Un arma y 180 balas. Casi a la medianoche, y en bicicleta, dos sicarios se plantaron frente a un comercio y lo tirotearon

Cuatro minutos antes de la medianoche, dos figuras montadas en sendas bicicletas se detuvieron en medio de la calzada; por unos instantes quedaron así, casi inmóviles, como atentos a los movimientos a un lado y otro de la calle. Acomodaron sus cuerpos y cada uno cumplió su rol: uno empuñó firme una pistola y abrió fuego; el otro le sacó fotos. Los destellos de las detonaciones coincidieron con la polvareda que levantaban los impactos de las balas en el revoque del frente del local, cuya iluminación era prácticamente la única que alumbraba la noche cerrada. Un perro huyó despavorido por las detonaciones. Tras la descarga, el dúo volvió a pedalear hasta salir de la escena.

La balacera se produjo en Jacobacci al 9100, en el barrio Gráfico, en el extremo noroeste de Rosario. Poco después del ataque al almacén de la esquina –que, presumen los investigadores, está relacionado con la trama de venganzas y extorsiones que desangran a la ciudad– fueron detenidos dos sospechosos, de 18 y 21 años.

Los arrestos, según informaron fuentes policiales y del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, se produjeron en Gabetta al 8700, a unas ocho cuadras del lugar del hecho, donde personal del Comando Radioeléctrico llegó a partir de información aportada por testigos. Les secuestraron, además de bicicletas muy parecidas a las que usaban los dos delincuentes, una pistola 9 milímetros y 179 balas de distintos calibres.

El arma y las balas estaban dentro de un morral que llevaba uno de los sospechosos. En el lugar del ataque, peritos de la Policía de Investigaciones (PdI) encontraron diez vainas servidas; contabilizaron ocho impactos en el frente del local y hallaron un proyectil dentro del comercio, que funciona como kiosco y almacén de ramos generales.

Según informaron fuentes de la causa, se investiga si los dos detenidos son parte de “la banda de Pupo”, una gavilla que actúa en la periferia noroeste rosarina. De hecho, identificado como Bruno P., sería un conocido dealer que opera en la zona; el otro joven arrestado fue identificado como Lautaro R, que llevaba puesta una tobillera electrónica, lo que indica que contaba con una medida de restricción de su libertad ambulatoria.

El caso es investigado por la Unidad de Flagrancia de turno del Ministerio Público Fiscal (MPF) de Rosario.