Acompañada por sus hijos, los mellizos Jaques y Gabriella, la princesa presidió por primera vez la tradicional ceremonia

Con un look sobrio en tono gris y una amplia sonrisa, la princesa Charlene (45) bajó del auto oficial acompañada por sus hijos Jacques y Gabriella (8) y entró a paso firme en la catedral de Mónaco para participar de la misa en honor a Santa Devota, la patrona del principado.

A diferencia de años anteriores, la ceremonia no contó con la presencia de Alberto II (64), ya que el príncipe dio positivo de Covid-19 –es la tercera vez que tiene coronavirus–, y eso lo mantiene alejado de los actos oficiales. Sin la compañía de su marido, Charlene de Mónaco encabezó el acto religioso que se celebró el viernes 27, al igual que las festividades en homenaje a la guardiana del Estado monegasco que se habían realizado la noche anterior.


La princesa de origen sudafricano, que el 25 de enero cumplió 45 años, acompañó a sus herederos a prender la llama de la hoguera con la que se incendia la barca en honor a Santa Devota. Después de su ausencia en el funeral de Constantino de Grecia y en el tradicional Festival de Circo de Montecarlo de la semana anterior, Charlene volvió a brillar junto a sus simpáticos mellizos.•

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