Armar la mochila: el estrés de las familias que ya anticipa el inicio de las clases
Terminadas las vacaciones, los grupos de WhatsApp se llenan de preguntas sobre opciones para conseguir los útiles escolares; comprar en conjunto, en liquidaciones o sobre la hora son algunos de los hábitos
Gapsi Pizzoleo aún tenía los pies en el agua de Costa Esmeralda cuando el grupo de WhatsApp de las madres del colegio explotó. En Buenos Aires era temporada alta de mochilas. Apenas volvió, comenzó a armar las mochilas de Vicente, de seis años, y Silvestre, de cuatro. Una carrera contra reloj para comprar útiles, conseguir los aptos físicos, completar uniformes e ir a reuniones que se tradujo en el primer pico de estrés del año. Armar la mochila cuesta un 40% más que el año pasado.
"Muchas madres se organizaron y resolvieron todo antes de irse de vacaciones. Otras, que estaban de vacaciones en el mismo lugar que yo, se llevaron la lista y una librería de Pinamar les resolvió todo", cuenta Pizzoleo.
La llegada de este mes marca para muchas familias el fin del espíritu de vacaciones. El primer pico de estrés ataca, sobre todo para las madres, que más allá de los estereotipos de género siguen siendo quienes se ocupan en su mayoría del armado de la mochila, que según estima la asociación Consumidores Libres, llega con aumentos de entre el 40 y el 50%.
Y como a la guerra, al armado de mochilas nadie va sin estrategias. Las distintas tácticas permiten ahorrar dinero o tiempo. Comprar al por mayor, en noviembre antes de que suban los precios, o en abril, durante las liquidaciones o intercambiar uniformes y libros. Cada una tiene su estrategia para ganarle al sistema.
"Es un momento fuerte de estrés. Y cada vez hay más colegios que adelantan las listas en noviembre. Y este año ya tuvimos muchas ventas en diciembre, que son las madres que adelantan la compra. Pero el pico de ventas sigue siendo mediados de febrero. Significa que la mayoría espera a último momento. Y a veces las sucursales colapsan", explica Vanesa Castro, gerenta de marketing de las librerías Staples Argentina.
Hay dos grandes "cucos" a los que les temen casi todas las madres: a gastar una fortuna y a enloquecer completando la cada vez más extensa lista de materiales.
En los últimos años nació una nueva generación de mamás: las que tercerizan las listas a emprendedores del rubro de la librería. Son casi siempre otras madres, que después de haber pasado por la experiencia de organizar la compra colectiva en el grupo de WhatsApp deciden lanzar el emprendimiento.
Hace unos diez años, Dalia Berger decidió abandonar la librería física y junto con Ariel, su marido, empezó a ofrecer soluciones a los dilemas escolares. Desde el armado de listas hasta el encargo durante el año de esas cosas que piden los colegios y que los padres tienen que salir a comprar a último momento. Ya sea repelente, cinta bebé, un violín o esos libros que no se consiguen. Toman los pedidos por mail y en 24 horas los entregan sin costo de envío y sin pedidos mínimos. ¿Cómo saber si la lista que pide el colegio es desproporcionada? Dalia tiene una fórmula: debe ser un 3% del monto de la cuota mensual multiplicado por nueve. "Por ejemplo, si la cuota es de 15.000 pesos, el valor de la lista ronda los 4000 pesos", afirma.
Datos. La que comparte información sobre ofertas
Así como están las madres que organizan a otras, existen las que viven de intercambiar datos. "Chicas, ¿mochilas? ¿Dónde compraron?" Mensajes de este tipo pueblan los grupos escolares de WhatsApp. Y es en ese ida y vuelta que se organizan las compras colectivas y se consiguen mejores precios.
"Mi hija empieza este año primer grado. Y la mayoría de las compras se organizaron en el grupo de WhatsApp. Compramos mochilas con ruedas y reforzadas, y conseguimos 1500 pesos de descuento cada una por comprar entre todas, porque salían 5000 pesos. Otra mamá avisó que consiguió medias verdes por docena y todas le fuimos encargando. Así nos ayudamos entre todas", cuenta Paola Florio, mamá de Violeta, de 6 años.
