Elegí tomates maduros pero firmes, haceles en la base un corte en cruz y sumergilos 30 segundos en agua hirviendo e inmediatamente después en agua fría.
Pelalos, cortalos en cuartos verticales, retirá la pulpa y las semillas.
Forrá una placa con papel aluminio, aceitalo y distribuí los gajos de tomate sin encimarlos.
Condimentalos con el tomillo y la sal, rocialos con bastante aceite de oliva y llevalos a horno precalentado, al mínimo, entre 45 minutos y 1 hora.