Murió el padre Alberto Carbone, uno de los fundadores del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo
Tenía 98 años y estuvo dos veces detenido durante el período militar; se lo vinculó con los Montoneros y pertenece a la generación del padre Carlos Mugica, asesinado por la Triple A; residía en un hogar sacerdotal en Moreno
A los 98 años –y dos meses antes de cumplir 70 años de sacerdote- falleció el padre Alberto Fernando Carbone, uno de los fundadores y referentes históricos del Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo (MSTM), y vinculado en los años 70 con los Montoneros. En los últimos años residía en un hogar sacerdotal, al lado de la iglesia catedral de Moreno, y tenía afinidad con el Grupo de Curas en Opción por los Pobres.
Detenido dos veces durante el régimen militar, en 1970 y en 1972, se le atribuyó una colaboración en el secuestro del teniente general Pedro Eugenio Aramburu, al imputársele que era de su propiedad la máquina de escribir en la que la organización que lideraba Mario Firmenich escribió su manifiesto sobre el “ajusticiamiento” del militar. Permaneció recluido cinco meses y medio, hasta que recibió una condena de dos años de prisión en suspenso por “encubrimiento”. En 1972 fue involucrado por autoridades navales en un ataque de los Montoneros a una escuela de la Prefectura Naval, en Zárate, por lo que pasó cuatro meses detenido.
Superada la etapa de la violencia que el país vivió en la década del 70, Carbone se concentró en la misión pastoral y evitó incursionar en política. Participaba con entusiasmo en campamentos con jóvenes, en especial en Esquel y Bariloche, entre otras actividades.
A fines de los años 60, Carbone participó de la fundación del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo, inspirado en el espíritu del Concilio Vaticano II, los pronunciamientos de los obispos latinoamericanos reunidos en 1968 en Medellín y en la Declaración de San Miguel, que el Episcopado aprobó por unanimidad en abril de 1969. Allí se incluía una pastoral popular identificada con la Teología del Pueblo, reivindicada hoy por el papa Francisco y valorada en la actualidad por distintas expresiones de la Iglesia, como los curas villeros.
Se estima que unos 400 sacerdotes se integraron al movimiento tercermundista. Carbone era secretario de redacción del boletín Enlace, la publicación del movimiento, que distribuyó 28 números entre 1968 y 1973. En su mayoría, eran cercanos al peronismo identificado con la doctrina católica, en una clara diferenciación de las opciones marxistas que enarbolaban algunas organizaciones de ese tiempo.
Al igual que los padres Carlos Mugica (asesinado por la Triple A en 1974), Rodolfo Ricciardelli, Jorge Vernazza y Domingo Antonio Bresci, entre otros, Carbone es hoy una figura de referencia para los sacerdotes comprometidos con la atención pastoral y social de los barrios populares.
Al recuperar su libertad en 1972, el arzobispado de Buenos Aires tomó distancia de Carbone y no le asignó funciones eclesiásticas estables, hasta que en 1985 lo recibió en su diócesis el obispo de Morón, monseñor Justo Laguna. Se instaló en una capilla en el barrio Rivadavia.
Etapa de formación
Carbone había nacido el 5 de enero de 1924 en Berlín. Su madre, Marta Albrecht, era alemana y tenía formación luterana. Su padre, Raúl Carbone, era de una familia de Santa Fe y se graduó de ingeniero en el Instituto Tecnológico de Berlín. Instalados en 1926 en Buenos Aires, su padre trabajó en Vialidad Nacional y él estudió en un colegio de los hermanos maristas, en Belgrano.
Se incorporó a la rama estudiantil de la Acción Católica, donde militó desde los 14 años, y participó activamente en la Juventud Universitaria Católica (JUC) durante los tres años en que cursó la carrera de ingeniería. Ingresó luego en el Seminario Metropolitano de Villa Devoto y fue ordenado sacerdote el 19 de enero de 1953. Permaneció siete años en la parroquia Inmaculada Concepción, en la calle Independencia. Dedicado al apostolado entre los jóvenes, trabajó junto al entonces obispo de Rafaela, Vicente Zazpe, luego arzobispo de Santa Fe.
Radicado en los últimos años en la zona oeste del Gran Buenos Aires, participaba regularmente en los encuentros regionales y nacionales del Grupo de Curas en la Opción por los Pobres, animado por su cercanía a las poblaciones postergadas.
La diócesis de Merlo-Moreno expresó su profundo pesar por su fallecimiento y sus restos fueron velados en la iglesia catedral Nuestra Señora del Rosario, de Moreno.
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