ADN del crimen: la muerte de la joven que cayó en manos de amigos narcisistas y sádicos

Antes de sumergir su cabeza en una zanja hasta matarla, los asesinos de Cinthia Morán la sometieron a una violación grupal. Según la autopsia, la joven de 19 años padeció un sufrimiento inhumano. Después de abusar sexualmente y de matarla, los homicidas llevaron el cuerpo de la víctima hasta un descampado situado en barrio 1° de Mayo, en la ciudad formoseña de Clorinda, y lo abandonaron.

El cadáver de la joven fue hallado el 23 de junio de 2017. El forense que hizo la necropsia afirmó que Cinthia fue ahogada con el agua turbia de la zanja. Había barro en sus pulmones y las vías respiratorias superiores. El médico agregó que, por la distribución y el patrón de las lesiones, había sido abusada por tres personas.

Para la Justicia, Cinthia fue asesinada porque los hombres que la violaron quisieron evitar que pudiera identificarlos. El femicidio conmocionó a los 80.000 habitantes de la ciudad situada en el límite con Paraguay, a 40 kilómetros de la capital paraguaya y a 110 kilómetros de la ciudad de Formosa.

En los últimos días, fueron condenados a prisión perpetua a los tres hombres que abusaron y mataron a Cinthia, por el femicidio más cruel de la historia penal de Formosa.

“Cuando le provocaron las lesiones vaginales, de la zona genital, se produjo un shock neurogénico, que causó un intenso dolor, no puede uno ni imaginarse el dolor que le produce a alguien. Eso pudo haber llevado a la víctima a un estado de semiinconsciencia. La tuvieron que haber reducido y, por tratarse de una persona de 19 años, tuvo la fortaleza para poder defenderse, más todavía, si era agredida. Resulta muy difícil que semejantes lesiones hubieran sido causadas por una sola persona. Así que tuvo que haber participado más de un autor”, expresó el forense Bienvenido Zárate durante el juicio oral, al explicar el sufrimiento causado a la joven violada y asesinada.

Luego de revisar las pruebas y los testimonios como la declaración del forense Zárate, la Sala II de la Cámara Penal de Formosa, integrada por las magistradas María Nicora Buryaile y Viviana Taboada y el por el juez Ricardo Fabián Rojas, condenó a prisión perpetua a Brian Emanuel Aguilera Núñez, Rubén Vázquez y Sebastián de Jesús Escobar por la violación y femicidio de Cinthia Morán, ocurridas el 17 de junio de 2017, en Clorinda.

“Tampoco es objeto de duda que Cinthia Moran fue abusada sexualmente de manera violenta. Es imposible que el hecho fuera cometido por una sola persona y la primera persona que estuvo con Cinthia fue el imputado Aguilera Núñez”, sostuvo la magistrada Nicora Buryaile en los fundamentos de la sentencia.

La noche que la mataron Cinthia le había pedido permiso a su padre para concurrir a una reunión con un grupo de amigos en una vivienda del mencionado barrio. Aunque, en principio, su padre se negó a darle autorización, después, aceptó con la condición de que regresara temprano. Al día siguiente, antes de ir a trabajar, Mignonio pasó por la habitación de Cinthia para comprobar que había regresado y sólo encontró a Sol, su otra hija. Entonces, la angustia se apoderó de su cuerpo.

Movilizado por la desesperación Migdonio comenzó una búsqueda, que la llevó hasta la casa de Magalí, la mejor amiga de Cinthia. Si bien, en principio negó haberse encontrado con la joven desaparecida, Magalí, que en ese momento era menor, admitió haberla acompañado hasta la casa de Axel Ezequiel Noziglia, con otro amigo, Cristian Leiva.

“En la citada vivienda se hallaban el dueño de casa, el mencionado Noziglia, Pablo Zacarías Mengual y los acusados Aguilera Nuñez, Vázquez, Escobar y Francisco Fariña. Minutos después de las 2, Cinthia se retiró del lugar y tomó por la ruta nacional 86, en compañía del acusado Aguilera Núñez y su perro, según quedó registrado por la cámara de seguridad de una empresa de logística, a las 2:21:26. Cuando la víctima estaba en inmediaciones de la intersección de Las Piedras y Santísima Trinidad, en la banquina de la mencionada ruta, fue sorpresiva y pluralmente atacada por los acusados Aguilera Núñez, Vázquez y Escobar, quienes aprovechando el descampado y la nocturnidad, abusaron sexualmente de la joven con violencia y una crueldad inusitada”, describió la jueza Nicora Buryaile.

