Fue un femicidio: la joven que cayó desde un 7° piso en Mar del Plata estaba inconsciente y había sido golpeada

MAR DEL PLATA. Las dudas se terminaron con la autopsia. Las lesiones constatadas estaban lejos de ser propias de un suicidio. Los forenses confirmaron que la mujer que cayó desde un séptimo piso de un edificio céntrico había recibido golpes previos y ni siquiera tenía indicios de haber intentado una defensa.

Por la violenta muerte de Jordana Belén Rivero, de 28 años, quedó aprehendido Bernardo Luis Baraj, de 50, que hoy se negó a declarar ante el fiscal Fernando Castro, que le imputa el delito de femicidio.

El acusado solo respondió preguntas personales ante el investigador. Dijo que sufre un cuadro de bipolaridad por el que había iniciado tratamiento y negó tener antecedentes de violencia de género.

Según se pudo confirmar, había tenido denuncias de ataque a quien era su pareja en Ushuaia, hace poco más de dos años. Una publicación fueguina asegura que un hijo de esa mujer debió intervenir para poner fin a esa situación.

A Baraj lo atraparon los policías dentro del inmueble que había alquilado Rivero y al que juntos llegaron a primera hora del lunes. Según testigos que los cruzaron en la vía pública, venían en medio de una discusión. De acuerdo al testimonio de vecinos del edificio, hubo gritos y la joven pedía auxilio.

La frágil excusa del imputado apuntó a que Rivero se lanzó por la ventana. "Estaba loca", le dijo a uno de los uniformados, según confiaron fuentes de la investigación. Lo curioso es que no pudo escapar del lugar porque no tenía llave. Los policías tuvieron que romper la puerta para ingresar al inmueble, cuando ya estaban al tanto de la caída de un cuerpo que yacía sobre una visera de cemento, a tres metros por sobre la vereda.

De la primera revisión médica surgió que Baraj presentaba algunas lesiones propias de una pelea. O al menos provocadas por alguien que intenta defenderse de una agresión.

La hipótesis en pie luego de conocido el informe preliminar de autopsia apunta a que Baraj mató a Rivero a golpes. Presentaba varias lesiones violentas, entre ellas la fractura del maxilar y excoriaciones en los brazos, todas lesiones previas a su impacto sobre una losa que sobresale del edificio y que sirve de techo que da a la vereda de acceso al inmueble situado en Luro 1571, entre 25 de Mayo y la avenida Luro. La víctima también tenía sangre en los pulmones, propia de una hemorragia previa a la caída. Para los responsables de la pesquisa no hay dudas de que Baraj quiso disimular el caso lanzando el cadáver por la ventana.

Castro pidió que registros de cámaras de seguridad públicas y privadas que permitan reconstruir los últimos movimientos de Baraj y de Rivero. Trascendió que se habrían conocido este último fin de semana en un bingo de la zona céntrica. Se desconoce si ambos ya habían estado juntos en ese departamento de Salta casi Luro, donde la historia tuvo su peor final.

Baraj remarcó ante el fiscal sus problemas de salud mental, que resumió en un trastorno de bipolaridad. Le dijo que se fue de Ushuaia a la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para lograr un tratamiento adecuado. Y en todo momento negó antecedentes de violencia de género. En su historial solo figura una causa por robo.