Su traza tiene forma de triángulo, tiene un pintoresco casco, un bodegón que sirve ravioles caseros y huerta orgánica Al oeste de la ciudad, cada fin de semana recibe visitantes que buscan aire de campo.
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Caminar por las callecitas del pueblo es como trasladarse en el tiempo. En General Rivas reina la quietud, incluso los fines de semana cuando recibe turistas curiosos con ganas de pasar un día en un pueblo.
Situado a 152 kilómetros del obelisco porteño, en el partido de Suipacha, se llega en apenas 2 horas a este pueblo de 500 habitantes que viven en un entorno tranquilo y que tiene su día de celebración el 16 de agosto por San Roque, que es el santo patrono de la comunidad. Los lugareños esperan con entusiasmo esta festividad, quienes participan de un desfile tradicional que incluye espectáculos musicales, ferias y un espacio dedicado al baile.
No hay precisión con respecto a la fecha de fundación de la localidad de General Rivas, pero se estima que en 1875 se había iniciado un caserío en los alrededores de la estancia “La castilla”, propiedad de la familia de Maximina Martínez. La mujer contrajo matrimonio con don Francisco Alori, quien en 1852 había formado parte del Ejército Grande que marchaba a Buenos Aires para deponer al gobernador Juan Manuel de Rosas. Con el mismo contingente marchaba el Coronel Don Ignacio Rivas, un uruguayo que recibió su bautismo de fuego en la batalla de Caseros y que fue admirado por sus camaradas de armas.
Alori y Martinez se dedicaron al comercio y fueron testigos del crecimiento de Rivas. En 1880 el general Ignacio Rivas falleció y este hecho coincidió con la llegada del ferrocarril del ramal Junín-Buenos Aires. Fue así como un grupo de vecinos solicitó que fuera impuesto el nombre Rivas a la estación, y la misma quedó inaugurada en 1890 lo que le dio una nueva vida al pueblo. Hoy el ferrocarril no presta servicios pero es una parada obligada para quienes visitan el pueblo.
Qué hacer en un fin de semana
Este pueblo es tan pequeño que puede recorrerse por completo caminando en sólo un par de horas. Desde la estación de ferrocarril, las antiguas arquitecturas de las casas, el Parque de Rivas que invita a un paseo por el pasado de la zona con sus objetos antiguos; el Paseo Islas Malvinas que hace honor a los ex combatientes.
Pero las miradas se las lleva la Capilla San Roque, el edificio más alto de la localidad. Fue construida en 1898 y su fachada de ladrillo a la vista luce inalterable.
Un indispensable de Rivas es Don Guille, el bar de campo del pueblo. En este lugar se le rinde culto a las pastas. Guillermo Fernández es tercera generación de varones que lleva ese nombre en la familia, y es quien está detrás del mostrador. Su padre compró este viejo almacén en 2009 y les llevó 10 años restaurarlo. El lugar data de 1933 y fue muy importante hasta la década del ochenta, cuando cerró sus puertas. Los Fernández viven en Mercedes y cada fin de semana llevan a Rivas las pastas que el mismo papá Guillermo elabora en su casa. El bar ofrece un menú fijo con entrada de queso y fiambres, empanada, plato de ravioles o sorrentinos, y postre. Los visitantes se fascinan con sus objetos antiguos que ambientan el espacio. Abre sólo de día los sábados y domingos.
Quienes deciden pasar la noche en Rivas pueden ir a cenar a 1886 Restó, frente a la iglesia. Un proyecto de Mauricio y Florencia, quienes compraron una vieja casona en una esquina con amplio amplios ventanales, puertas de época y ladrillos rojizos y la convirtieron en un espacio gastro. La edificación data de 1886 y hubo que recuperarla ya que estaba deteriorada. Abrió sus puertas en febrero de este año y ofrece platos de bodegón, desde milanesas, matambre a la pizza hasta pastas. Está abierto los viernes y sábados por la noche y domingos al mediodía.
Rivas también posee una fábrica de chacinados (Badano), unos de los fiambres más ricos de la zona. Está situada en una esquina donde funcionaba una carnicería y provee a distintos lugares de la zona.
Otro de los lugares para visitar es la huerta agroecológica Yerba Suelta, donde además de cultivar vegetales, hortalizas y frutales, se elaboran dulces, conservas y otros productos con lo cosechado en el lugar. Omar recibe en su quinta a los visitantes que llegan por verdura fresca, a buscar plantines o algún producto elaborado allí mismo. Se pueden recorrer las plantaciones donde hay todo tipo de vegetales, hierbas aromáticas y frutales. Además, un invernadero con plantines, una sala de degustación para grupos de turistas, y una tienda donde comprar dulces, licores y conservas elaborados por los dueños de casa de manera artesanal.
Cómo llegar a Rivas
Para llegar en auto se debe tomar la Autopista Perito Moreno y empalmar con el Acceso Oeste. Luego se debe continuar por la Au Luján – Bragado hasta Mercedes, para allí tomar la Ruta Provincial 42 hasta llegar a Rivas. Otra opción es continuar hasta Suipacha y luego la Ruta Provincial 43 que conduce a Rivas. Quienes quieren pasar un finde completo en Rivas, existe la posibilidad de alquilar casas o quintas que se encuentran cerca del casco histórico.
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