Crónica de la muerte de dos famosos anarquistas
sacco y vanzetti fueron ejecutados esta madrugada
22 de agosto de 1927
PRISIÓN ESTADUAL DE CHARLESTOWN.- Sacco, pálido pero sereno, gritó: "¡Viva la anarquía!", cuando se sentó en la silla. Luego, en mal inglés, dijo:
-¡Adiós a mi mujer, a mi hijo y a todos mis amigos!
Fueron ajustadas las correas mientras pronunció estas palabras:
-¡Buenas noches, caballeros; adiós, madre!
Al entrar en la cámara de la muerte, Vanzetti fue el que guardó la mayor calma. Estrechó la mano de los dos guardianes cuando atravesó la puerta de la cámara de ejecución. Sin ayuda alguna marchó hasta la silla y se sentó solo. Cuando los guardianes comenzaron a ajustarle las correas en la cabeza y al cuerpo, dijo en mal inglés: "Quiero deciros que soy inocente y que nunca estuve complicado en ningún crimen, si bien he pecado alguna vez. Os agradezco todo lo que habéis hecho por mí. Soy inocente de todo crimen, no solo de ese. No soy más que un hombre inocente".
Después, en el instante en que los guardianes pusieron las correas del caso en su lugar, gritó:
-Deseo perdonar a algunas personas lo que me están haciendo ahora.
El gobernador Fuller permaneció en su despacho hasta que comenzaron las ejecuciones; partió a las 0.15.
Ante las pizarras de dos diarios, visibles desde las oficinas de The Associated Press, el gentío recibió en silencio la noticia, y se dispersó inmediatamente después de las ejecuciones.
LA NACION