Cuándo recomiendan consultar al médico: ¿es usual tener sudores nocturnos?
Si bien no suelen asociarse con problemas graves de salud, si todos los días nos despertamos empapados, es hora de preguntar a un profesional, porque puede haber algo más importante detrás
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WASHINGTON.- Los sudores nocturnos son comunes, y la solución puede ser sencilla. Pero también pueden tener causas más preocupantes que no hay que perder de vista.
Solemos decir que la temperatura normal del cuerpo humano es de 37°C, pero en las 24 horas que dura nuestro ciclo circadiano, esa temperatura sufre variaciones. Justo antes de irnos a dormir, nuestra temperatura corporal empieza a descender hasta alcanzar su punto más bajo, de alrededor de 36,6°C, alrededor de tres horas antes de despertarnos.
Como vemos, ese descenso es mínimo, pero para mantener el cuerpo a esa temperatura más baja, algunos lo compensamos sudando mientras dormimos, sobre todo si la temperatura ambiente es demasiado alta.
Una de las soluciones es regular la temperatura del dormitorio durante la noche entre los 16 y los 20°C, la ideal para las horas de sueño, según la Fundación del Sueño de Estados Unidos. Otra opción es cambiar la ropa de cama de atrapa el calor y usar sábanas livianas de tejidos transpirables, como el lino o el bambú.
Tomar alcohol por la noche suele agravar los sudores nocturnos, ya que dilata los vasos sanguíneos, y por eso algunos sienten “sofocones” cuando han bebido. La dilatación de los vasos eleva la temperatura de la piel, y entonces empezamos a sudar. Y el cigarrillo también nos hace transpirar, por el efecto de la nicotina sobre los nervios que activan las glándulas sudoríparas. Moderar o cortar esos consumos puede mejorar los síntomas, aunque es importante advertir que dejar de fumar o de tomar alcohol puede empeorar transitoriamente los sudores nocturnos.
Los sudores nocturnos son comunes, y un estudio médico mostró que un 41% de los adultos lo experimentan al menos una vez al mes. Si bien no suelen asociarse con problemas graves de salud, si todos los días nos despertamos empapados, es hora de consultar al médico, porque puede haber algo más importante detrás.
Estas son algunas de esas posibles causas:
Fluctuaciones hormonales
Una de las causas más importantes de los sudores nocturnos es la menopausia.
La menopausia es una parte normal del envejecimiento femenino, marcada por la finalización del ciclo menstrual, generalmente entre los 45 y los 55 años de edad de la mujer. Esa transición desencadena fluctuaciones hormonales y cambios en el cuerpo, un proceso que puede durar varios años.
Y entre los síntomas clásicos de la menopausia se cuentan los sofocos con sudores nocturnos, que llegan a afectar a la mitad de las mujeres. Los sofocos y los sudores nocturnos pueden ser difíciles de distinguir. En general, los primeros pueden ocurrir en cualquier momento del día y se manifiestan como un repentino acceso de calor y rubor en todo el cuerpo, al parecer causados por saltos repentinos en la parte del cerebro responsable de controlar la temperatura corporal.
Y también están asociados con la sudoración, que una vez más funciona como la forma que tiene nuestro cuerpo de compensar esa sensación de calor que provocan los sofocos. Por eso, cuando el sofoco se produce mientras dormimos, puede manifestarse como sudores nocturnos, de esos que dejan el cuerpo empapado.
En esos casos, si los sudores nos impiden descansar bien, la terapia hormonal puede ayudar. Los estudios comprueban que la terapia hormonal puede disminuir la frecuencia de estos síntomas hasta un 75%, pero ese tratamiento también está asociado con mayor riesgo de otras complicaciones, como accidentes cerebrovasculares, por lo que es importante analizar los pros y los contras con un médico que conozca nuestra historia clínica.
Hay otros problemas hormonales que afectan a hombres y mujeres por igual y que también pueden causar sudores nocturnos, como el hipertiroidismo, o glándula tiroides hiperactiva. Los sudores nocturnos por hipertiroidismo suelen ir acompañados de otros síntomas, como diarrea, temblores y nerviosismo, o aumento del ritmo cardíaco, y es necesario consultar con un médico de inmediato, ya que existen varios tratamientos sumamente efectivos.
