Una casa histórica de Nordelta se renovó totalmente para convertirla en lo que siempre debió ser: una casa más de lago que de ciudad
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El dueño de casa y el estudio Grin Arquitectos decidieron eliminar para siempre balaustradas, molduras de yeso, divisiones y ventanas tradicionales en esta casa frente a la laguna. Es que, en los 2000 que buscaban calma, seguridad y nuevas oportunidades inmobiliarias, se traspolaban a la lejanía muchos proyectos de estilo cuasi urbano; todavía no se había generalizado el uso de plantas libres para que nada quede fuera de la órbita de la naturaleza.

“El antiguo ingreso, con escalones y visera, se recreó como un jardín cubierto, separado del exterior con una puerta pivotante de WPC y conectado al interior mediante una gran puerta de vidrio”, nos explica Adriana Grin.

Entrar es sentir qué significa una planta libre. La vista fluye al agua deslizándose por un solado continuo donde las columnas revestidas en madera ayudan a sectorizar o son soporte de bibliotecas traslúcidas.

“Hay un gran retorno del Travertino”, dice Adriana Grin tras su paso por las últimas ferias de Milán, hablando de las nuevas placas que eligió para el piso de las áreas sociales. Fue pensando en el mantenimiento que no eligió madera, pero tampoco la descartó; es más, la entrada se diferencia por el techo de madera, más práctica arriba que abajo, donde exigiría muchos cuidados.


En un espacio integrado, la creación de sectores con atmósfera y funciones propias es todo un arte, como lo muestra el paso del living al rincón zen con chimenea.

El treillage es un recurso que me gusta muchísimo. En el espacio de guardado junto a la ventana, crea una transición blanda entre el verde que ofrece el ventanal y el muro de piedra de la chimenea.”
— Arq. Adriana Grin, a cargo de la reforma y el interiorismo

Este rincón de estar muy zen está protegido por el techo de roble y la biblioteca (Grin Arquitectos) en una disposición que dirige la mirada a la chimenea de material con leñero.
Materiales activos
“La piedra se retoma en la pared que divide parcialmente la cocina del living-comedor. En esta obra, una de las premisas más importantes fue la participación ‘activa’ de los materiales en la ambientación”, dice Grin, que con madera, mármol y piedra logró un resultado elegante, relajado y cálido.

Robustas o transparentes, las divisiones parciales para definir usos posibles fueron el modo en que se articuló esta amplia planta baja sin desaprovechar sus metros.

La arquitecta Leticia Gemelli, socia de Fábrica de Luz, estuvo a cargo del diseño de iluminación. De su local provienen los artefactos y luminarias.

En línea con la cocina, un quincho con cerramiento de vidrio plegable.

¡Al quincho y la pileta!



De la fachada original, ahora revestida en madera tras la reforma de Grin Arquitectos, solo se conservaron los techos de tejas.
Arriba, desde afuera

Así como comentamos el uso de divisiones parciales en planta baja, la suite principal no tiene más muros divisorios. Tanto el vestidor como el baño, el escritorio y sector de descanso están separados por vidrios, para tener vista abierta desde cada uno de esos puntos.

Con la reforma, los ventanales en esquina ya no son privilegio de unos pocos ambientes sino un recurso extendido. Nuevamente, el cielo raso de madera funciona como elemento acogedor y conector.



La convivencia íntima con la naturaleza está subrayada por la obra en el cielo raso, en un motivo que respeta el clima zen de la propuesta general y su gama de colores.

Último paseo por el jardín


Teniendo en cuenta la vista privilegiada, se cuidó el diseño de iluminación exterior para que los deslumbramientos no disolvieran la magia de la noche.














