Investigación: qué se sabe del asesinato del gerente argentino en Playa del Carmen

Federico Mazzoni tenía 47 años y había dejado Córdoba en 2002 para emigrar a México. Se consolidó en la Riviera Maya y trabajaba como gerente en Mamita’s Beach Club, un bar de alto nivel en Playa del Carmen. Dos sicarios ingresaron anteayer a ese lugar. Preguntaron por Mazzoni y lo llevaron a un baño. El argentino recibió tres disparos y los sicarios se escaparon en un moto de agua.

Por la forma de la ejecución y el lugar del hecho –una zona turística que en las últimas semanas registró varios episodios de violencia criminal– sobre el homicidio de Mazzoni se proyecta la sombra del narcotráfico. Incluso el fiscal general de Quintana Roo, Óscar Montes de Oca Rosales, expuso que este asesinato tiene las características de otros crímenes vinculados con la venta de droga en lugares de playa.

La familia de la víctima está convencida que el propietario de ese club, Jorge Marzuca Fuentes, era el blanco que buscaban los asesinos.

“El dueño denunció algo que no tenía que denunciar, lo buscaron varios días y como no lo encontraron mataron a mi hermano, que lo seguía en jerarquía”, indicó Victoria Mazzoni, en diálogo con A24.

Y en ese sentido agregó: “No sé si lo mataron sicarios del narcotráfico o que respondían al gobierno, pero él tenía un puesto muy complicado que sabía manejar bien en un parador que había muchos negocios con narcotraficantes y con policías”.

El mes pasado, los medios mexicanos dieron cuenta de cruces entre Mazurca Fuentes y Jorge Brizuela Guevara, alias el Venezolano, que también fue atacado días atrás por sicarios que balearon su camioneta en la carretera federal Cancún-Playa del Carmen.

El Venezolano había hecho una denuncia por amenazas y mencionó, entre otros, a Marzuca Fuentes. El dueño del club de playa aclaró públicamente que los audios [con amenazas] no eran de él. “Las diferencias que tuvimos en algún momento, siguen su curso ante las autoridades correspondientes”, dijo y se reservó el derecho a “proceder de manera legal”.

En ese contexto actuaron los sicarios que mataron a Mazzoni anteayer, aproximadamente a las 17.30, en Mamita’s Beach Club, ubicado en el cruce de la calle 28 con la Zona Federal Marítima. Según el fiscal Montes de Oca Rosales, “no existían denuncias previas ante la justicia por parte de Federico y del local”, pero agregó que sí “tenían varias quejas” por algunas personas que merodeaban la zona.

“Ellos (por los responsables del Mamita’s Beach Club) se venían quejando porque se habían establecido una suerte de ‘camastros’ de manera ilegal frente a este club de playa. Estos ‘camastros’ generalmente están vinculados a la venta de droga, y suelen radicarse en espacios públicos, los cuales son ocupados por estas personas”, detalló el fiscal a Télam.

El investigador judicial añadió: “Hemos tenido otros eventos similares donde grupos dedicados al narcomenudeo, por ganar espacios que son antagónicos, comienzan a entrar en disputas y terminan sucediendo este tipos de eventos en lugares cercanos a la playa.”

La desesperación familiar

Angustia extrema y asombro es lo que siente la familia de la víctima. Sus dos hermanos mayores, Jerónimo y Matías, se preparan para viajar con la intención de repatriar el cuerpo. Su padre, Carlos Mazzoni afirmó a LA NACION que la situación es “complicada” en México [por la violencia criminal], en especial en la zona caribeña, pero que su hijo “la sabía manejar”. Federico había emigrado hace 20 años, cuando, siendo chef ejecutivo del hotel Sheraton de Córdoba, le ofrecieron trabajo en el Hyatt de Mérida.

“En estos 20 años nosotros hemos ido 18 veces a verlo. Estaba bien, estaba contento con su trabajo”, recordó el padre de la víctima.

El hombre se enteró del homicidio por una llamada de un conocido de su hijo. “Tenía un grupo de amigos grande allá, era muy querido. Nos están ayudando. Hacía unos diez años que trabajaba en el club de playa. Todo es peligroso. Hace unos días hubo una balacera en un hotel muy importante y murieron dos canadienses. No sabemos qué pasó”.

Los familiares de la víctima afirmaron que no tuvieron comunicación con Marzuca Fuentes, el dueño del club que regenteaba Mazzoni. Sí, en cambio, están recibiendo la ayuda del cónsul argentino. “Se está moviendo mucho y colaborando”, dijo Carlos Mazzoni.

Nadie de la familia Mazzoni ha podido hablar con otros ejecutivos del club. La empresa solo publicó un comunicado: “Con mucho pesar, lamentamos el hecho registrado la tarde de este martes en nuestras instalaciones. Externamos nuestras condolencias y oraciones para familiares de nuestro colaborador”. Para los allegados a Mazzoni, hay algo poco claro detrás del silencio del propietario del bar de lujo.

El Mamita’s Beach Club es uno de los puntos turísticos más famosos y concurridos de Playa del Carmen, un club de playa que cuenta con instalaciones para disfrutar del mar y la arena y, además, con un restaurant, un área familiar y otra VIP. Además, el club ofrece servicios de alquiler de camas, reposeras y sombrillas para la playa, DJ en vivo, spa y centro fitness.

Playa del Carmen es uno de los principales destinos que eligen los argentinos que buscan la Riviera Maya. Se calcula que unos 15.000 compatriotas viven en esa zona, por lo que el año pasado se tomó la decisión de reabrir el consulado en Playa del Carmen.

Un nuevo peligro

El crimen de Mazzoni se da en momentos en que el Caribe mexicano vive una ola de violencia que se replica en varias zonas. Días atrás dos canadienses fueron asesinados en el hotel Xcaret, un complejo de lujo al sur de Playa del Carmen.

Anteayer, las autoridades del estado de Quintana Roo informaron que lo sucedido con esos turistas el 21 de enero se debió, aparentemente, a un ajuste de cuentas por una deuda no pagada entre bandas de criminales.

“Este ataque se deriva de una deuda económica por las actividades ilícitas transnacionales en las que participaban las víctimas”, quienes presuntamente estaban vinculadas, entre otros delitos, al tráfico de armas y drogas, indicó el fiscal Montes de Oca, quien anunció también la detención de un hombre y una mujer como dos de los presuntos implicados en los homicidios ocurridos en el hotel.

Estos ataques de la semana pasada sembraron el pánico en la zona turística porque se suman al tiroteo que se registró en noviembre último en una localidad cercana, Puerto Morelos, que dejó dos muertos (presuntamente traficantes de droga) y a otro incidente de octubre en el balneario de Tulum –otro destino elegido por los argentinos, junto con Cancún– en el que murieron dos turistas que quedaron en medio del fuego cruzado en un tiroteo narco.