Efecto secundario de la medicación
¿Empezó a tomar alguna medicación nueva en los últimos tiempos? Eso también podría explicar los sudores nocturnos.
Los medicamentos más comunes asociados con los sudores nocturnos son los antidepresivos, como los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o los inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina. Entre el 10% y el 15% de las personas que toman estos medicamentos sufren un aumento de la sudoración en general, y si los sudores nocturnos son intolerables, tal vez convenga probar con un fármaco alternativo.
Otros medicamentos como el albuterol, comúnmente tomado para el asma, y los bloqueadores de los canales de captación del calcio, utilizados para la hipertensión, también pueden provocar síntomas.
Un escenario más peligroso es si la persona es diabética y antes de acostarse toma insulina u otros medicamentos antihiperglucémicos. En esos casos, los sudores nocturnos pueden ser señal de un nivel demasiado bajo de azúcar en sangre. Si eso sucede, verifique sus niveles de azúcar en sangre en el momento de sufrir los síntomas, y si están bajos, consulte cuanto antes con su médico la posibilidad de ajustar la medicación.
Infecciones y cáncer
Muchos tipos de infecciones y cáncer están asociados con los sudores nocturnos.
- Tuberculosis o malaria: al menos en Estados Unidos, a nadie se le ocurre como primera opción que los sudores nocturnos se deban a una infección de tuberculosis o malaria, salvo que la persona tenga ciertos factores de riesgo, como vivir en áreas endémicas o viajar a esos lugares. Pero a nivel mundial, este tipo de infecciones son una causa importante de sudoración nocturna. Los trabajadores de la salud o las personas que viven en situación precaria corren un mayor riesgo de tuberculosis, así que nunca hay que descartarlo de antemano.
- Las infecciones bacterianas, especialmente si pasaron al torrente sanguíneo, pueden producir sudores nocturnos e ir acompañadas de fiebre y otros signos, como dolor de espalda o soplo cardíaco, según el origen de la infección.
- El virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) es una causa típica de sudoración nocturna provocada por una infección, que a menudo también se presenta con fiebre, ya sea por una infección aguda de VIH o por complicaciones posteriores, como las así llamadas “infecciones oportunistas”.
- La erliquiosis o la enfermedad de Lyme pueden provocar sudores nocturnos, así que siempre le pregunto a mis pacientes con sudores nocturnos si viven cerca de áreas boscosas o si han sido picados por garrapatas.
- Los pacientes con Covid-19 pueden tener sudores nocturnos, aunque son poco frecuentes —se observan en aproximadamente el 2% de los pacientes— y rara vez son la única señal de esa infección.
- Ciertos cánceres, como el linfoma de Hodgkin, suelen asociarse con sudores nocturnos. Esta es una de las razones más alarmantes del síntoma, y es más frecuente entre los adultos más jóvenes, desde el final de la adolescencia hasta los 30 años, o en adultos mayores. Las personas con linfoma suelen tener los ganglios linfáticos notoriamente agrandados, y además de sufrir copiosos sudores nocturnos, suelen notar que vienen perdiendo peso sin proponérselo, están exhaustos todo el tiempo, o tienen frecuentes accesos de fiebre sin explicación, todo lo cual amerita una inmediata consulta médica.
Si bien las personas que tienen sudores nocturnos ocasionalmente no tienen ningún motivo de qué preocuparse, es un síntoma que suelo tomarme muy en serio cuando un paciente lo menciona, por todas esas otras razones, infrecuentes aunque potencialmente preocupantes, que podrían estar detrás.
En caso de duda, estar atento a la aparición de algún otro síntoma y los eventos de nuestra vida reciente, y comentarle al médico lo que nos preocupa.
Por Trisha Pasricha. La autora es médica del Hospital General de Massachusetts
(Traducción de Jaime Arrambide)
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