Las tres claves para poder seguir el escrutinio

La participación electoral. A las 6 de la tarde se podrá conocer un primer dato significativo por su proyección hacia la elección de primera vuelta. En las PASO vota menos gente que en la primera vuelta, aunque más que en las elecciones de gobernador que han venido sucediendo desde marzo. En el interior, el porcentaje de participación suele estar por debajo del 75%, que fue el número que se registró en las PASO nacionales de 2015.

De ese 75% se pasó en la primera vuelta de ese año al 81%: votaron dos millones más de personas. Esto tuvo un correlato electoral: esa gente que no había votado en las PASO, pero sí en la primera vuelta, se inclinó a favor del macrismo, y permitió acortar la ventaja entre el primero y el segundo. Desde el macrismo, esta vez, hubo una campaña para decir que las PASO tenían importancia.

La evolución del escrutinio: luego de la participación electoral, el segundo dato a tener en cuenta es la marcha del conteo de votos. El Gobierno ha prometido que el escrutinio va a ser más rápido, y que a las 21 (cuando se pueden empezar a dar resultados electorales), estará ya el 50% del padrón, una promesa arriesgada del ministro del Interior Rogelio Frigerio.

Si uno recuerda la elección de 2015, a las 3 de la mañana se comenzó a estirar la ventaja de Scioli sobre Macri, principalmente porque a partir de ese horario y hasta las 8 de la mañana del lunes comenzaron a completarse los datos de la tercera sección electoral del conurbano bonaerense.

La tercera sección tiene la misma cantidad de electores (más de 4 millones y medio) que la primera, pero en la tercera está la capacidad electoral del kirchnerismo. La primera sección podría estar bastante más repartida.

Los distritos decisivos. El macrismo tiene predominio en la franja central del país: Mendoza, San Luis, Córdoba, hipotéticamente Santa Fe y también Entre Ríos. Esos votos podrían contarse primero que los del conurbano y podría precipitar un resultado parcial equivocado. Es por eso que hay que saber esperar no solo los votos del Gran Buenos Aires sino también los del norte, donde el peronismo tiene un histórico predominio que el macrismo espera descontar en Jujuy, Corrientes y La Rioja.