En juicio abreviado acuerdan pena de seis años para un sargento que violó a una soldado en una unidad militar

MAR DEL PLATA.– El juicio oral a un sargento del Ejército Argentino acusado de violar a una soldado dentro de las instalaciones del Grupo de Artillería de Defensa Antiaérea 601 derivó hoy en un acuerdo entre la fiscalía y la defensa, que propusieron una pena de seis años de prisión que ahora deberá ser ratificada por el tribunal.

Esta instancia de juicio abreviado se alcanzó antes del inicio de la primera audiencia, prevista para esta mañana, y tuvo como valor adicional evitar que la víctima vuelva a pasar por la situación traumática que le hubiese implicado declarar y repasar aquel tremendo momento vivido.

El fiscal federal Juan Manuel Pettigiani, que iba a pedir una pena de ocho años de cárcel para el militar, y la defensora oficial Natalia Castro avanzan ahora con la presentación que harán a los miembros del Tribunal Oral en lo Criminal federal para que, en el término de diez días, confirme o revise esta condena propuesta.

La apertura del juicio había tenido una complicación llamativa: el personal del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) se equivocó de detenido y al tribunal a otro hombre de apellido similar al del acusado. Entonces hubo que volver a la unidad penal de Batán, buscar y traer a quien estaba citado para ser enjuiciado por este caso.

La investigación de Laura Mazzaferri, a cargo de la Fiscalía Federal N°1 de esta ciudad, había acumulado suficientes pruebas para llevar al acusado ante un tribunal por cargos de abuso sexual agravado, ya que para reducir a la víctima la amenazó con su arma reglamentaria.

El caso data de octubre de 2017,cuando la joven, de 22 años, se presentó en la Comisaría de la Mujer de Mar del Plata para denunciar que el superior Sebastián Vizcarra Díaz la había violado dentro de las instalaciones militares de Camet, a 12 kilómetros al norte del microcentro marplatense.

El pedido de elevación a juicio solicitada no encontró objeción por la defensa del imputado, al que el tribunal le había dictado prisión preventiva, ratificada luego por la Cámara Federal de Apelaciones.

El hecho, según relató la víctima, data de las primeras horas de la tarde de aquel 5 de octubre. Dijo que dentro de la unidad militar y luego de ser relevada de las funciones diarias pasó a tomar mate con el acusado. En ese contexto se habría dado la intimidación del superior, primero con la exhibición de un arma que puso sobre la mesa, luego con órdenes y por último con forcejeos.

Según determinaron los jueces de la Cámara Federal de Apelaciones, el militar "procuró el momento oportuno para violentar la voluntad de la víctima –con mandatos tales como ‘sentate ahí, es una orden’-, usando su fuerza física –la arrojó a la cama, la inmovilizó, le tapó la boca, le quitó sus prendas de vestir- y forzarla para lograr su cometido".

Entre las pruebas que se incorporaron al expediente y fueron determinantes para el avance de la causa se encuentran peritajes médicos que dan cuenta de un hematoma que la víctima presentaba en al zona genital. También un informe de psiquiatras y psicólogos forenses que confirman en la joven un cuadro de angustia compatible con el momento posterior a sufrir un trauma. Cita síntomas de "nerviosismo constante, problemas para dormir y pesadillas y episodios de ansiedad".

Más allá de estas evidencias la fiscal destaca que frente a este tipo de casos y denuncias "debe prevalecer el relato de la víctima" y en este sentido resalta que en las declaraciones que realizó ante la justicia aportó información "completa, detallada y mantenida en distintas ocasiones".