El furor por las porciones “a la americana” dialoga con versiones más golosas que juegan con chocolate o naranjas confitadas
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El cheesecake volvió a ganar visibilidad en Buenos Aires con un guiño global: The Cheesecake Factory abrió afines de septiembre un pop-up en el shopping Alto Palermo, con un formato de stand que ofreció porciones individuales de una selección de sabores clásicos —como “Original”, giros frutales y opciones bien chocolatosas— que fueron importadas en avión desde Estados Unidos.

Sin embargo, no hace falta esperar cargamentos internacionales para saborear una de las tortas de queso más versátiles y deseadas. En las cartas de la Buenos Aires y alrededores conviven propuestas de cheescakes con bases crocantes y rellenos sedosos, coberturas que van de compotas de frutos rojos a curds cítricos, además de relecturas con maracuyá, pistachos o dulce de leche. El furor por las porciones “a la americana” dialoga con versiones más golosas que juegan con chocolate o naranjas confitadas.
New York cheesecake y versión de pistachos

Con más de dos décadas de historia familiar, La Vicente López ofrece dos interpretaciones complementarias. La New York cheesecake parte de una base de galletas caseras y un relleno de queso crematto con crema al 44% de materia grasa, horneado suave para lograr corte limpio y mordida sedosa; el final se acompaña con compota de frutos rojos hecha en cocina. La segunda alternativa incorpora pistachos que aportan color, aroma y un dejo salino que potencia el conjunto sin invadirlo. Ambas opciones funcionan tanto como postre pleno como compañeras del café o el té de la tarde.
¿Dónde? Av. Maipú 701, Vicente López.
De dulce de leche y naranja confitada

Nicky & Harrison suma una versión golosa con guiño cítrico: un cheesecake horneado con base de galleta de naranja, relleno de dulce de leche repostero (al 70%) y un acabado delicado de dulce de leche que aporta brillo y profundidad. El contraste aparece en los cascos de naranja confitada, que cortan la intensidad láctea con aromas de piel y amargor amable. La base perfumada sostiene el conjunto sin desarmarse y marca el pulso entre crocancia y crema; el relleno, bien cocido, se mantiene sedoso y estable del primer al último bocado. Es un postre pensado para cerrar en clave porteña un recorrido por sushi nikkei y coctelería de autor, sin perder elegancia.
¿Dónde? Palermo Soho (a pasos de Plaza Armenia).
Dos versiones artesanales: clásica y maracuyá

Frente a la plazoleta William Morris, Merienda despliega una pastelería casera de técnica precisa. Su cheesecake clásica responde al canon: base de galletas caseras, cocción lenta y mezcla de quesos que asegura cremosidad sin perder firmeza; arriba, una mermelada artesanal equilibra con acidez amable.

La variante de maracuyá suma un curd preparado con pulpa fresca que intensifica el contraste dulce-ácido y perfuma el bocado. En ambos casos se privilegia la sensación de ligereza, ideal para cerrar almuerzos tanto como para merendar.
¿Dónde? Uriarte 2106, Palermo.
De lima o maracuyá

El sello nikkei Fabric Dragón Blanco suma una dupla que juega con el contraste dulce-ácido sin resignar textura. El cheesecake de lima se arma sobre una base crocante de vainilla; el relleno, suave y cremoso, recibe una capa de salsa de lima fresca y llega con helado de chocolate negro más frutos rojos para realzar la acidez. La variante de maracuyá intensifica el costado tropical: base de vainilla, relleno cremoso, cobertura de maracuyá fresca y un helado de chocolate blanco que aporta redondez, con una salsa de frutos rojos que equilibra el conjunto.
Una clásica y otra de frutos rojos

En el Puerto de Olivos, ZUK combina una cocina de ánimo casero con estética contemporánea y suma una carta de postres detallista. La “Degustación de dulzuras” incluye una cheesecake clásica horneada a fuego bajo —base de galletas de manteca, relleno de queso, huevos y azúcar— que privilegia textura suave y sabor limpio. Para quienes buscan un perfil frutal, la cheesecake de frutos rojos reúne frutillas, moras y arándanos en una cobertura que alterna dulzor y acidez. Es una opción para compartir o para probar dos estilos en una misma sentada.
¿Dónde? Juan Díaz de Solís 2398, Olivos.
Estilo americano con mermelada de frutos rojos

Ciro suma un cheesecake que respeta la escuela estadounidense: base de vainilla bien dorada, relleno de queso y crema con horneado suave, y una cobertura de mermelada de frutos rojos que corta la sensación grasa con acidez precisa. La porción llega fría, con textura sedosa que se sostiene del primer al último bocado, sin exceso de azúcar ni de gelificantes. Es un final clásico que conversa bien con el café o un espumante seco.
¿Dónde? Pierina Dealessi 1350, Puerto Madero; y Guatemala 4798, Palermo.
Clásico con frutos rojos

El Retorno trabaja un cheesecake de escuela clásica que hace foco en la materia prima y la cocción justa. La base, de galletitas tradicionales finamente molidas con manteca, sostiene un relleno de queso crema de textura cremosa y pareja, sin grietas ni exceso de humedad. La cobertura es clave: una capa generosa de mermelada artesanal de frambuesas y arándanos que aporta tensión ácida y brillo. La porción, que llega bien fría a la mesa, mantiene el contraste entre crocancia y untuosidad de principio a fin.
¿Dónde? Av. de Mayo 329, Villa Adelina.
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