
Moyano, a un paso de asumir en el PJ
El gremialista se encamina a ser nuevo jefe del peronismo bonaerense, con aval del Gobierno
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El jefe de la CGT, Hugo Moyano, está a punto de ganar su última batalla partidaria. La presión sindical empezó a resquebrajar la encarnizada resistencia de los intendentes del conurbano. Y el líder camionero, con aval del Gobierno, se acercó ayer un paso más a la presidencia del PJ bonaerense.
La disputa llegó a la Casa Rosada. En estos días, los operadores del Gobierno tomaron nota de la pelea en el territorio más populoso del país. Ayer, un alto funcionario se sinceró ante LA NACION: "La verdad, no podemos impedirlo. Moyano va a asumir la presidencia del peronismo bonaerense. Le corresponde". Anoche, el sindicalista esperaba ansioso ese respaldo oficial para avanzar y suceder en el mando al vicegobernador Alberto Balestrini.
Según reconstruyó LA NACION de tres dirigentes clave en el PJ, Kirchner espera "el momento", para intentar habilitar a Moyano. "Armar una comisión de conducción, como quieren algunos intendentes, es imposible. Hay que dejar que la disputa decante", analizaba anoche otro funcionario con acceso diario a Olivos.
Forzado a intervenir, el ex presidente sugirió, en estas horas, que sería más costoso políticamente impedir la asunción de Moyano que seguir los mecanismos institucionales previstos. El artículo 35 de la carta orgánica del partido dice que, "en ausencia del presidente, el reemplazante natural será el vicepresidente". O sea, Moyano.
Hasta anteayer, Kirchner sólo había intentado hacer equilibrio. Quería asegurarse que tendría "la conducción real" del partido, mientras evaluaba en Olivos el resultado final de una batería de declaraciones destinadas a medir la resistencia de los caciques.
Esta semana, el gobernador Daniel Scioli dedicó variados elogios al camionero y dijo que era "un pilar del proyecto". Dos intendentes, Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Hugo Curto (Tres de Febrero), desafiaron en público la posición de sus colegas y respaldaron con ganas los deseos del gremialista, ansioso por engrosar su corriente interna y robustecer su proyecto para ser candidato a gobernador.
Anteayer, el apoderado del partido, Jorge Landau, fue más allá y anunció que Moyano estaba "en condiciones de asumir". Y ayer se sumó el diputado José María Díaz Bancalari.
"La carta orgánica es clara. Moyano es el reemplazante natural de Balestrini hasta que se recupere", dijo Díaz Bancalari a LA NACION. En la Casa Rosada esperaban en silencio, "satisfechos" por esas declaraciones públicas.
El moyanismo, mientras tanto, espera expectante. Desde hace varios días los operadores del camionero intentan acordar un llamado al consejo del partido para oficializar al nuevo conductor. Juran que será "en 15 días", como máximo, mientras buscan la habilitación definitiva de Kirchner.
Oposición en el conurbano
Anteanoche, Omar Plaini, secretario del gremio de los canillitas y operador del gremialista, apareció en un acto de intendentes en Esteban Echeverría. Estaban Néstor y Alicia Kirchner. Intentó opacar resistencias y sondear a los barones. Lo recibieron con frialdad y lo despidieron temprano. Cuando se fue, varios intendentes se hicieron la misma pregunta: "¿Qué pasa con la comisión que íbamos a armar en el partido?"
Ese mismo mensaje habían dado la tarde anterior un grupo de intendentes del norte del Gran Buenos Aires: Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Joaquín de la Torre (San Miguel), Sandro Guzmán (Escobar), Luis Acuña (Hurligham) y, sorpresivamente, el ultrakirchnerista Mario Ishii (José C. Paz). Salieron en masa a repartir un mensaje en contra de Moyano: "Queremos que el consejo del partido se reúna para designar una conducción transitoria".
Pero el Gobierno ahora empezó a bajar el pulgar a esos proyectos. Ayer se enfriaba la posibilidad de la comisión. "Sería impracticable", insistió otra fuente del Gobierno, de trato habitual con Kirchner.
Sólo le importaba un acuerdo con Moyano para garantizar que Néstor Kirchner será, como ha sido hasta ahora, el conductor real del PJ provincial.



