
Patricia Bullrich, sin apoyo, renunció a su cargo
Quería que su ministerio manejara los planes sociales, pero no obtuvo el respaldo del Presidente, que aceptó su dimisión
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La ministra de Seguridad Social, Patricia Bullrich, renunció ayer a su cargo, disconforme con la intención del Presidente de mantener, en forma paralela, la estructura del Ministerio de Desarrollo Social, que dirige Daniel Sartor.
Bullrich presentó la renuncia ayer, por la mañana, y Fernando de la Rúa se la aceptó de inmediato: el jefe del Estado se encontraba muy molesto por las amenazas públicas de la funcionaria, que anunció que renunciaría si no se le transferían los fondos, y terminó por quitarle su apoyo.
Uno de los ministros que habían entrado en colisión con Bullrich, el titular de Trabajo, José Gabriel Dumón, fue designado por De la Rúa para que se encargara en forma interina de Seguridad Social.
Dumón recibió otra orden expresa del Presidente, que ayer partió para Berlín y Portugal: preparar un análisis de situación de la administración de los planes de ayuda social para tomar una decisión cuando De la Rúa regrese de la gira.
Desde su arribo a la Casa de Gobierno, a las 8.30, el jefe del Estado había dado señales de su fastidio con Bullrich. Cuando un periodista le preguntó sobre el malestar de la ministra con Sartor y con Dumón, dejó de lado su habitual reserva y admitió que sí. "Ese es un tema de gabinete, ahora", agregó.
Poco después de las 9, comenzó la reunión de gabinete más corta de la gestión delarruista: el ministro de Economía, Domingo Cavallo, único orador del encuentro, expuso sobre el proyecto de presupuesto 2002 que sería enviado hoy al Congreso y sobre el canje de la deuda pública.
Después, todos los ministros se levantaron de sus sillas del Salón Norte de la Casa de Gobierno. Un grupo selecto fue invitado a pasar al despacho del Presidente: Sartor; Bullrich; Dumón; el ministro de Educación, Andrés Delich; el titular de Hacienda, Domingo Cavallo, y su secretario de Hacienda, Jorge Baldrich.
El jefe de Gabinete, Chrystian Colombo, no fue de la partida: estaba en plena negociación con los gobernadores de las provincias peronistas "chicas", que finalmente anoche sellaron el pacto fiscal.
En un ambiente tenso, los ministros discutieron ante De la Rúa y Cavallo acerca de qué fondos le correspondía a cada uno para el próximo presupuesto. Dumón defendió sus planes de empleo, unos 300 millones que Bullrich exigía para Seguridad Social.
La única mujer del gabinete se levantó como un resorte, según contaron dos participantes de la reunión, y pidió hablar a solas con De la Rúa. Allí insistió en que no permanecería en su cargo si Dumón y Sartor retenían los planes que ella buscaba manejar desde Seguridad Social. "Es lo que me prometiste", le recriminó. Pocos minutos después volvió a reunirse con los otros ministros, pero no alcanzó a sentarse: De la Rúa la volvió a llamar y le aceptó la renuncia.
Enseguida, el Presidente llamó a los otros ministros, les anunció la renuncia y pidió a Sartor, a Dumón y a Delich que se dedicaran a realizar un programa social "bien estructurado, que pueda anunciarse tan pronto como vuelva (el domingo)".
Paso de comedia
En el Salón de los Bustos, alfombrado de rojo, Bullrich confirmó su renuncia a los medios periodísticos. Y anunció que lanzará un movimiento político, Ahora Argentina.
De la Rúa, que ya tenía las valijas listas para partir directamente para Ezeiza, seguía sus declaraciones por televisión para no bajar hasta que Bullrich se retirara de la Casa de Gobierno. Pero se cansó de esperar: "Habló como una hora y media", protestó un hombre que pasa más de ocho horas por día al lado del Presidente.
De la Rúa se resignó a descender con Bullrich a un costado. Flanqueado por el presidente provisional del Senado, Mario Losada; el secretario general de la Presidencia, Nicolás Gallo, y su secretario privado, Leonardo Aiello, tuvo palabras de elogio para con su ministra. Alabó su eficiencia y su predisposición al trabajo. "Es una lástima, porque valoro muchísimo el trabajo de Patricia", dijo, pero explicó que había aceptado su dimisión para lograr "una mayor cohesión" en su gobierno.
Bullrich evitó hacer acusaciones directas al Presidente y sólo planteó que se retiraba del Gobierno "para no constituir una complicación para el Presidente y para no cobrar el dinero de la gente por no hacer nada". Tal era su entusiasmo por difundir su postura que arrebató el micrófono de los periodistas del canal de noticias TN y continuó con sus declaraciones.
De la Rúa, que no había querido responder a las preguntas, ya iba rumbo al aeropuerto internacional de Ezeiza.
Un día muy agitado
Bullrich comenzó su día con una agitada reunión de gabinete en la que estallaron las diferencias que mantenía con los ministros Dumón y Sartor por el manejo de los planes sociales y la relación con el sindicalismo. El Presidente no la apoyó y debió renunciar a su cargo. Por la tarde, la ex funcionaria comenzó a retirar sus pertenencias de su despacho de la avenida Córdoba al 700, que alcanzó a ocupar apenas quince días


