Expertos comparten consejos sobre cómo sentirse empoderado y manejar el estrés a medida que los precios continúan aumentando
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Para Ellie Alvarado, maestra y madre de tres hijos en Elgin, Ill., averiguar cómo pagar las cuentas se ha convertido en una fuente de ansiedad y tensión, sobre todo, cuando con su esposo discuten sobre cómo recortar gastos.
“Cuando digo, ‘está bien, no podemos comprar nada esta semana porque nos vamos a endeudar’, él me dice, ‘‘¿De qué estás hablando? Los dos trabajamos y esto no debería pasar”, dijo la Sra. Alvarado.
El aumento de los costos de los alimentos ha significado que no habrá más viajes improvisados a McDonald’s. Los cereales de marca y otros pequeños lujos también están descartados, y los precios de la nafta que recientemente rondaron los US$5 por galón, se sumaron a la lista de productos que están afectando su presupuesto.
“Cada vez que lleno nuestra camioneta me quedo en shock”, dijo la Sra. Alvarado, quien a veces ve tan poco como US$100 en la cuenta corriente de su familia. “Siempre me preocupo”, agregó.
Su esposo, que trabaja en una fábrica, decidió tomar el turno de la noche porque paga más por hora. Pero su familia aún se atrasó en los pagos de la vivienda.
“Puedo posponer la hipoteca por dos semanas”, dijo la Sra. Alvarado, de 38 años, que lleva un registro del presupuesto familiar. “Pero luego se convierten en dos semanas más, y luego, de repente, te están llamando”.
La inflación ha llegado ahora a su su nivel más alto en 40 años, obligando a muchas familias a arreglárselas con menos. Según los datos publicados este mes por la Oficina de Estadísticas Laborales, el Índice de Precios al Consumidor aumentó un 9,1% respecto al año anterior, con algunos de los mayores aumentos de precios en artículos de primera necesidad como alimentos, alquiler y nafta. Sin embargo, el estrés financiero adicional no solo es difícil para las cuentas bancarias, sino que también puede generar sentimientos de depresión, vergüenza, ira o miedo.
Un estudio de adultos mayores publicado en 2017, encontró que la forma en que alguien percibe y reacciona ante la tensión financiera puede tener implicancias en su bienestar mental. Aquellos que estaban molestos por sus circunstancias económicas tenían más probabilidades de tener puntajes de depresión más altos que aquellos que también estaban bajo presión financiera, pero que no les molestaba tanto, incluso cuando se controlaban otros factores, como la salud y los ingresos.

Afortunadamente, “hay mucho que podemos hacer para manejar y superar ese estrés y las emociones”, dijo la autora principal del artículo, Sarah D. Asebedo, directora de la Escuela de Planificación Financiera de la Universidad Tecnológica de Texas en Lubbock, Texas.
Hablamos con expertos financieros sobre cómo lidiar con las consecuencias emocionales de las preocupaciones financieras y tener conversaciones productivas sobre finanzas con los miembros de la familia.
Adoptá la autorreflexión y la empatía como forma de comunicación
“Cuando las parejas no están de acuerdo sobre cómo manejar sus finanzas, cada miembro por lo general trata de convencer al otro de que cambie de opinión”, dijo Rick Kahler, cofundador de la Asociación de Terapia Financiera, quien está colaborando en un libro para parejas con problemas de dinero.
En cambio, sugirió el Sr. Kahler, pensá en cómo reacciona cuando habla de sus finanzas. ¿Qué se desencadena de tu pasado? ¿Hay historias o guiones por los que vive cuando se trata de sus finanzas, por ejemplo, la idea de que trabajar duro siempre generará recompensas?
Acercate a tu pareja con empatía y preguntale: “¿Cuál es tu esperanza de gastar este dinero?” O “¿Cuál es tu miedo al cortar este producto?” dijo Kahler.
Ambos miembros de la pareja eventualmente se darán cuenta de que quieren lo mismo, por ejemplo, que cada uno quiere lo mejor para su familia.

Amanda Clayman, terapeuta financiera en Los Ángeles, señaló que, cuando se comunican diferencias, cualquier solicitud debe ser específica. Entonces, en lugar de decir: “Necesitamos ahorrar más”, decí: “Busquemos formas de ahorrar US$200 dólares adicionales cada mes”. Y tratá de usar “afirmaciones cuando sea posible, como: “Me siento incómodo con cuánto pagamos por las suscripciones de entretenimiento y quizás estaría bueno reducirla”.
Para que esto funcione, agregó la Sra. Clayman, ambos deben sentir que sus necesidades están siendo incluidas y que tienen la misma voz en el asunto, independientemente de quién esté más ansioso o quién gane más dinero.
