Scioli: con el objetivo de confirmar un nuevo liderazgo
El gobernador bonaerense aspira a consolidar hoy una tendencia que le permita vencer el 25 de octubre
Daniel Scioli está convencido de que es "su hora". Acostumbrado a acompañar a otros, desde hace dos años profundizó un camino que tiene por objetivo transformarlo en el principal protagonista de su historia.
El recorrido hasta este momento no fue sencillo para el hombre que gobierna la provincia más importante del país desde hace ocho años; incluso en el último tiempo soportó sin reaccionar las furiosas críticas de algunos que hoy lo aplauden y le palmean la espalda. Desde un principio entendió que para convertirse en el sucesor de Cristina Kirchner tenía que integrar a todos los sectores.
Despejada la interna por decisión de la Presidenta, momento bisagra para el gobernador bonaerense, el optimismo que pregona siempre se apoderó de todos sus colaboradores. Envalentonados por el respaldo de la Presidenta, el Gabinete, los gobernadores, La Cámpora, los gremios y las organizaciones sociales, la danza de números que salían desde las oficinas del Banco Provincia insinuaron durante semanas que podría vencer en primera vuelta.
Algunos voceros alertaban que podría llegar a superar 40%. Pero eso cambió en los últimos días. La aspiración para hoy ronda entre el 35 y 37%. Menos de 35% sería una mala elección. Mientras que más de 38% sería el impulso que consideran necesario para ir por la meta que se trazó hace algún tiempo: ganar el 25 de octubre.
La última semana estaba reservada para intentar convencer a los indecisos, pero la emisión del informe que vinculó a Aníbal Fernández con el tráfico de drogas disparó una batalla interna en territorio bonaerense y eso lo obligó a cambiar la estrategia. Scioli se corrió del centro de la escena -evitó los cierres de Fernández y Domínguez- e intentó mostrarse por encima de la discusión. Así, se enfocó en tratar de transmitir un mensaje a los independientes. "Vamos a sostener lo que haya que sostener y cambiar lo que haya que cambiar. Yo puedo y voy a hacer lo que haga falta y a mí manera", dijo una y otra vez, para que no haya dudas.
Un equipo heterogéneo
Si bien hasta el momento no confirmó ningún nombre, Daniel Scioli asegura que tiene definido el equipo de trabajo que lo acompañará en un eventual gobierno. "Tengo varias personas por cada uno de los lugares", dijo el gobernador a LA NACION.
La danza de apellidos incluye varios colaboradores, pero también se descuenta la presencia de gobernadores, integrantes de la CGT y de los movimientos sociales.
Quien aparece como uno de los posibles sucesores de Axel Kicillof es Miguel Bein. Otras opciones son la actual ministra bonaerense Silvina Batakis y Mario Blejer. Además, el presidente del Bapro, Gustavo Marangoni, podría recaer en la Anses, y Diego Bossio se mudaría al flamante ministerio de Ciudades y Territorios.
La Jefatura de Gabinete estaría reservada para Alberto Pérez, armador político e incondicional del gobernador, y la Secretaría General que hoy ocupa "Wado" De Pedro quedaría a cargo de José Scioli. Un lugar especial tendrán los gobernadores. Ahí se ubicarían Maurice Closs (Turismo), Jorge Sapag (Energía) y Sergio Urribarri.
Para conformar a todos, Scioli tiene pensada una reestructuración. "Hay que readecuar las estructuras de Estado", explicó. En sus planes, aparece la creación de los ministerios de Derechos Humanos, Transporte y Logística, y el de Economía Popular. Al Ministerio de Trabajo, que estará a cargo del actual ministro, Oscar Cuartango, podría sumarse Gerardo Martínez (Uocra).
Mucho apoyo y pocas definiciones
Positivo
Scioli se presenta como la continuidad, aunque también manifestó en los últimos días que está dispuesto a realizar los cambios que hicieran falta. "Se viene la etapa del gran desarrollo", dice el gobernador. Cuenta con el respaldo de la Presidenta, los gobernadores, La Cámpora y las organizaciones sociales.
Negativo
Por ser el candidato oficialista quedó encorsetado en su discurso y fue poco lo que pudo hacer para seducir a los votantes independientes; en los últimos días eso se vio más claramente tras el estallido en la interna bonaerense. Evitó dar definiciones sobre temas de fondo como la inflación y la relación con la Justicia.
"Yo puedo y voy a hacer lo que haga falta. Y lo voy a hacer a mí manera"
"El camino no es ni el ajuste ni recortes que muchas veces se ha buscado; la Argentina no necesita ningún cambio brusco"
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