"Bicho y Yo", el cómic que pone a debatir el VIH
"¡Hola! Soy Fauno. Desde 2008 vivo con Bicho. Es una cepa de VIH que se alimenta de mis defensas. Para evitar que me haga mierda le doy antirretrovirales así no me come a mí". Así empieza una de las tiras de "Bicho y Yo", un cómic de Lucas Fauno y Jon Amarillo que busca contar la realidad sin dramatismos del VIH. "Somos cuerpos intervenidos, cansados, fácilmente juzgables, parecería que todo el mundo puede opinar sobre las personas con VIH. Bueno, ahora nosotros contamos nuestra historia", dijo a LA NACIÓN Lucas Fauno.
Fauno es periodista, escritor, performer y tiene el "bicho". Le pasó lo que a muchos cuando se enteró que era positivo, pero sintió la necesidad de hablar y expresarse sobre eso que era parte de su cotidiano. Así fue que en un momento empezó a desarrollar la voz de "Bicho y Yo", pero fue cuando conoció a Jon que la idea que siempre estuvo ahí se materializó. "Yo hago que Bicho tenga un poco más de vida, le doy la ternura, que contrasta con Yo, que es más áspero y punk", contó a LA NACIÓN el dibujante Jon Amarillo.
Las ganas de representar de manera fiel la realidad de una persona en esta situación fue el motor para crear la tira. Incluso el uso del lenguaje del cómic, un medio tradicionalmente "masculino y heteronormativo", tiene un peso importante para los creadores. "Casi no hay producciones audiovisuales y artísticas sobre VIH y SIDA", se quejó Fauno. Lejos del Tom Hanks de Philadelphia, "Bicho y Yo" denuncia las desidias del sistema de salud público, cuenta qué pasa con los efectos secundarios de los antirretrovirales y bromea con las dificultades del online dating en aplicaciones para citas siendo positivo.
Para quien no está en contacto con la realidad del VIH, la misma puede ser más cercana a la de un Hanks con respirador en una sala de hospital. "Todo el tiempo nos planteamos nuestro discurso. ¿Cómo mostramos esto sin estigmatizar pero tampoco romantizar? No deja de ser una situación compleja vivir hoy en día con VIH pero a la vez pensamos cómo no llenar de miedo a la gente", dijo Fauno.
Para ellos, "Bicho y Yo", que sale publicado todos los jueves en la Agencia Presentes se enmarca en el movimiento "artivista", arte con activismo y militancia política que busca cuestionar, romper y denunciar el orden actual. "El año pasado ‘Bicho’ aprendió a militar con el proyecto de ley de VIH que tomó 3 años de redacción. Tanto senadores y diputados miraron para otro lado y el proyecto volvió a foja cero sin pasar por ninguna comisión. Cuando pasó, hicimos flyers y convocatorias, y dibujamos una tira que parecía el ataque de los bichos, porque tenía esa doble lectura", contaron.
Para los "artivistas", no tiene que ver con hacer una bajada de línea sobre lo que ellos piensan sino abrir el debate. "Para mí es canalizar las cuestiones que tiene la sociedad por ahí dando vueltas y no sabe cómo ni dónde meterlas. Hay una cuestión de banalizar un mensaje que interpela, bajándole el precio diciendo: ‘Ay, está muy politizado’, pero no hay mirada que no sea subjetiva", explicó Amarillo. "Para nosotros, ‘Bicho y Yo’ es vení, cagate de risa, quedate pensando y crea vos tu conclusión. Invitamos al debate", dijo Fauno.
Durante enero de este año, los "artivistas" tuvieron que afilar de nuevo el lápiz. La noticia era que los antirretrovirales no eran suficientes para cubrir la demanda de las 70 mil personas que viven con VIH . Ellos se organizaron, dibujaron e impulsaron la convocatoria a una concentración en el ministerio de Salud bajo la consigna "No hay más tiempo".
