Caos en el ferrocarril Mitre

Alrededor de 40.000 pasajeros de los tres ramales de la línea Mitre de ferrocarriles sufrieron ayer la interrupción del servicio durante casi cinco horas y media a raíz de una falla en la subestación que provee de electricidad a la red explotada por Trenes de Buenos Aires (TBA).

La paralización de las prestaciones ferroviarias entre la terminal de Retiro y las cabeceras de Tigre, Mitre y José León Suárez comenzó a las 12.15 y terminó a las 17.40, según informó la empresa concesionaria.

"Afortunadamente, no ocurrió en las horas pico, como las primeras horas de la mañana y las últimas de la tarde. Estimamos que habrá perjudicado sólo a un 10 o a un 15 por ciento de los usuarios", señaló Jorge Molina, vocero de TBA.

No obstante, corridas y malhumor se sucedieron en los andenes de los tres ramales. Durante una recorrida realizada por La Nación , los pasajeros se quejaron de que nadie les brindó información sobre cuánto duraría la cancelación del servicio.

En algunos casos, también manifestaron su malestar porque no les devolvieron el importe del boleto.

Según TBA, 290.000 personas viajan en la línea Mitre cada día hábil. Por lo tanto, entre 29.000 y 43.500 pasajeros resultaron afectados ayer por la interrupción del despacho de trenes.

"Salió de funcionamiento una subestación trasformadora de energía que tenemos en Martínez y alimenta la red. Nuestros servicios son eléctricos: contra la falta de tensión nada podemos hacer. Sólo enviar a los técnicos para que arreglen el desperfecto. Y esas tareas llevan su tiempo", explicó Molina a La Nación .

Molestias para muchos

El vocero de TBA agregó que el último tren, antes del colapso, fue despachado a las 12.15; que a las 17.10 ya corría el 75 por ciento de los convoyes y que media hora después los expertos ordenaron la normalización del servicio en los tres ramales.

"Al principio, hasta que no llegaron los técnicos al lugar, probablemente los empleados de las boleterías no tenían respuestas para la gente. Pero luego ya se informó por altavoces la evolución de la situación. Y devolvimos el dinero del pasaje a los usuarios que optaron por otro medio de transporte", dijo.

"A mí no me devolvieron nada", contrapuso Ximena, que viaja todos los días en el ramal Retiro-Tigre. "Tomé en Acassuso el tren de las 12.10. Enseguida me quedé varada en la estación Rivadavia. Ahí tuve que bajarme. Obviamente, llegué tarde a mi destino", señaló la joven cuando regresaba a su casa, con las prestaciones ya regularizadas.

María de los Angeles, usuaria del ramal a José León Suárez, relató: "Siempre subo en Villa Urquiza, porque soy vecina del barrio. Planeaba viajar a Retiro en el tren de 13.36. Pero entré en la estación y anunciaron por los altavoces que el servicio estaba suspendido. Todos abandonamos la parada. Llegué a trabajar con 40 minutos de retraso".

También Haydée lamentó que los ferrocarriles dejaran de funcionar, en este caso, por su hija, Stella Maris. "Llegó a la estación San Fernando y los trenes no andaban. Le avisaron que era porque no había electricidad. Tuvo que viajar a la Capital en el colectivo 60, que es más incómodo y tarda el doble. Ahora, parece que ya no hay problemas", explicó la mujer mientras esperaba en Retiro el tren de las 17.37.

A esa hora los trenes ya arribaban con frecuencia a la terminal y las salidas respetaban el cronograma habitual.

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