
Por Cristina L. de Bugatti Para LA NACION
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Una llamada telefónica me puso ante un tema inesperado. El doctor Miguel Angel Espeche Gil necesitaba datos acerca de una planta llamada Bixia orellana, y el arquitecto Jorge Bayá Casal le sugirió mi nombre. Necesitaba ese dato porque su prima, lady Susan Walton quería incorporar esa planta argentina a su jardín, La Mortella, en Ischia, isla del golfo de Pozzuoli, frente a Nápoles. Le advertí que esa planta no es argentina, sino una especie tropical, nativa del Perú amazónico, valorizada por poseer un colorante inocuo para alimentos. Hice lo mismo que el arquitecto Bayá Casal, derivé la consulta hacia el Jardín Botánico de la Facultad de Agronomía de la UBA. Allí se encontró con el técnico Mariano Bello, que aportó datos, además de semillas, cosechadas en Misiones, donde, según él, se la cultiva mucho. También le mostró el único ejemplar existente en Buenos Aires. Esto demuestra la amplitud climática que puede cubrir la especie. La planta requerida está descripta e ilustrada en la Enciclopedia Argentina de Agricultura y Jardinería, y más ampliamente, con su historia y aplicaciones, en el libro Plantas tintóreas y curtientes, del ingeniero Angel Marzocca. Allí dice que del arilo que rodea las semillas se extraen dos colorantes: uno, amarillo, la orellina, y otro rojo, la bixina. Puede considerarse un arbusto ornamental, con racimos terminales de flores rosadas. El lugar al que se la destinará es único; el doctor Espeche Gil proporcionó material impreso que permite reconstruir su historia. Sir William Walton era ya un prestigioso músico y compositor inglés cuando, en 1948, conoció a Susana Gil Passo en el Consejo Británico de Buenos Aires. La relación culminó en boda, y el matrimonio, después de su estada en Londres, se instaló en Ischia, una isla volcánica, con escarpados campos de lava, una depresión de tierra negra, y vegetación natural mediterránea con abundancia de mirtos ( Myrtus communis), arbusto de follaje persistente y pequeñas flores blancas. La Mortella , en dialecto napolitano, significa "lugar de mirtos". El desafío de crear allí un jardín, prácticamente tallarlo en la roca, lo asumió el gran paisajista inglés sir Rusell Page. Amigo y admirador del gran músico. Su diseño debía transmitir paz y serenidad, sin estridencias de colores o de volúmenes, y crear un ambiente propicio para la creatividad de un artista. El progreso que llegó a Ischia la proveyó de agua corriente, y así se instalaron fuentes, estanques y tranquilos canales, acordes con el espíritu del jardín, que permiten la inclusión de otras especies. Los viajes de lady Susana acompañando a su esposo la conectaron con la flora de muchos lugares, y las fue incorporando. Con la dirección de esta dama argentina, pues sir William Walton falleció en 1983, La Mortella se parece a un paraíso.
Durante los veranos reina la música: tal vez debajo de un jacarandá o de un palo borracho, o entre orquídeas, o cerca de las Victoria regia de un estanque, ensayan los coros, las orquestas, los cantantes líricos, que concurren a esas masterclass . Los acompaña el recuerdo de visitantes ilustres: Maria Callas, Yehudi Menuhin, Rostropovich, Lawrence Oliver, Margot Fonteyn, entre otros famosos.



