La psicóloga y experta en sexualidad Fany detalla cómo este proceso fisiológico, a diferencia del clitoriano
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La psicóloga y terapeuta sexual y de parejas, conocida en plataformas digitales como Fany, ha explicado recientemente las bases científicas y emocionales que definen al orgasmo cervical, una experiencia que muchas mujeres describen como un movimiento interno que trasciende el placer físico localizado.
Según la especialista, este tipo de clímax no es puntual ni explosivo como el clitoriano, sino que se caracteriza por ser expansivo y estar profundamente ligado a la regulación emocional, llegando incluso a provocar reacciones como el llanto o suspiros profundos sin que esto tenga un origen místico, sino biológico.

La principal diferencia radica en las vías nerviosas que se activan durante el acto. Mientras que el placer clitoriano viaja a través del nervio pudendo, generando una sensación intensa pero focalizada en el área genital, el orgasmo cervical ocurre en la zona más profunda de la vagina, donde esta conecta con el útero.
Esta estimulación activa el nervio pélvico, el hipogástrico y, en algunos casos, el nervio vago. Este último es fundamental, ya que no solo procesa el placer, sino que también regula el estrés, las emociones, el sentido de apego y la seguridad, lo que explica por qué el sentimiento de plenitud se expande hacia el pecho y el abdomen.
Asimismo, la terapeuta destaca que para alcanzar este estado es indispensable un entorno de seguridad y relajación absoluta.
Cuando el cuerpo se permite una estimulación lenta y sin presiones, el sistema nervioso activa el sistema parasimpático, reduciendo el control mental y permitiendo que el organismo deje de protegerse.
En este estado de vulnerabilidad controlada se liberan altas dosis de oxitocina y endorfinas, lo que facilita que la mujer experimente una apertura emocional que puede traer a la mente recuerdos o sensaciones antiguas, traduciéndose en una conexión más fuerte con la pareja.

Finalmente, la experta aclara que este fenómeno no es universal para todas las mujeres, ya que factores como el trauma relacional, la presión por “lograr” el orgasmo o la tensión pélvica pueden bloquear el circuito nervioso.
De igual forma, enfatiza que el orgasmo cervical no se busca a través de una penetración ruda o dolorosa, sino mediante una conexión consciente y controlada con el propio cuerpo. Al sentirse a salvo, el mensaje interno del organismo permite que el placer se transforme en una herramienta de regulación emocional y vínculo afectivo profundo.
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