Estuvo prófugo más de cinco años y fue atrapado cuando quiso conocer a su nieto
El excomisario de la policía bonaerense Héctor Amarilla, prófugo desde 2013 acusado de homicido, fue detenido en las últimas en Rafael Calzada, en La Matanza, por personal de la Gendarmería Nacional cuando regresó desde Paraguay para visitar a su hija y conocer a su nieto recién nacido. Fue sorprendido por los gendarmes que lo apresaron en traje de baño y ojotas.
Amarilla figuraba como uno de los prófugos más buscados del país. El 25 de septiembre de 2013, a las 15, Nicolás Vázquez ingresó en un local de 9 de Julio y Oncativo, a tres cuadras de la estación de Lanús. Se probó algunas remeras y salió del negocio con una de esas prendas y, al activarse las alarmas, comenzó a correr.
El entonces comisario Amarilla, trabajaba como custodio privado en esa zona y persiguió al joven de 18 años. Según testimonios recogidos en la causa, corroborados por las cámaras de seguridad de la zona, Amarilla, sin uniforme, disparó al aire. El joven detuvo su carrera y caminó hacia el policía mostrándole las manos vacías. Amarilla apoyó la pistola en el cuello del sospechoso y gatilló.
Los investigadores establecieron que Amarilla, que en esos momentos era el jefe de la comisaría 2° de Lanús, consiguió un arma con la numeración limada –denunciada como robada por un policía– y se disparó en una pierna. Fue a la guardia del hospital Narciso López y a los policías bajo su comando les explicó que había sido herido en un enfrentamiento. Entregó dos armas: su pistola reglamentaria y la que supuestamente había utilizado el ladrón. El registro de las cámaras de seguridad, declaraciones de testigos y peritajes balísticos derrumbaron la coartada preparada por Amarilla. Al verse acorralado por la inminente imputación por homicidio, el excomisario se fugó.
La investigación de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 8 de Lomas de Zamora había determinado que el prófugo estaba radicado en Paraguay, aunque no podían dar con su paradero exacto para pedir la colaboración de las autoridades del país vecino.
Una pista puso de nuevo a los investigadores tras los pasos de Amarilla. Los detectives estaban convencidos que el excomisario regresaría a la Argentina. Tenían un dato importante: la hija del prófugo había dado a luz a un niño y se sospechaba que Amarilla haría una rápida visita a su familia para conocer al nieto.
El Ministerio de Seguridad de la Nación tenía, además, una recompensa de $500.000 por información sobre el expolicía y un informante se comunicó en los últimos días para aportar la posible dirección en la que se encontraba el hombre buscado por el homicidio de Vázquez.
Con esa información y el seguimiento ordenado a una unidad táctica de inteligencia de la Gendarmería Nacional por el Comando Unificado de Fuerzas de Recaptura de Evadidos (Cufre), los agentes pudieron atrapar al excomisario Amarilla, que estaba en el lugar con sus familiares y que portaba una pistola 9 milímetros. Cuando los agentes golpearon la puerta de la vivienda, Amarilla apareció en traje de baño y ojotas. Su fuga durante más de cinco años había finalizado.
Más leídas de Seguridad
"¡Dejame la nena!". El ruego de un padre al que le robaron el auto delante de su pequeña hija y a plena luz del día
Un sospechoso preso. Fue al banco a retirar 13 millones de pesos y a la salida la atacó una banda de motochorros
Investigación. El CEO de Wenance seguirá preso y detuvieron a otros tres sospechosos por las millonarias estafas