Esta conducta es utilizada para iniciar una interacción social y puede ser verbal o no verbal
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El saludo es una acción o expresión fundamental para iniciar una interacción social con otros individuos, por lo que puede realizarse de forma verbal o no verbal, ya que el objetivo es reconocer la presencia de alguien más.
Dentro del campo de la psicología, este gesto resulta importante para darle la bienvenida a una persona de manera cortés y respetuosa. Además, establecer estas conexiones ayuda a fomentar la comunicación entre los seres humanos.
Sin embargo, en ciertos contextos como el trabajo, esta conducta no logra ser evidenciada muchas veces, ya que hay quienes evitan tener algún contacto con sus colegas, a pesar de compartir el mismo espacio.
Aunque no saludar a los compañeros puede ser desconcertante, la psicología sugiere que esto demuestra rasgos de la personalidad de cada individuo, e incluso puede ser una manifestación sutil de dinámicas relacionadas con el poder o la autopercepción.
De acuerdo con un estudio publicado en la revista académica ‘Personality and Social Psychology Bulletin’, las personas que se consideran superiores a otras suelen reducir las señales de afiliación.
Sin embargo, este acto, que puede parecer un detalle menor, también revela motivos profundos de cada ser humano, los cuales tienden a estar asociados con la ansiedad social y conflictos personales sin resolver.

En algunas ocasiones, la ausencia de interacción no es provocada únicamente por arrogancia o ego, por el contrario, hay individuos que evitan entablar conversaciones por miedo al juicio ajeno.
Según el psicólogo Sergi Rufi, de la Universidad de Barcelona, en España, quienes padecen este trastorno pueden experimentar un temor intenso a los señalamientos de sus compañeros de trabajo, lo que los lleva a esquivar cualquier tipo de contacto, muchas veces de forma inconsciente.
El profesional también destaca que cuando una persona con ansiedad social se arriesga a saludar y no recibe algún tipo de respuesta, su cerebro puede percibir esta acción como una amenaza.
Para mejorar las situaciones de incertidumbre, lo más recomendable es hacer una exposición gradual, comenzando por interacciones cortas con gente conocida e ir aumentando poco a poco la dificultad de las conexiones.
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