Crimen en Catamarca. Liberaron a la empleada acusada del asesinato del ministro de Desarrollo Social de la provincia

El juez de Garantías catamarqueño Lucas Vaccaroni dejó en libertad a Silvina Nieva, la mujer que había sido detenida como sospechosa del asesinato del ministro de Desarrollo Social de la provincia, Juan Carlos Rojas, hallado muerto a golpes en la cabeza el 3 de diciembre pasado en el patio de su casa en San Fernando del Valle. La excarcelación causó sorpresa en los hijos de la víctima, ya que Nieva había llegado a la audiencia de control de detención imputada por “homicidio doblemente calificado por mediar relación de pareja y por alevosía”.

Los fundamentos de la decisión de Vaccaroni se conocerán mañana al mediodía. Pero en la audiencia que se llevó a cabo esta mañana, a las 11, en los tribunales de la capital provincial, el magistrado advirtió que los fiscales del caso, Laureano Palacios y Hugo Costilla, no habían firmado el decreto de detención de Nieva, que había sido arrestada el 7 de diciembre, cuatro días después del crimen. Por tal motivo, el auto de detención de la imputada fue considerado nulo.

Resta saber, ahora, si Vaccaroni formaliza la acusación –y, en consecuencia, dispone la aprehensión de Nieva– o si considera insuficientes los argumentos de la fiscalía para imputarla por el homicidio de Rojas.

Por el momento, rige el secreto de sumario en el expediente. Y mientras el defensor de Nieva, Gabriel Díaz, insiste con que no existe ninguna prueba que vincule a su clienta con la autoría del crimen, el abogado de la familia de Rojas, Iván Sarquis, dijo que se siente “en la oscuridad” a partir del derrotero que tomó la causa con la última decisión de Vaccaroni.

“Lo hemos tomado con mucha sorpresa, teníamos confianza, tenemos confianza en la instrucción, y esperábamos que la pesquisa que avanzaba sobre la señorita Nieva tuviera sustento suficiente como para avanzar en esa línea investigativa”, sostuvo Sarquis en declaraciones a la prensa catamarqueña glosadas por el diario local El Ancasti.

El abogado admitió que no está en condiciones de afirmar ni desmentir la eventual relación de intimidad entre Rojas y su empleada, ahora acusada del crimen por la fiscalía, y también descartó que el fallecido ministro tuviera “conflictos internos o externos, enemigos, acreedores o deudores”, por lo que la familia está sumida en una situación de “incertidumbre y mucho dolor”.

A pesar del hermetismo con el que ha avanzado la pesquisa hasta ahora, se sabe que un video en el que se ve a una persona sospechosa es una de las pruebas de cargo esgrimidas por los fiscales Palacios y Costilla en la audiencia de control.

La defensa intentó desacreditar esa prueba: “Hay una visualización de un cámara, que no está confirmado que sea ella. Hay una visualización de una figura que podría ser, todo en hipotético, todas las pruebas en este sentido son así”. Díaz amplió: “En estas instancias de la audiencia de control de detención, el Ministerio Público Fiscal expresa su pretensión, basándose en sospechas, no en convicciones”.

Y en cuanto a la viabilidad de la detención de su clienta, el abogado expresó: “Nosotros manifestamos desde la defensa que nuestra asistida no representa ningún tipo de peligro procesal en ningún término. Ella siempre se mostró colaborativa con el proceso, brindando su testimonio, ofreciendo su teléfono celular y todo aquello que pueda aclarar el proceso”.

El crimen

Rojas fue encontrado muerto por su hijo el domingo 4 de diciembre en horas del mediodía, tirado en el patio de su casa, en la capital catamarqueña. Los médicos legistas estimaron que la muerte se había producido 24 horas antes. Por eso se presume que Rojas –que tenía 73 años y, además de ser funcionario provincial, era el secretario general de la delegación Catamarca del Unión de Trabajadores Hoteleros y Gastronómico de la República Argentina (Uthgra)– fue asesinado el sábado a la mañana, antes del partido que la Argentina disputó con Australia por los octavos de final del Mundial de Qatar.

Inicialmente, fuentes oficiales señalaron que Rojas había fallecido por causas naturales. Pero en el sepelio, Luis Barrionuevo, mandamás del sindicato gastronómico y hombre con fuerte presencia política en la provincia (a la que representó como diputado y senador nacional), afirmó que su amigo había sido víctima de “una muerte violenta”. Eso motivó la realización de una segunda autopsia, cuyo resultado dio un vuelco en la investigación.

El fiscal Palacios informó, entonces, que “la causal de la muerte fue un traumatismo craneoencefálico” provocado por un golpe en la cabeza aplicado con un objeto contundente. Luego de eso, Nieva, que trabajaba en la casa de la víctima, fue citada a prestar declaración testimonial y, en ese mismo acto, fue detenida. Según la fiscalía, por “inconsistencias” en su testimonio.