Y agregó: “Luego de realizado el brutal ataque también, conjuntamente, causaron su muerte por asfixia al sumergirla en la zanja con el objeto de evitar ser descubiertos”.

Debido a la crueldad del caso y para no revictimizar a la joven asesinada y violada, se omitieron detalles de las lesiones y la forma en cómo fue abusada la adolescente.

A partir de la reconstrucción del violento episodio, los jueces determinaron que Cinthia fue atacada, violada y asesinada entre las 2.22 y las 4.06 del 17 de junio de 2017. El cuerpo fue hallado seis días después, en el mencionado zanjón. Algunos de los imputados, como Aguilera Núñez, Vázquez y Escobar participaron en la búsqueda de Cinthia, para armar una coartada y para desviar la investigación al aportar pistas falsas.

El perfil de los asesinos

Al fundar la sentencia contra los acusados, los integrantes del tribunal tuvieron en cuenta una prueba clave: el psicodiagnóstico de los imputados que puso al descubierto el carácter sádico, narcisista y psicopático de los condenados.

“En Aguilera Núñez se observó un gran monto de agresividad reprimida, elevada ansiedad, con sentimientos perturbadores de inferioridad. Respecto de los indicadores psicopáticos, presenta falta de contacto afectivo real, baja tolerancia a la frustración con indicadores de sadismo reprimido, ocultamiento y encubrimiento de emociones que, sumados al déficit de los mecanismos reflexivos podría provocar conductas de ‘acting out’, pasaje al acto, prevaleciendo el impulso emotivo”, expresó la psicóloga Haydée Hornos, en su informe ante el tribunal.

Con respecto a Vázquez, la psicóloga destacó “la personalidad de tipo neurótica narcisista con componentes de rebeldía, baja tolerancia a la frustración y un alto nivel de agresividad reprimida”.

Mientras que al referirse a Escobar, la perito sostuvo que presentaba matices neuróticos y narcisistas sumados a “indicadores de baja tolerancia a la frustración observados podrían desencadenar en él, reacciones impulsivas o agresivas sin que medie la razón”.

Cinthia se resistió a ser abusada por los tres agresores. Luchó con todas fuerzas, pero debido a que los atacantes la superaban en número, lograron reducirla y violarla en grupo. El abuso ocurrió después que la joven abandonó la vivienda de Noziglia, al advertir que, al menos dos de los imputados estaban drogados. Le pidió a Noziglia que la llevara a su casa, pero debido a que no tenía nafta en la moto no podía acercarla. Entonces, llamó a su amiga para que fuera a buscarla, pero una falla en la moto de su novio, los retrasó.

Cuando llegaron a la casa de la manzana 135 del barrio 1° de Mayo, la adolescente se había retirado. Magalí y Leiva, se dirigieron al boliche “La Conexión”, pero no la encontraron. Nadie la había visto.

Sobre el estado que tenían los acusados la noche del homicidio, el testigo Mengual dijo en el juicio que había visto Aguilera Núñez “algo elevadito” sin poder precisar si era por consumo de alcohol o de drogas. Mientras que el testigo Noziglia, recordó que “Aguilera Núñez estaba drogado y muy pesado, cuando llegó a su casa. Tomaron fernet, después se contactó con Cinthia que vino con otra chica y un muchacho en moto, y la dejaron y se fueron”.

Las declaraciones de Mengual y Noziglia fueron clave para establecer los momentos y la secuencia en la que llegaron si retiraron los acusados y la víctima de la casa en la que se concretó la reunión.

Ambos testimonios y la grabación de la cámara de seguridad de una empresa de logística situada en las adyacencias del lugar en el que Cinthia fue atacada, constituyeron los fundamentos que avalaron la absolución de Francisco Javier Fariña, el cuarto acusado que había llegado al juicio oral.

Por Gustavo Carabajal

• ADN del Crimen

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