Un "peronista social", fiel a De la Sota y opositor al Pacto de Olivos

Centrado y flemático, Juan Carlos Maqueda fue, desde siempre, un soldado fiel de José Manuel de la Sota, a quien acompañó en cada una de las etapas de la vida política que vivió el gobernador cordobés.

Nacido en Río Tercero, Córdoba, Maqueda jurará pasado mañana en la Corte Suprema de Justicia, apenas un día antes de cumplir 53 años y alcanzar así el corolario para 35 años de carrera política, la mayor parte de ella desarrollada al lado de su líder político.

Ocupó todos los cargos para los que De la Sota lo requirió; fue ministro, convencional constituyente provincial y nacional, diputado provincial y nacional, y llegó al Senado en diciembre de 2001, con la renovación completa de la Cámara alta.

Más aún, si se destacó por algo fue por su fidelidad al actual gobernador cordobés. No siguió el mismo camino del "peronismo canguro", como bautizó el propio De la Sota a los "saltos" que varios de sus ex colaboradores pegaron hacia otros sectores del peronismo, en los que calentaba más el sol, como el hoy menemista Carlos González.

De hecho, Maqueda mantuvo silencio durante el período en el que su jefe político se integró a las filas del menemismo, allá por 1995. Ese no era su perfil, pero prevaleció su fidelidad al líder antes que la ruptura.

Lo suyo siempre fue el denominado "peronismo social", por lo que nunca comulgó con el liberalismo económico y las alianzas estratégicas que instrumentó Carlos Menem para asegurarse su permanencia en el poder durante una década completa.

Perfil técnico

De bajo perfil, se destacó siempre por estar más relacionado con el ala técnica jurídica del delasotismo (es un reconocido constitucionalista) que en lo que habitualmente se conoce como "la rosca política".

De hecho, no tuvo un papel protagónico en el Pacto de Olivos que De la Sota apoyó, pero puso el cuerpo y todo su conocimiento y prestigio como constitucionalista, en 1994, cuando se reformó la Constitución nacional.

Sin embargo, el calor del debate político no le es ajeno. Participó, siempre al lado de De la Sota, de la renovación peronista de 1987 y, ya en plena crisis posconvertibilidad, aceptó convertirse en presidente provisional del Senado en representación de la porción "delasotista" en el reparto del poder que celebró el PJ tras la caída de Fernando de la Rúa y de Adolfo Rodríguez Saá en menos de una semana.

Antes de conocer a De la Sota se destacó como un peronista moderado que fue desplazado de su cargo como auxiliar del Poder Judicial cordobés por el Proceso de Reorganización Nacional, en 1976.

Fueron momentos duros en los que Maqueda prefirió refugiarse en la actividad académica. Fue profesor de la cátedra de Introducción al Derecho en los cursos de ingreso de la Facultad de Derecho de la Universidad Católica de Córdoba, entre otros cargos.

Llegará a la Corte Suprema de Justicia con una misión: "Dedicarse pura y exclusivamente a la defensa de la Constitución y la ley en el ámbito del Poder Judicial", tal como afirmó en su discurso de despedida del Senado, lugar que conmocionó con una serie de investigaciones (imprenta del Congreso, obra social legislativa), que le valieron más de un dolor de cabeza y que admitió cuando reconoció que no fue "un presidente popular".

Por Gustavo Ybarra

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