Idea. La que organiza la compra colectiva
En casi todos los grupos de WhatsApp hay una: la madre que se ocupa de organizar desde el regalo de la maestra hasta las compras escolares. Natalia Miranda, mamá de Nacho, de 8 años, que va a un colegio en Caballito, es una de ellas. Hace tres años, después de armar la mochila de su hijo para primer grado y de pasar el dato de las mejores opciones en mayoristas, y hasta de ocuparse de comprar para otras madres, se le prendió la lamparita. Y lanzó su emprendimiento MiKit. La propuesta es que le pasen la lista del colegio y ella se encarga de armarla. Las madres de otros grados empezaron a solicitar sus servicios y ahora, a tres años, se encuentra trabajando a pleno durante la temporada alta de mochilas. "A las madres les resuelve mucho y en la compra colectiva se hace una gran diferencia. Muchos nos piden etiquetas personalizadas, porque todo sale con nombre. Y les ofrecemos ese servicio", cuenta.
Apuro. La que deja todo para último momento
El acto de fin de año, el cierre de todas las actividades extraescolares... Gapsi Pizzoleo terminó el año con el estrés escolar al tope. Por eso decidió postergar el armado de las mochilas para hacerlo después de las vacaciones. Volvió hace una semana y ahora corre contra reloj para armar todo. Tenía bastantes materiales almacenados en su casa, y como para primer grado no es tan larga la lista decidió esperar a último momento. Sin embargo, el gran problema fueron los turnos médicos para los controles: consiguió que el pediatra le diera un sobreturno, pero para la audiometría, la visión y el examen bucodental tiene que esperar hasta mayo.
"Los chicos se ponen ansiosos con el armado de la mochila. Ayer pusimos las primeras cosas y a la tarde las tuve que esconder porque habían sacado todo y empezaron a usar los útiles", cuenta, sorprendida, Pizzoleo.
Redes. La que aprovecha los espacios de intercambio
Buscarles la vuelta y darles una nueva oportunidad a los útiles escolares usados. Cada vez son más los padres de colegios privados, incluso los más exclusivos, que organizan ferias de intercambio de uniformes y libros. Es el caso del instituto Victoria Ocampo, al que asisten las hijas de Daniela Correas. "Los padres del colegio organizaron hace unos años una feria americana que funciona en un grupo de Facebook. Ahí solo se pueden vender y comprar uniformes del colegio o libros que los chicos usan durante el año. Es genial, porque encontrás prendas a precios muy bajos, incluso a veces el colegio no tiene stock y ahí conseguís lo que necesitás. Este año, Amparo está cursando el último año de la primaria, y como en la secundaria cambia el color del uniforme, le compré el equipo de gimnasia en ese espacio de intercambio, en excelente estado y a menos del 50% de lo que vale el nuevo", señala Correas.
Alternativa. La que espera las liquidaciones
Tener estrategias alternativas al resto. Comprar antes, durante el año, lejos de la temporada alta de útiles o hacerlo después, cuando los supermercados se quieren sacar de encima el stock escolar. Esa es la táctica que utiliza Alejandra Mourin, madre de Ezequiel, de 15 años, e Isabel, de 10.
"Yo armo una mochila más o menos básica para el comienzo de clases y para eso voy a las librerías mayoristas de Ciudadela, donde se compra un 50% más barato. Y después, para comprar el total de los útiles, espero a abril, cuando empiezan las liquidaciones de los supermercados. Entonces compro en cuotas materiales para todo el año, incluso para empezar al año siguiente. Y así guardo todo en una caja que es mi propia librería", cuenta.
Se dan otros casos de madres, que para comprar a contracorriente se abastecen en noviembre o diciembre, siempre en busca de los mejores precios.
Producción Marysol Antón