jubilación estaría en condiciones de recibir el beneficio con el solo visto bueno del Poder Legislativo.
Sus beneficiarios además tienen derecho a recibir atención médica a través del PAMI.
Quienes perciben pensiones graciables del Congreso son curiosamente más que los beneficiarios de pensiones por vejez o invalidez (113.170 según metas proyectadas a diciembre de 1995).
Si bien reciben en promedio 176 pesos por mes hay 11.675 personas que perciben un haber mayor al salario mínimo de 200 pesos en tanto que 1913 privilegiados cobran más de 600 pesos cada 30 días más el correspondiente aguinaldo.
Si se multiplican los 22 6 millones de pesos que se gastan mensualmente por los 12 meses del año se llega a un gasto total de 271 2 millones de pesos y de 293 8 millones si se incluyen los aguinaldos.
Este monto representa aproximadamente el 60 por ciento de lo que se recauda para el Fondo Nacional del Empleo destinado a programas para combatir la desocupación.
Jóvenes afortunados
Otro dato llamativo es que el 45 por ciento de los 129.051 beneficiarios de pensiones graciables son menores de 58 años.
Y resulta también extraño que entre las 1913 personas que reciben más de 600 pesos por mes 708 son menores de 38 años y suman el 16 5 por ciento.
Fuentes gubernamentales confiaron a La Nacion que muchos de estos jóvenes que reciben el beneficio "por lo general no tienen otro mérito para recibirlo que el de tener buena llegada a algún legislador". De todas maneras en los pasillos del Congreso se insiste en que la mayoría de las veces esas pensiones se utilizan para mejorar la situación personal de gente necesitada.
La ley no estipula requisito alguno para la concesión de una pensión graciable.
De este modo mientras la Administración Nacional de la Seguridad Social (Anses) ha puesto en marcha un operativo para descubrir beneficios jubilatorios fraudulentos que a juicio de autoridades de esa repartición permitiría ahorrarle al Estado unos 200 millones de pesos por año en el mismo período se gastan casi 300 millones en pensiones graciables.





