A la playa en Vicente López

Los carteles estaban allí. Se veían. Pero el calor pudo más. A pesar de la prohibición clara y expresa, cientos de personas decidieron pasar el primer día del milenio bañados en el río que da sobre el Paseo de la Costa, en Vicente López.

Con reposeras, toallones que oficiaban de lonas, termos, bronceadores y cuanto implemento pudiera servir para disfrazar la carencia de playas, la gente pobló el Paseo, desoyó los consejos que desaniman el baño en las contaminadas aguas del Río de la Plata y se zambulló en un improvisado balneario generado al norte de la ciudad de Buenos Aires.

En la Costanera, mientras tanto, los porteños insistieron en la pesca y, de paso, armaron un solárium matizado por rondas de mate y mesas playeras, y atenuado por sombrillas o minicarpas para guarecerse de un sol que ayer se convirtió en un castigo para cualquiera. Evidentemente, parece que todo vale en Buenos Aires para combatir la ausencia de una playa con agua no contaminada...

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