Vivir con VIH
"VIH no es solo una pastilla, es una forma de vida", dijo Fauno. Al ser una condición crónica, las pastillas se tienen que tomar todos los días, dos o hasta tres veces por día. "A mí me costaba un montón porque vivía en lo de mi vieja, mi familia no sabía. Los potes, quién me ve, quién no me ve, para nosotros mostrar la medicación también es algo muy político", aclaró Fauno.
Pero de lo que nadie hablaba era de los efectos secundarios que puede traer el tratamiento. "La medicación es muy fuerte, necesitás controles de todo tipo, y el sistema médico es de por sí excluyente con turnos largos, la burocracia y la espera", dijo el escritor. Sumado a los malabares en el sistema de salud, la discriminación por el virus y el aire de "algo habrán hecho" no termina. "Estamos lidiando en soledad, nadie habla de VIH en los medios. Tenemos que desandar un relato no solo para la gente, para nosotros también", dijo Fauno.
Cuando no hay una emergencia sanitaria que los obliga a denunciar las negligencias del Gobierno, "Bicho y Yo" se centra en romper con los prejuicios instalados sobre lo que es vivir con el virus. "El VIH tiene un discurso de pastilla y preservativo, se centra en un objeto, pero nunca se habla de quién usa o deja de usar, quién toma o quién no tiene acceso. De repente cuando decimos ‘Yo’ hay una persona con rostro, cuerpo, laburo, alegría, certeza y miedo", explicó Fauno.
Para él, la falencia del gobierno actual es que invisibiliza lo que es vivir con VIH. Las campañas de prevención apuntan a las personas que no tienen o no saben que tienen el virus y al uso del preservativo como la mejor opción para evitar la transmisión. Pero, ¿qué pasa con los que ya lo tienen? "Nunca se le habló al cuerpo positivo, no se le dijo que tiene derechos", criticó el escritor.
Según el creador de "Bicho y Yo", no hay campañas de concientización sobre cómo y cuándo se puede tomar una medicación que es de por vida, qué efectos tiene y qué pasa si no se la puede tomar delante del círculo social. "Vivimos un contexto gubernamental en el que tenemos que decir: tenés derecho a la medicación y atención gratuita en el hospital. Con el tema de los faltantes se suma que no sabés si la vas a tener el mes que viene. Lo más común son los fraccionamientos y te dan pastillas por 5 días. También te cambian el esquema que es peligroso porque tu ‘bicho’ se puede hacer resistente a otro medicamento", dijo Fauno.
Incluso, hay personas que deciden dejar de tomar la medicación. Fauno contó que una amiga le dice que está "cansada" de tomar pastillas hace 20 años. Estos casos no son aislados. "No hay que estigmatizar a la persona que sabe que tiene el virus pero elige no tratarse, es una elección reválida, el tema es cómo no estigmatizarlo, cómo abordarlo, cómo representarlo gráficamente".
Las discusiones de cómo no ofender e incluir a todo el espectro de personas que viven con VIH son cruciales para el dúo e incluso se arman debates en los comentarios de sus publicaciones. "No creemos tener la verdad absoluta de nada pero sí estamos muy seguros de lo que comunicamos y estamos permeables a la duda. El cómic es un lugar para la interpelación, por lo menos que puedan enunciarlo, porque es muy difícil que se hable del VIH sin la solemnidad", explicó Fauno. Pero no solo le llegan mensajes de personas positivas en sus comentarios, también les escriben seguidores con otras situaciones de salud. "A veces nos habla gente diciendo que tienen otros bichos, que leen la tira y se sienten identificados", contó el escritor.
El VIH no es una "lucha" ni ellos son "héroes", tampoco son "portadores", mucho menos quieren ser catalogados de "irresponsables", "negligentes" ni "promiscuos". Son personas con VIH. En una época en la que las narrativas están cambiando la forma de nombrar y pensar los problemas de la sociedad, la representación artística se vuelve fundamental para visibilizar y normalizar. Ese es el propósito de "Bicho y Yo", un cómic que abre el debate con una voz que habla fuerte y, esta vez, es positiva.
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