¿Se puede engañar al detector de mentiras?
Cómo funciona el polígrafo, la prueba que deberán pasar los espías de la AFI; el Gobierno pretende identificar posibles irregularidades en el proceder de los agentes
La presión sanguínea aumenta y se acelera el ritmo cardíaco. A medida que avanzan las preguntas, se siente caer la transpiración. El objetivo de este proceso: descubrir si el interrogado oculta algo. La prueba del polígrafo, más conocida como “detector de mentiras”, será obligatoria para todos los espías de la AFI.
¿Cómo funciona esta técnica, que es utilizada por cientos de agencias de inteligencia de todo el mundo?
De acuerdo a la Asociación Americana de Polígrafo (APA, por sus siglas en inglés), la prueba consiste en tres etapas. La primera consiste en una entrevista previa, que sirve para “orientar al examinado en los procedimientos de prueba, el propósito de la prueba y las preguntas de la investigación”.
En segundo lugar, hay una etapa de recolección de datos en prueba. Allí, APA señala que las preguntas efectivas y relevantes deben ser simples, directas y evitar lenguaje clínico o legal o palabras cuyo significado pueda ser ambiguo. Estas preguntas deben ser respondidas con un sí o un no. Durante esta fase, la persona es conectada a una serie de sensores.
“Los polígrafos miden diversas variables como lo son la frecuencia cardíaca, la tensión arterial, la conductancia eléctrica de la piel, movimientos respiratorios etc, variables correspondientes generalmente al sistema nervioso autónomo o vegetativo”, explicó a LA NACION Martín Puricelli, psiquiatra y médico legista.
La máquina detecta cambios en los parámetros que mide, que indican si la persona reaccionó de manera diferente a determinadas preguntas.
“La teoría de la interpretación de los resultados supone que ante preguntas cuya respuesta implique una no verdad, el cuerpo muestra diversas señales como aumento de la frecuencia cardíaca, conductancia de la piel, frecuencia respiratoria”, detalló Puricelli.
Una aguja realizará una serie de trazos fisiográficos en un papel. La tercera fase consiste en el análisis de esos resultados.
Pero ¿puede esta máquina realmente determinar si una persona está mintiendo? Para los defensores del método, la respuesta es sí. Sin embargo, no todos confían en sus resultados.
“Lo primero que hay que entender es que el polígrafo no es un detector de mentiras. La gente piensa eso por la televisión. Pero lo que hace es mostrar tu reacción a una pregunta o palabra”, dijo a LA NACION Joe Navarro, ex agente del FBI y autor del libro “El cuerpo habla” (What Every Body Is Saying). “Digamos, por ejemplo, que alguien mata a otra persona con un machete. Si se le mencionan las palabras pistola, cuchillo, martillo, tal vez no reaccione. Pero sí lo hará si se le menciona la palabra machete. Eso significa que el que pregunta tiene que saber de antemano a qué palabras va a ser sensible la persona”, explicó Navarro.
En la Argentina el polígrafo no tiene valor pericial, no hay antecedentes de que la justicia lo haya tomado como elemento probatorio. El uso que se le dará en la AFI será sólo con el objetivo de detectar posibles irregularidades entre los agentes.
“Cuando haces una prueba a investigadores para saber si filtraron información es muy difícil de detectar. Tendrías que saber muchas cosas específicas. En el FBI vimos que genera muchos falsos positivos. De pronto estás acusando a todo el mundo”, detalló el especialista.
“El polígrafo nunca fue un detector de mentiras. Sólo dice a qué palabras o temas sos sensible”, señaló Navarro, aunque añadió: “Puede funcionar para orientar una investigación, pero nunca como prueba”.
¿Se puede engañar al polígrafo?
Puricelli señaló que “a pesar de que los partidarios de la técnica juran y perjuran que no es posible, lo cierto es que la literatura demuestra que el polígrafo, aunque en realidad es el poligrafista o experto a cargo, puede ser burlado tanto intencionalmente cuanto por motivos
También hay factores externos que pueden influir en los resultados. “Si tomás una pastilla para calmar la ansiedad, por ejemplo, seguramente reacciones con mucha calma ante el polígrafo”, sostuvo Navarro. El ex agente del FBI destacó también que los psicópatas no reaccionan de la misma manera que el resto de la gente, por lo que si pasaran por el polígrafo, probablemente sería imposible saber si mienten o no.
Más leídas de Seguridad
Método de película. Simulaban el traslado de una paciente grave en una ambulancia para ocultar un millonario contrabando
Nueva denuncia contra Cufré. El jugador de Vélez detenido por abuso sexual fue acusado de otro hecho similar
El asesino de la “cara feliz”. El siniestro camionero que sembró de cadáveres de mujeres las rutas norteamericanas