Extraditarán a Italia a un condenado a 30 años que padece obesidad mórbida e igual se escapó de la casa donde cumplía prisión
Alejandro Mirabo pesa más de 220 kilos y había logrado desaparecer de la vivienda en Mar de Ajó donde le habían permitido cumplir, en régimen de detención domiciliaria, el último tercio de su condena
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MAR DEL PLATA. Es italiano, pesa más de 220 kilos, padece de obesidad mórbida y había sido detenido hace ocho meses cuando abandonó el régimen de detención domiciliaria que cumplía en la vecina localidad de Mar de Ajó, beneficio que le habían concedido mientras cumplía el último tercio de una condena a 30 años de prisión por varios delitos, desde violencia sexual hasta homicidio y secuestros.
Ahora la justicia federal argentina acaba de autorizar la extradición de Alejandro Mirabo, capturado en Ingeniero Budge, provincia de Buenos Aires, a partir de una orden internacional librada por Interpol a pedido de los tribunales italianos.
Como en su oportunidad informó LA NACION, apenas una sola vez se pudo confirmar que el detenido permanecía en el domicilio de la costa atlántica que había fijado para hacer frente a la pena impuesta. En la siguiente visita se constató su fuga, por lo que de inmediato se habilitó su búsqueda internacional.
La resolución del juicio de extradición lleva la firma del juez Martín Bava, al frente del Juzgado Federal del Departamento Judicial Dolores, y acompaña el pedido que en ese sentido había formalizado el ministerio público fiscal, representado en esta causa por Juan Pablo Curi.
El fiscal, en sintonía con los planteos presentados por la Dirección General de Cooperación Regional e Internacional (DIGCRI), consideró que correspondía la extradición de Mirabo con relación a algunas de las acusaciones por las que purga condena. En otras se entendió, según había manifestado la defensa, que había sido juzgado en ausencia y sin un abogado que se ocupe de proteger sus derechos e intereses.
El detenido aún tiene por cumplir 13 de los 30 años de cárcel fijados en una condena unificada por una serie de delitos cometidos entre 1998 y 2015 en su lugar de origen. Entre ellos hay casos de hurto, robo agravado, falsificación de documentos, violencia sexual, homicidio, amenazas y secuestro de personas, en los que siempre se lo encontró culpable.
Amparado en su situación de salud, y ya instalado en la Argentina, había solicitado cumplir la condena en su casa de Mar de Ajó, pedido al que se le hizo lugar. Pero bien pronto escapó, situación advertida cuando fueron a notificarlo de una audiencia por este juicio de extradición. Recién pudo ser ubicado en octubre pasado, cuando intentaba ocultarse en el Gran Buenos Aires.
Había huido de su país en 2018. Entonces, la División Interpol de Italia había reclamado la captura de Mirabo al constatar que había incumplido las condiciones de la prisión domiciliaria. Aquí respondió la División de Fugitivos y Extradiciones, que depende del Departamento Interpol de la Policía Federal.
Cuando se lo pudo ubicar y detener se requirió participación de fuerzas especiales debido a su contextura física, que por su peso y tamaño le dificultan desplazarse por medios propios. Los investigadores lograron determinar que en su escapa de Mar de Ajó había contado con la ayuda de al menos dos cómplices.
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