Techint reconoció pagos a funcionarios kirchneristas para destrabar un conflicto en Venezuela
Por primera vez en la investigación por los cuadernos de las coimas, el Grupo Techint reconoció hoy ante el juez Claudio Bonadio la existencia de pagos a funcionarios kirchneristas para destrabar una situación conflictiva que atravesaba Sidor SA (empresa del holding) en Venezuela. Desde la compañía aclararon, además, que ese dinero no estuvo vinculado a contratos de obras públicas en la Argentina.
"Nunca pusimos dinero para obra pública", sostuvo el directivo Luis Betnaza tras su indagatoria ante la Justicia, en la puerta de los tribunales de Comodoro Py. El ejecutivo, uno de los hombres con más peso dentro de la compañía, detalló ante el magistrado que los pagos mensuales de Techint para funcionarios kirchneristas se realizaron por una crisis que atravesaba la empresa en Venezuela. "Fue la contribución que hicimos para que eso se resolviera", agregó.
La compañía comunicó oficialmente esta tarde que "Techint actuó frente al estado de necesidad para preservar la integridad de sus empleados y sus familias en 2008 en Venezuela".
Tal como adelantó hoy este diario, Betnaza detalló ante el juez Bonadio que se abonaron cuotas mensuales de US$100.000 como parte de la negociación por la indemnización que el gobierno del entonces presidente Hugo Chávez les pagó por la estatización de Sidor, una firma siderúrgica.
El momento de mayor tensión del Grupo Techint en Venezuela ocurrió allá por 2008 cuando reclamaba una deuda de casi U$2000 millones por la expropiación de Sidor. Los pagos registrados en los cuadernos de las coimas aparecieron meses después del momento más tenso del conflicto.
"Lo llevé al Lic. al edificio de Techint, donde subió Héctor al auto y bajaron con su tarjeta al segundo subsuelo, donde le entregó a Baratta un paquete con dinero y luego salimos a la calle, donde se bajó Héctor y nosotros seguimos. Lo llevé al búnker de Scalabrini Ortiz 3358, dejó el paquete y lo llevé al Lic. al ministerio", escribió Oscar Centeno cuando se materializó uno de los encuentros entre Héctor Zabaleta, directivo de Techint, y los funcionarios kirchneristas en octubre de 2008. El Toyota Corolla que manejaba Centeno ingresó en reiteradas oportunidades al estacionamiento del subsuelo del edificio de la compañía sobre la avenida Leandro Alem, según consta en las anotaciones.
La declaración indagatoria de Betnaza estuvo motivada por la situación procesal de Zabaleta, el único directivo de la firma que fue detenido tras la aparición en los cuadernos de las coimas. Zabaleta trabajó durante 48 años en Techint, figuró en más de 30 sociedades del grupo y durante décadas se encargó de pagar los bonos anuales a los máximos ejecutivos, dentro y fuera del país, inclusive en cuentas en Suiza.
Era la persona que se encargaba de ejecutar los pagos en negros de la compañía, según se desprende de los cuadernos de las coimas y de otras investigaciones judiciales en curso.
"Zabaleta dijo que fue él había pagado dinero. Las condiciones y los por qué de ese dinero, el señor Zabaleta no lo sabía, lo sabía yo. Vine y explique las causas por las que cuales había hecho eso, y ahí quedó", relató Betnaza este mediodía ante los periodistas. Zabaleta finalmente fue liberado el martes después de llegar a un acuerdo con el fiscal Carlos Stornelli y el juez Bonadio para declararse colaborador imputado en la causa.
El escándalo de los cuadernos de las coimas es parte de los problemas judiciales que afronta Techint desde el último año. La Justicia investiga también el pago de sobornos transnacionales por obras realizadas en Brasil en el marco de la investigación conocida como Lava Jato. En esa trama también aparece Zabaleta, según acreditó la justicia italiana.
Antes de dejar los tribunales de Comodoro Py, Betnaza aclaró que, a diferencia de Zabaleta, él no se había plegado a la figura del arrepentido durante su indagatoria. Y dejó una última reflexión:
- Hay 23 empresas involucradas en este caso de los cuadernos, ¿Le sorprende?
- No, no solo me sorprende. También me da un poquito de tristeza.