Gastá sabiamente, pero no te prives por completo
“Ya sea que vivas solo o que estés administrando las finanzas de una familia numerosa, es importante pensar en las metas antes de intentar solucionar cualquier problema de dinero”, dijo Megan McCoy, terapeuta matrimonial y familiar licenciada que imparte cursos de planificación financiera en la Universidad Estatal de Kansas.
“Primero pensá: ¿Para qué estás ahorrando? ¿Qué necesitás cubrir con un presupuesto limitado? Después pensá en posibles recortes, pero tratá de mantener las cosas que te brindan alegría. Luego preguntate: ¿Qué puedo cortar que no afecte negativamente mi salud mental?”, dijo el Dr. McCoy y agregó: “Creo que la gente tiende a restringir con demasiada dureza”.
Para Sarah Davis, de 36 años, los gastos esenciales (pero costosos) incluyen la terapia de salud mental y su amado gato, que ha desarrollado problemas de salud.
“Él es como mi pequeño niño peludo”, dijo.
Para pagar mejor esas cosas, se fue de Boston, donde trabaja como administradora de proyectos, y ahora vive a unos 40 kilómetros al norte de la ciudad en Lawrence, Massachussets. “El alquiler es más barato allí, pero sigue siendo muy caro”, aseguró.
Lo que la desvela por la noche es la posibilidad de que algo salga mal y no saber cuánto tiempo seguirán subiendo los precios.
“Realmente estoy a un paso de estar en una situación financiera desesperada”, dijo la Sra. Davis, que vive sola sin otro ingreso del que depender.
Ha habido tanta incertidumbre en los últimos años que “genera ansiedad constantemente”, dijo el Dr. McCoy. Pero tener un plan en el que esté trabajando, ya sea acumulando sus ahorros o tomando medidas para pagar la deuda, puede ofrecerle una sensación de poder y control.
Orly Hersh y su familia tomaron la decisión de mudarse con su madre hace cinco años, a la casa donde ella creció en Boulder, Colorado. Esto permitió que su madre envejeciera en el lugar y que ellos se quedaran en la ciudad que amaban. Ella y su esposo, ambos maestros, no pueden permitirse el lujo de convertirse en propietarios.
“Es un gran beneficio mutuo para todos nosotros”, dijo la Sra. Hersh, de 53 años, madre de dos hijos.
Aunque ahorran dinero en costos de vivienda, Colorado actualmente tiene algunos de los costos de inflación más altos del país y el aumento de los precios les ha quitado una gran parte de su presupuesto. Para pagar las facturas de la reciente hospitalización de su hija menor, tendrán que recurrir al fondo de jubilación de la Sra. Hersh, “lo cual es deprimente”, dijo.
Pero, agregó: “Es mejor que su nivel de estrés se resuelva lo antes posible. No me gusta tener esta deuda todo el día en mi cabeza”, dijo.
Explorá diferentes tipos de ayuda profesional
Ver a un asesor financiero puede ser útil para cualquier persona que busque adquirir conocimientos financieros. Tal vez, por ejemplo, necesite consejos sobre cómo hacer un presupuesto o quiera aprender los conceptos básicos de inversión. Si el costo es una preocupación, la Association for Financial Counseling and Planning Education ofrece una sesión gratuita de asesoramiento financiero virtual para cualquier persona que experimente incertidumbre financiera.
La terapia financiera es otro tipo de asesoramiento que puede ayudar a las personas a comprender sus pensamientos y creencias sobre el dinero, especialmente cuando se sienten estancados.
“La pregunta es: ¿Qué está pasando internamente? ¿Qué asuntos pendientes del pasado necesitan ser terminados?” dijo Kahler.
Por ejemplo, uno de sus clientes insistió en gastar todo el dinero que entró en su cuenta corriente. Durante la terapia financiera se dio cuenta de que había desarrollado este comportamiento porque no confiaba en que sus ahorros estuvieran seguros si los dejaba allí. Esto se debió, en parte, a su infancia, cuando sus padres sacaron todo el dinero de su cuenta de ahorros después de haber perdido su propio dinero durante una bancarrota.
Hablar con un terapeuta financiero puede ayudar a las personas a llegar a la raíz de sus sentimientos sobre el dinero y comprender las creencias arraigadas, lo que “nos libera para comenzar a adoptar nuevos comportamientos que nos benefician”, dijo Kahler.
Una perspectiva económica preocupante significa que el aumento del costo de vida está en gran medida fuera de nuestro control. Pero si sabés que deberías tomar decisiones financieras más sabias y no lo estás haciendo, entonces “es cuando tenemos que mirar debajo del capó”, dijo.
Por Cristina Caron
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