Adaptación. Una forma poco conocida de enfrentar el cambio climático
El calentamiento global ya está entre nosotros y es importante que tomemos medidas para sufrir lo menos posible sus daños: aquí, algunas ideas
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El cambio climático ya llegó. Los incendios en la Patagonia o en Australia, las inundaciones en la India, las sequías en Estados Unidos o las olas de calor en Europa son los efectos más dramáticos y los que se convierten en noticia, pero si prestamos atención todos podemos detectar señales de que el cambio climático está afectando nuestras vidas. Según donde vivamos, un arroyo con bajo caudal, más escarcha en el parabrisas del auto, un árbol que florece más temprano, o un verano más lluvioso, pueden ser posibles indicadores.
¿Cómo distinguirlos de las alteraciones cíclicas de la naturaleza que no tienen relación con la actividad humana? Hasta hace poco tiempo, no era tan sencillo. Cuando una región sufría un gran incendio o una inundación era difícil vincularlos con certeza al cambio climático. Hoy, gracias al desarrollo de un campo de investigación llamado ciencias de la atribución, se puede establecer con certeza si el cambio climático hizo más probable que dicho evento ocurra. En otras palabras, los estudios de atribución ponen en evidencia cuándo un determinado fenómeno no puede ser explicado por variaciones internas. Por ejemplo, desde la World Weather Attribution, una iniciativa de la que participan prestigiosos científicos alrededor del mundo, analizan los datos en tiempo real de los eventos extremos apenas ocurren para discernir qué rol tuvo el cambio climático en ellos. Otra organización, Climate Signals, viene mapeando estas alteraciones y ya suma miles de señales independientes que dan cuenta de que el cambio climático está ocurriendo en todo el mundo.
Frente a este panorama, tan claro como preocupante, desde hace tiempo viene ganando terreno en la conversación ambiental un concepto: tenemos que empezar a adaptarnos a los efectos del cambio climático. ¿Esto implica resignarnos? Claro que no. Tiene que ver con reconocer que el calentamiento global ya está entre nosotros y que, mientras hacemos esfuerzos por mitigarlo, debemos actuar frente a los efectos actuales y futuros que afectan a millones de personas, especies y ecosistemas.
“Aún cuando reduzcamos todas las emisiones de gases de efecto invernadero, hay una inercia de un cambio climático que ya está ocurriendo y va a seguir generando impactos. Por eso es sumamente importante que nos adaptemos y tomemos las medidas necesarias para que suframos menos estos daños”, dice Enrique Maurtua Konstantinidis. Este experto en negociaciones climáticas responde a las preguntas dela nacion desde Egipto, donde por estos días se celebra la crucial COP 27, también conocida como la Cumbre Climática Mundial, que tiene precisamente a la adaptación al tope de la agenda de temas a impulsar.
“Hablamos de adaptación cuando generamos estrategias para ayudarnos a sobrellevar los impactos del cambio climático”, agrega el especialista. ¿Cuáles son estas soluciones de adaptación? Depende del caso. Por ejemplo, para una pequeña nación insular es clave trabajar en la construcción de defensas frente al aumento del nivel del mar y en desarrollar sistemas de alerta tempranas para ciclones cada vez más frecuentes.
En tanto, en las ciudades calurosas ya se están empezando a instalar techos verdes en los edificios. Estos jardines aéreos son aislantes naturales que combaten el efecto “isla de calor” y pueden reducir hasta cinco grados la temperatura en verano, además de retener el agua de lluvia. En el caso de Argentina, al tratarse de un país agroexportador, los expertos señalan que se debe invertir en cultivos más resistentes a las sequías en algunas zonas del país pero también en obras de infraestructura para prevenir inundaciones en otras regiones. O en mejores sistemas de monitoreo para prevenir las alteraciones climáticas.
Cuando hablamos de adaptación también existen soluciones basadas en la naturaleza. “Por ejemplo, si los impactos proyectados para el Este de nuestro país tienen que ver con las inundaciones, es clave proteger los humedales que nos sirven de amortiguadores naturales ante un evento climático extremo”, explica Konstantinidis.
Claro que el éxito de la adaptación no solo depende de los gobiernos sino también de la participación activa de las empresas y de las personas. Cada uno puede ser parte de la solución tomando conciencia e implementando medidas simples: usar más la bicicleta, equipar nuestras casas para hacerlas más resilientes o proteger los espacios verdes de nuestra comunidad son algunas de las formas de ayudar a adaptarnos a los cambios que ya están sucediendo. Y a los que con seguridad vendrán en un futuro cercano.